Hace una semana, el Hospital Posadas colmó su capacidad de Terapia Intensiva, haciéndose necesario derivar tres pacientes COVID19 adultos al sector de Emergencia Pediátrica para que recibieran ventilación asistida. La Jefa de Emergencias del hospital, Dra. Adriana Fernández, confirmó que la atención de adultos en la Terapia Intensiva de Pediatría se hizo permanente en los días siguientes, ni más ni menos. Quedó sin responder dónde se atenderán los chicos que necesiten esas camas a partir de ahora.
Se trata de un asunto repudiable porque a nadie puede sorprenderlo, menos al Gobierno Nacional, el principal responsable de esta situación. Hace veinte días, la Jefa de Unidad de Terapia Intensiva, Dra. Constanza Arias, indicó claramente la información de que disponían: ya en la 1a. quincena de julio el promedio de ocupación de estas camas era del 80% y en la 2a. quincena llegaba nada menos que al 98% actual. Esto quiere decir que hace más de dos meses que el Gobierno nacional cuenta con información crítica para evitar esta situación límite tanto para los pacientes como para el personal. A ambas fuentes no les queda otra que también reconocer públicamente las insoportables condiciones que ya son habituales para los trabajadores de la salud en el hospital nacional más grande de Argentina.
La imprevisión y desidia de Los Fernández, que se demuestra en la falta de preparación de suplentes y relevos para el esperable agotamiento y enfermedad del personal, también se hace notar aquí. Al estrés permanente, se suman otras variables que son fruto del mismo problema cada vez más evidente: sobrecarga de trabajo y la “doble jornada”. Esta última, implica cubrir, muchas veces sin previo aviso, la jornada de un compañero que trabaja en el turno siguiente, ya sea porque se contagió de COVID19 o debe aislarse por haber tenido algún contacto estrecho o requiere alguna licencia, también consecuencia de la pandemia.
Algunos datos: Entre 1400 y 1700 trabajadores aislados por estas causas. Más de 450 infectados. Dos muertes confirmadas – la última hace dos semanas -. Estos datos son sólo una muestra de las consecuencias de las condiciones de trabajo de los compañeros de la salud en el Hospital Posadas.
¿Y la burocracia de los sindicatos? Bien, gracias. Tratando de conformar con aplausos y homenajes a los trabajadores que se enferman y fallecen por trabajar en las condiciones que ellos mismos propiciaron, como en el muy solemne acto realizado hace un par de días por ATE Morón, con Darío Silva y el Director del Hospital, Dr. Alberto Maceira. No están pensando en un plan de lucha. Por el contrario, en el Plenario del Área de Salud de ATE del 8 de junio, no plantearon ninguna medida de fuerza, sino que se preocuparon por presentar como logros, por un lado, el miserable bono único en cuotas dado a los trabajadores por ⅓ menos del valor anunciado – $20.000, en lugar de los $30.000 -. Por el otro, la tibia solicitud de que 190 trabajadores pasen de una forma de precarización, ser monotributistas, a otra, el tan impresentable como famoso “Contrato 48”. O sea, no combaten el trabajo precario en el estado, se ocupan de perpetuarlo. Luego aplauden a “los que están en la primera línea”….
Ni siquiera están presionando para tener una reunión con las autoridades. Hace un mes, parte del Consejo Directivo de ATE Bs. As. – encabezado por Vanina Rodríguez en compañía del inefable Darío Silva – se reunieron con la Dirección del hospital y recorrieron el mismo. Rodriguez manifestó que fue una “actividad positiva”, reconociendo “la voluntad de un gobierno que sigue robusteciendo el sistema sanitario nacional”. Sí, aclaramos que se refería al mismo Hospital Posadas que ya sabían que estaba colapsado.
Puntualmente, sobre la situación de precariedad laboral de sus representados, sólo dijo que estuvieron conversando sobre cómo se podía hacer para regularizarla … pero pos pandemia. Si con tantos años de existencia, todavía no tienen claro cómo combatir la precarización laboral, bien harían en dedicarse a otra cosa. ¿O en realidad ya lo hacen?
Y sobre el pase a planta de los trabajadores con contratos basura, quedaron en seguir juntándose con las autoridades del Posadas. Los resultados de esta infinidad de reuniones entre socios están a la vista: precarización, imprevisión y abandono.
Queda claro que sólo con un sistema sanitario en control de los trabajadores vamos a poder poner en pie la atención necesaria para la clase obrera. Eso implica romper con las patronales y las autoridades nacionales, y la burocracia sindical de ATE y UPCN (o cualquiera de sus variantes). Necesitamos una atención adecuada a nuestros intereses, sin que eso signifique rifar nuestras vidas, la de nuestros padres, o la de nuestros hijos.
Corriente Clasista Goyo Flores – Razón y Revolución GBA Noroeste
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