La elección de las nuevas autoridades nacionales de la UOM en las que fue derrotado Antonio Caló después de 18 años dirigir el gremio, mostró la fractura que atraviesa el peronismo. Quien se alzó con la dirección nacional fue Abel Furlán. No se trata, por supuesto, de un novato, porque los estatutos no permiten a nadie sin carrera gremial llegar a esta postulación, sino de un dirigente peronista con larga trayectoria. Fue titular de la seccional Zárate-Campana desde 2008, también fue secretario de prensa, propaganda y cultura de la UOM desde el 2008. En el 2014 fue elegido presidente del PJ de Zárate, fue diputado nacional por el Frente para la Victoria entre 2015 y 2019 y actualmente es consejero del PJ bonaerense, a cargo de Máximo Kirchner. Quien lo va a secundar es Naldo Brunelli, quien dirige la seccional de San Nicolás y fue secretario administrativo de la UOM nacional. También tiene una larga trayectoria como dirigente peronista. En 1993 fue diputado de la mano de Duhalde. En 2003, luego del fallecimiento de Lorenzo Miguel, estuvo a cargo de la UOM por 7 meses hasta la elección en la que fue elegido Caló. Desde el año pasado es diputado provincial. Según informaciones periodísticas, Brunelli sería dueño de empresas que dan servicios a Techint en San Nicolás, o sea, un socio directo de la patronal.
Como vemos, quienes desplazaron a Caló no representan una orientación política distinta ni están más cercanos a los intereses y las necesidades de los trabajadores del gremio. Se trata, más bien, de una disputa al interior del peronismo que atraviesa todos los ámbitos y ahora llegó a los sindicatos como una disputa inter burocrática. No es de extrañar: hace rato que el peronismo transformó a los sindicatos en unidades básicas. La pelea entre Caló y Furlán se remonta al 2017, cuando el primero apoyó a Randazzo y le prestó el sindicato como comando electoral, mientras muchos de los dirigentes de la UOM apoyaban al kirchnerismo. El enfrentamiento entre el kirchnerismo y el “albertismo” se extenderá a buena parte de los sindicatos e incluso a la propia CGT. Los kirchneristas no van a ahorrar críticas a los albertistas para presentarse como una renovación y como contrarios al ajuste, pero la realidad es que eso los tiene sin cuidado, como demostraron estos dos últimos años.
Junto con el kirchnerismo, hay otro ganador en estas elecciones: Techint. En efecto, tanto Furlán como Brunelli provienen de empresas del grupo empresario dirigido por Paolo Rocca y han operado a su favor. No solo porque han permitido tercerización y despidos, sino que han intercedido frente al gobierno de Macri en 2016 para que se favorezca a Techint. Ese año Techint entró en conflicto con el gobierno cordobés de Schiaretti porque quedó afuera de la compra de tubos para un gaseoducto financiado por China. En ese momento, Furlán y la UOM Campana intervinieron para reclamar que se incluyera a la empresa en el negocio. La imbricación entre el kirchnerismo y Rocca ya ha quedado demostrada en la causa de los cuadernos, pero aquí se ve como los propios dirigentes sindicales kirchneristas actúan como representantes de la empresa.
Mientras los peronistas se pelean, los trabajadores siguen observando cómo su salario se deprecia día a día y sus condiciones de trabajo empeoran. Nada de lo que se está discutiendo realmente en esta interna tiene que ver con los problemas de los obreros. Se pelean por ver si defienden a una millonaria ladrona cuya única preocupación es no ir presa, que armó el gobierno del ajuste, o a un inútil que no puede poner orden ni en su propio gobierno. Han hecho del gremio un coto de caza de sus disputas internas. Es necesario recuperar el gremio para la defensa de nuestros intereses, y para eso toda la oposición que esté ajena a estas disputas palaciegas se una y comience una gran agitación conjunta de para ganar posiciones y echar del gremio a esta runfla de representantes de la patronal y del gobierno ajustador.
Metalúrgicos en la Corrientes clasista Goyo Flores
yo me entusiamo con la propuesta de RyR y con el partido Via Socialista, es la primera vez en 48 años de vida que me siento representado. El tema es que no veo contagio, la mayoría de los que conozco estan dentro de la grieta y el resto son del FITU.
Quiero un cambio YA «no me banco las hormigas yo me vuelvo a la ciudad»(al maldito kirchnerismo)