La inutilidad e ineficiencia del capitalismo para garantizar el futuro y el presente de la humanidad, es algo que mostramos frecuentemente en estas páginas. El capital no puede garantizar la vida del conjunto de la población. El asunto de la tierra y la producción de alimentos bajo el imperio de la burguesía, lo muestra de manera muy clara y transparente. Eso vamos a explicar aquí hoy. En otra oportunidad ya explicamos el problema de la vivienda.
Primero, pongamos sobre la mesa datos que muestran el fracaso del capitalismo en este punto. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en 2019 hubo 690 millones de personas que pasaron hambre en el mundo. El dato es verdaderamente alarmante y representa casi el 10% de la población mundial. Todo medido en datos oficiales. La cosa se pone peor si se ve la tendencia. En 2019 hubo 10 millones más de hambrientos que en 2018 y casi 60 millones más que en los últimos cinco años. Como si esto fuera poco, se calcula que a fines de este año habrá entre 80 y 130 millones de nuevos hambrientos.
“Ah, pero eso esas cifras están distorsionadas. Los pobres y las víctimas del hambre se concentran en África. La cosa es muy distinta en los países capitalistas ‘en serio’”. Quizás lector, usted piense eso. O tenga algún amigo que le diga eso. Por eso, vamos a darle algún dato para discutirlo. En Estados Unidos, paraíso de la burguesía si los hay, la fundación Feeding America asiste a 40 millones de personas por año. El programa de asistencia alimentaria del gobierno lo hace a otros 37 millones. El problema no es la falta de capitalismo, es la existencia misma de ese tipo de sociedad.
¿Cuál es la raíz de este problema? Bueno, lo dijimos, el capitalismo. Una sociedad basada en la ganancia de unos pocos. Pero, ¿cómo aparece este problema? Muchos dicen que el problema es el latifundio, la concentración de la tierra en pocas manos. Y, por lo tanto, la solución es una reforma agraria. El problema está mal planteado.
En realidad, el asunto de fondo es la propiedad privada de la tierra, como de los medios de producción y el imperio del mercado. Eso es lo que explica que si un burgués no encuentra precios que le permitan llenar sus bolsillos, puede dejar que se pudran cientos de toneladas de frutas y verduras sin importar que haya millones de hambrientos al borde de la muerte. Entre paréntesis, una recomendación: una hermosa muestra de esta contradicción puede verse en Las uvas de la ira, la novela de Steimbeck y en su adaptación cinematográfica, protagonizada por Henry Fonda.
Entonces, el problema de fondo es el tipo de sociedad, organizada en función de la ganancia y no de las necesidades humanas. ¿Qué haríamos los socialistas? Al contrario de lo que creen los defensores de la reforma agraria, la forma para ampliar la producción de alimentos no es dividir la tierra, sino concentrarla aún más. Obviamente, en manos de la clase obrera y para ponerla a producir en función de las necesidades humanas.
“La tierra para el que la trabaja” nos llevaría a tener que migrar todos al campo y producir nuestros propios alimentos. Eso no nos liberaría. Al contrario, nos obligaría a trabajar más y a alimentarnos peor, porque no toda tierra sirve para producir los mismos cultivos. Además, alguien debiera ocuparse de toda la producción no agraria. El problema no es el tamaño, sino en manos de quién está la tierra.
La colectivización de todas las tierras, eso es lo que queremos los socialistas, permitiría concentran la tierra aún más, volver la producción más eficiente y alcanzar mayores cuotas de alimentos. Con grandes parcelas podríamos aprovechar el uso de las actuales máquinas agrícolas, e incluso desarrollar mejores, que hoy en día se manejan por GPS. Podríamos aprovechar todos los adelantos de la técnica para liquidar el hambre y liberarnos del trabajo. Los socialistas no queremos miseria, queremos garantizar la riqueza sea disfrutable por el conjunto de la humanidad. Y eso solo puede lograrse en el Socialismo. Suscribite al WhatsApp de La Hoja Socialista y recibí todas las notas en tu celular.