Herederos de una corona oxidada – Por Federico Genera y Valeria Sleiman

en El Aromo nº 77

sleiman genera EA77Sobre la crisis del kirchnerismo y los sucesores dentro del PJ

Cristina retomó la agenda política, pero la crisis del kirchnerismo sigue ahí. ¿Quienes disputan la sucesión de la “década ganada”? Si quiere saberlo, lo invitamos a que lea esta nota.

Por Federico Genera y Valeria Sleiman (LAP-CEICS)

La herencia del kirchnerismo sigue en juego. Luego de cerrar el año 2013 con una huelga policial nacional, saqueos y fuga de una parte de su personal político, el Gobierno intenta mantenerse en pie. Cristina volvió a mostrarse públicamente en la inauguración de las legislativas donde marcó el rumbo para este año. Sin embargo, carente de una estructura política, se refugió en los gobernadores del PJ representados por Scioli y Capitanich. Mientras tanto la inflación arrecia y  la oposición sigue al acecho.

¿Resurgimiento?

Cristina volvió al escenario político con motivo de la apertura de sesiones ordinarias del Congreso Nacional. Después de la conmoción económica y política que sacudió al país, debía dar algún signo de estabilidad. Su discurso hizo eje en la economía y en los logros conseguidos por el kirchnerismo, aunque reconoció que durante la crisis pensó, literalmente, en “dar un paso al costado”, lo que evidencia la profundidad de la situación. Asimismo, mencionó el caso de los petroleros de Las Heras y afirmó la necesidad de regular la protesta social, a pesar que siempre se jactó de que no iba a reprimir manifestaciones. La alusión fue aplaudida por la oposición. Laura Alonso (PRO) afirmó que las palabras de la presidente “repiten lo que Mauricio y nosotros decimos hace tiempo…”. La mandataria reconoció haberse reunido con el líder del PRO. Resaltó la utilidad del diálogo y los puntos de acuerdo ante los hechos ocurridos en Lugano por el déficit de la vivienda.

Más allá de estos intentos de demostrar estabilidad y de acercarse a la oposición (a la que le robó el programa), lo cierto es que perdió poder en términos de estructura política: ya no cuenta con el beneplácito de la mayoría de los intendentes. Su poder de convocatoria tampoco es el mismo. Tampoco posee el incondicional apoyo de los gobernadores, cuyas deudas provinciales amenazan quebrar las frágiles finanzas. El déficit de las provincias, la imposibilidad de contener los reclamos salariales de los trabajadores estatales y el antecedente de la policía que obtuvo un aumento del sueldo básico de un 300% plantean un escenario poco alentador para el círculo más cercano de la presidencia.

Ya sobre fines del año pasado, y frente a la necesidad de aumentar los recursos provinciales, los gobernadores embistieron contra Nación sobre la ley de coparticipación federal. Maurice Closs, Scioli, Colombi y De la Sota fueron los que se sumaron al reclamo, aunque el cordobés fue el que llegó más lejos con una demanda ante la Suprema Corte de Justicia.

Cristina no quiso enfrentar el desafío de perder el apoyo de las provincias. Por lo tanto, firmó el 28 de diciembre pasado, junto a 17 gobernadores, un acuerdo de refinanciación de deuda por 75.000 millones de pesos. El convenio incluye una quita de 10.000 millones de pesos en los pasivos de las provincias con la Nación que vencen en 2014, lo que representará un alivio para los mandatarios, que exigían asistencia y amenazaban con emitir cuasi-monedas.

Sin embargo, no es Cristina quién se reúne con los gobernadores, sino Scioli. El gobernador también es el nexo con los intendentes y se presentó como el vocero ante los grupos empresarios y ante los sindicatos. Fue él quien viajó a reunirse con empresarios internacionales y a invitarlos a realizar inversiones en Argentina. También fue el gobernador bonaerense quien planificó una propuesta sobre el control de precios, que trasmitió a Kicillof. Sus economistas, Mario Blejer y Miguel Bein, son los principales asesores del Gobierno nacional. Fue junto a ellos que armó encuentros entre los ministros de Economía provinciales.

La movilización social con que cuenta Cristina se remite a las estructuras que ha logrado mantener bajo Unidos y Organizados con la dirección de La Cámpora. Eso es lo que le queda. Si bien consiguieron copar la Plaza Congreso, el 1 de marzo, están muy en desventaja con el poder que recae en intendentes, gobernadores y sindicalistas, que son los que están manejando la coyuntura política. Cristina esta jugando sus últimas fichas realizando las medidas políticas que planteaba la oposición (devaluación) y mostrando un fuerte enfrentamiento ante los reclamos de la clase obrera.

Los mismos de siempre…

Como vemos, Scioli comienza a acumular poder y postularse como un candidato por dentro del PJ. Este año comenzó agitado para el gobernador. Su agenda estuvo marcada por un viaje a EE.UU. donde se dirigió a los inversores internacionales. En el mismo mes, mantuvo reuniones con distintos dirigentes gremiales y acordó un encuentro reservado con los tres principales referentes: Luis Barrionuevo, Hugo Moyano y Antonio Caló. Es decir, fue quien logró, por un momento, “unificar” a la CGT.

También llamó a la primera reunión de La Liga de los Gobernadores peronistas -con quienes acordaron reunirse con mayor frecuencia- se celebró en las oficinas del Banco Hipotecario que preside Eduardo Elsztain, presidente y mayor accionario del grupo IRSA. De ella participaron Daniel Scioli (Buenos Aires), Juan Manuel Urtubey (Salta) y Luis Beder Herrera (La Rioja) convocados por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el titular de la ANSES, Diego Bossio.

Scioli también se reunió con los intendentes bonaerenses. Quería escuchar de su boca las demandas políticas, después del salto de Raúl Othacehé –intendente de Merlo- hacia el Frente Renovador (FR). El encuentro se realizó en la sede porteña del Banco Provincia a puertas cerradas. Los intendentes coincidieron en tres inquietudes centrales: la preocupación por la marcha de la obra pública, el rumbo de la negociación paritaria y la seguridad. Mientras tanto, el intendente de la Matanza -Fernando Espinoza- llamó a varios intendentes kircheristas a ratificar su apoyo al Gobierno y su continuidad en el FPV, a saber: Descalzo (Ituzaingó), Giroldi (Campana), Caló (Las Heras), Mariano West (Moreno), Hugo Curto (Tres de Febrero), Santiago Maggioti (Navarro) Juan Pablo Anghileri (General Rodríguez). Luego del pase de Othacehé, Julio de Vido se reunió con este grupo de intendentes denominados Los Oktubres -agrupación que responde a Daniel Scioli y postula a Insaurralde como futuro Gobernador de la Provincia de Buenos Aires- para gestionar una serie de obras públicas.

Por su parte, los intendentes llevaron a cabo la reunión de lo que se denomina la Liga de los Intendentes Justicialistas, en Paraná. Del encuentro participaron todos los jefes comunales peronistas y el Gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri. Allí se debatió sobre las paritarias, la actualización del pago de coparticipación a municipios y precisiones sobre la reforma tributaria.

Scioli cumple un papel importante también en la reorganización del PJ. El próximo congreso del PJ bonaerense estará presidido por Espinoza. En este contexto, el gobernador aparece ostentando un considerable poder real. Pensando en el 2015,  le propuso a Massa una modificación de la ley de las PASO para que compitan juntos y permitir que, quien salga segundo, integre como vicepresidente la fórmula del ganador. Parece evidente que la continuidad de lo que queda del kirchnerismo se está encarnando en estas figuras.

Unidad

A pesar de los intentos de diferenciarse, las coincidencias entre ambos contendientes bonaerenses son profundas. En los últimos días, Scioli envió a la Legislatura un proyecto de ley para crear las policías locales, una institución reclamada por el massismo –y además practicada por Macri en la Ciudad- que generó debate entre los intendentes. Se trata de una propuesta capaz de cambiar la ecuación política en la provincia. Si se aprueba, los intendentes de los municipios más grandes manejarán sus propias fuerzas de seguridad, pues la iniciativa abarca a los distritos con más de 70 mil habitantes. Ello implica que partidos como Vicente López, San Isidro, San Fernando y Tigre (aliados al massismo) podrán tener su policía local.

El anuncio del proyecto se dio en el marco del retiro de gendarmes de ese territorio, anunciado por Capitanich. Scioli detalló que la policía local, pensada con 15 mil agentes en 40 municipios, proyecta ser complemento del trabajo que realizan la policía bonaerense y las fuerzas federales y su funcionamiento tendrá el aporte del gobierno provincial, tanto para los sueldos como para su equipamiento logístico. Este proyecto no sólo aumenta el poder de los intendentes en cuanto al manejo de sus fuerzas de seguridad, sino también su caja, algo que venían disputando con el Gobierno nacional. Incluso, voceros del gobernador, afirmaron que el proyecto se trató sin la presencia de funcionarios nacionales.

Al mismo tiempo, Massa propone una reforma de la justicia como la que practicó Macri en la CABA. En un intento de ganar los votos que pierde el kirchnerismo, el Frente Renovador (FR) presentó un proyecto de resolución en la Cámara de Diputados de la Nación por la cual insta al Poder Ejecutivo Nacional a que convoque la paritaria nacional docente en el mes de enero, a efectos de definir la pauta salarial testigo para las negociaciones provinciales. Massa también se mostró preocupado por discutir los ejes de un programa energético a largo plazo, como otra muestra de su estrategia de mantenerse vigente a través del abordaje de los temas de coyuntura.

El núcleo del personal de Massa proviene del mismísimo kirchnerismo (por no hablar del propio Sergio…): Ricardo Delgado, Miguel Peirano, Martín Redrado y Roberto Lavagna. No es raro que se reivindique la memoria de Néstor por sobre la actualidad de Cristina…

El retiro del kirchnerismo deja entonces a Scioli y a Massa como los probables sucesores. Eso, sí heredarán un gobierno destinado a ajustar. La identidad programática, la estructura política y el manejo de la coyuntura política los colocan en ese lugar. La próxima crisis encontrará al oficialismo aun más débil y con menor poder, lo que los obligará a tomar partido y, por qué no, asumir mayores responsabilidades. Ambos se están preparando. Uno, está virtualmente gobernando. El otro, sin demasiadas críticas de fondo al Gobierno, espera que ganar tiempo de cara al 2015. Hoy, el PJ es el único partido político que tiene a mano la burguesía y allí será ungido el nuevo conductor.

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