Stella Grenat
Grupo de investigación de la lucha de clases en los ’70 – CEICS
A fines de 2009, Alejandro Guerrero, militante del Partido Obrero, publicó el libro El peronismo armado, un trabajo que criticamos en nuestro periódico El Aromo, en tanto planteaba que Montoneros era una organización revolucionaria. Allí afirmamos, por el contrario, que su programa reformista facilitó la tarea de la contrarrevolución. Y que, por esta razón, “al igual que toda la izquierda peronista, su función fue contener a los trabajadores que tendían a colisionar con dicho programa”.(1) Poco tiempo después, desde las páginas de Prensa Obrera, el autor nos contestó apelando a chicanas e insultos. En lugar de argumentos que mostraran nuestro equívoco, Guerrero prefirió acusarnos de no entender el libro o, lo que es peor, de ni siquiera haberlo leído.(2) Dada la importancia del debate, insistimos con nuestra posición en otro texto.(3) Con él buscábamos, además de hacerle a entender a Guerrero que no se trataba de ver quién era más chicanero, interpelar a la dirección del partido, preguntándonos si hacían propia la hipótesis de ElPeronismo Armado o sí, por el contrario, coincidían con nuestro planteo. El PO, creíamos, debía clarificar su postura: o modificó su posición histórica con respecto al peronismo, o el libro de Guerrero, lejos de una “manual” revolucionario (como dijeron algunos chupamedias oportunistas), reproduce una perspectiva opuesta a la del Partido.
En mayo de este año, Eduardo Salas, dirigente nacional del PO y responsable político del comité regional Córdoba, salió al cruce de Guerrero con nuestro ángulo.(4) Claro que no reivindicó nuestro planteo abiertamente, prefirió defender nuestra posición sin reconocer que no se trató de una “crítica fraudulenta”. De hecho, probablemente para no abochornar a Guerrero (uno de los más asiduos escritores de la prensa) frente a todo el Partido, Salas intentó hacer pasar su análisis como un “complemento” de su libro. Una especie de “crítica constructiva”. Sin embargo, ambas posiciones son antagónicas y una organización no puede (o no debería) reconocer a ambas como propias. Veamos.
Los unos y los otros
Salas asegura que la acción emblemática de Montoneros, el secuestro y ejecución de Aramburu, fue una “provocación política desde el punto de vista de los intereses obreros”. En cambio, para Guerrero se trató de una acción que permitió el avance de los trabajadores debido a que “objetivamente, logró engarzarse con el Cordobazo”.(5) Asimismo, mientras que Salas explica que las acciones guerrilleras montoneras estuvieron “al servicio de ‘peronizar’ la situación, sacarla del carril socialista y revolucionario para colocarla en la órbita del nacionalismo burgués”, Guerrero asegura que utilizaban la “violencia armada en su acción política [para] ‘desnudar la violencia oculta en la sociedad’”.(6)
Las diferencias también existen en el plano de la conceptualización de los hechos. Por ejemplo, Guerrero define al Cordobazo como una “acción guerrillera de masas”. Mientras que Salas explica que se trató de la insurrección inicial de masas que originó la apertura de un proceso revolucionario. Diferencias que no son menores: así como Guerrero deduce que, con el asesinato de Aramburu, Montoneros esclarece a las masas y las hace avanzar en su conciencia, Salas advierte que las acciones de Montoneros buscaban liquidar la revolución y conducir a las masas hacia una salida electoral que lleve al proceso a un desenlace “nacional y popular”.
Finalmente, el propio Salas deja en evidencia la contradicción entre ambas posiciones al señalar que
“suena como un despropósito la afirmación del libro de que Montoneros había ‘encendido las luces de alarma a Perón’ porque ‘fueron un movimiento de masas que puso en cuestión qué era, qué debía ser y adónde iba el peronismo’. Esto era lo que podrán imaginar o suponer los militantes montoneros -y de todos los que hicieron entrismo en el peronismo en el pasado. Vistos los acontecimientos, sin embargo, Montoneros y la JP fueron una pieza fundamental en el objetivo contrarrevolucionario del retorno.”
Delicadamente, Salas le avisa a su compañero que está defendiendo un análisis peronista (o morenista, en el mejor de los casos) de Montoneros. Advirtiéndole que el PO (al igual que el PRT en aquel entonces, aunque no se le reconozca) ha señalado la función contrarrevolucionaria del peronismo “de izquierda”. Sin embargo, las diferencias no pudieron pasar desapercibidas. Tan ferviente fue la defensa que Guerrero hizo de Montoneros que, frente a la crítica de Salas, salieron a defenderlo sus compañeros de la izquierda nacional: Gustavo Cangiano, militante del Partido de la Izquierda Nacional (Abelardo Ramos), reivindicó El Peronismo Armado y acusó a Salas de “antiperonista” y “ultraizquierdista”.(7)
Pero la dirección del PO no parece querer resolver este problema de cara a las masas: a pesar del debate, el antagonismo entre Salas y Guerrero no se ve reflejado en las páginas de Prensa Obrera. Lejos de ello, ambos autores prefirieron cerrar filas frente a Cangiano. Para fundamentar este “frente”, Guerrero, subestimando una vez más a sus lectores, inventa que Cangiano “intenta atacar al libro ‘El peronismo armado’”.(8) Lo cierto es que el compañero de la izquierda peronista, al ver a un “trostkista” defendiendo a Montoneros, no desaprovechó la volada para reivindicarlo públicamente frente a la arremetida de la “ultraizquierda cipaya y pequeñoburguesa”.
Éstas son las diferentes posiciones. De un lado, Guerrero y Cangiano afirman que Montoneros fue una organización revolucionaria. Del otro, Razón y Revolución y Eduardo Salas, plantean lo contrario, es decir, que fueron un dique frente a la marea revolucionaria. El Partido Obrero, ¿de que lado está?
NOTAS:
(1) Grenat, Stella: “Extrañas y trotskistas apologías peronistas”, El Aromo, n° 51, 2009.
(2) Guerrero, Alejandro: “Respuesta a una crítica fraudulenta”, Prensa Obrera, n° 1.110, 26/11/2009.
(3) Grenat, Stella: “La autoestafa como método. Reseña de El peronismo armado de Alejandro Guerrero”, El Aromo, n° 52, 2009.
(4) Salas, Eduardo: “A propósito de El peronismo armado, el libro de Alejandro Guerrero”, Prensa Obrera n° 1.127, 6/5/2010.
(5) Ídem.
(6) Guerrero, op. cit., p. 171.
(7) Cangiano, Gustavo: “Sobre el peronismo armado”, Prensa Obrera n° 1.129, 20/5/2010.
(8) Guerrero, Alejandro: “Acerca de ‘El Peronismo Armado’: el debate con los muertos”, Prensa Obrera n° 1.130, 27/5/2010.