Docentes con perspectiva feminista

en El Correo Docente ER 18

Por Laura Maher – Una vez leí una frase que decía “el feminismo te atraviesa y ya no se ve la realidad de la misma manera”. Es así, y todos los docentes deberíamos estar formados desde una mirada feminista. Entenderíamos, de esta manera, que vivimos en un sistema patriarcal que le da privilegios a los hombres por el simple hecho de ser hombres, lo sepan o no; y que las mujeres, por el hecho de ser mujeres, nos encontramos oprimidas. Si bien la organización y la lucha nos han dado ciertos derechos no se elimina ese cuadro de explotación más general sobre el conjunto de las mujeres.

El docente cumple un rol importante dentro de las filas proletarias. Primero, porque lo sepa o no, integra esa capa de trabajadores. Segundo, porque su “naturaleza” lo vuelve especial. Ya lo hemos dicho en otras ediciones de El correo docente: el docente es un trabajador intelectual, su trabajo no le es indiferente ni lo realiza de manera mecánica. Al contrario, se prepara para ello y su rol implica trabajar sobre la conciencia de los demás, construye “sentidos comunes” e hilvana ideas en los alumnos que les hace, o bien aceptar el orden existente, o bien cuestionarlo. Puede ser un vector del cambio o del status quo. Si se es consciente de esto, el docente debe comprender que, mientras realiza su trabajo, debe estar en constante formación. Por eso, es muy importante que las capacitaciones para los trabajadores de la educación estén cargadas de contenidos científicos relacionados con las problemáticas que se encuentran todos los días en las escuelas. Solo así, vamos a tener las herramientas adecuadas para afrontar las cuestiones de género, que requieren una intervención urgente.

En efecto, una problemática frecuente con la que deben lidiar los docentes es la violencia que se ejerce hacia las mujeres. Ya sea a través de estereotipos, expectativas sociales, discriminación por género, violencia física, psicológica, emocional, económica, etc. Hay muchas formas de violentarnos, muchas veces con imposiciones sociales. El ejemplo más claro y actual, es considerar que las mujeres tenemos el deber y deseo de ser madres y por ello nos imponen la maternidad como una parte necesaria y feliz en la vida, sin importar ni nuestro propio deseo ni las condiciones en las que eso suceda. La crianza y la responsabilidad recaerán enteramente sobre nosotras, haciendo de un problema que es social (la reproducción de la sociedad), algo individual y específico de la mujer. Al mismo tiempo, se condena a aquellas que no comparten ese “proyecto” de vida.

La falta de preparación de los docentes sobre esta problemática, el desconocimiento sobre la Ley de Educación Sexual Integral, los protocolos a seguir en caso de que un alumno presente signo de abuso/violencia, por nombrar algunos ejemplos, hace imprescindible adquirir conciencia -y tomar partidopor una perspectiva feminista en la educación que, además, solo puede ser abolicionista. Es decir, tenemos que luchar por una educación sexual integral científica y laica, por la libertad para vivir la sexualidad y poder decidir sobre nuestros cuerpos, dejar de dar por sentada la heterosexualidad, debatir con nuestras alumnas cómo el ejercicio de la prostitución no forma parte de la “liberación” sino de la mercantilización de la sexualidad y del refuerzo del patriarcado y por ende de la opresión de las mujeres, por nombrar algunos aspectos a tener en consideración.

Esta batalla es nuestra. Precisamente, nosotros, los docentes, nos caracterizamos por ser uno de los sectores de la clase trabajadora que más moviliza y se organiza. Obviamente, no lo hacemos solo por salario. Los docentes que integramos la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro consideramos que la disputa ideológica es central y estratégica. Por eso, realizamos innumerables actividades que se relacionan con problemáticas de la educación y la sociedad en general como los problemas de agua en un municipio o barrio, la contaminación, la discriminación, la desnutrición infantil, el problema de la vivienda y la salud, la violencia hacia las mujeres, etc. Como nuestra rama es mayoritariamente femenina, tenemos la obligación y responsabilidad de encarar las problemáticas de las mujeres. Para eso necesitamos, hoy más que nunca, conocimientos científicos y con perspectiva feminista para enseñar a nuestros alumnos que hay que romper con las estructuras machistas y patriarcales. Solo así podremos ir al fondo del asunto y explicar que el patriarcado es adoptado y adaptado a las necesidades de la dominación de clase. Esta estructura permite dividir a la clase obrera y establecer mejores condiciones de explotación general sobre todo el proletariado y, en particular, sobre las mujeres obreras. No se puede luchar contra el capital y por el socialismo si no se lucha en el mismo nivel y simultáneamente contra el patriarcado. No hay socialismo sin feminismo, no hay verdadera revolución socialista que no sea feminista. Si no queremos que nos ganen la batalla tenemos que organizarnos.

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