Desconectados. Cuando la presencialidad mata y la virtualidad es librada a su suerte

en Aromo/El Aromo n° 117/Novedades

Por voluntad propia, el personal político y la clase que nos gobierna se dispone a dificultar la organización de una educación virtual razonable para capear lo peor de la pandemia. No solo por las estrategias de “cierres intermitentes” sino porque arrastramos los mismos problemas de conectividad del 2020. Basta con revisar el estado de situación para comprender que la pandemia marcha a profundizar el genocidio educativo.

Romina De Luca – GES

Hablan de calidad educativa y dicen que la presencialidad (una decisión criminal) la aseguraría. Lo dicen aun cuando el sistema de burbujas establece clases rotativas y organizar la “virtualidad”. La presencialidad tiene por función suministrar pautas para el trabajo remoto y autónomo de los alumnos, realizar retroalimentaciones o contenidos estrictamente prácticos. Así lo dispuso en sus protocolos el Ministerio de Educación nacional. Es una ficción educativa en toda ley. Frente a lo que era previsible -aumento exponencial en la curva de casos en TODAS las edades generada por la presencialidad- se improvisan nuevas medidas. Cierres o restricciones a la presencialidad acotados, temporal y espacialmente, que impiden una organización escolar virtual razonable. En definitiva, todos siguen abrazando la presencialidad aun cuando sus protocolos no permiten transitar el invierno. El principal problema, entonces, es el sinsentido en el que están convirtiendo a la educación. Por voluntad propia, el personal político y la clase que nos gobierna se dispone a dificultar la organización de una educación virtual razonable para poder capear lo peor de la pandemia. No solo por las estrategias de “cierres intermitentes” sino porque arrastramos los mismos problemas de conectividad del 2020. Al inicio de la pandemia presentamos en estas páginas un estado de situación. Si la sorpresa fue su coartada el año anterior hoy no pueden decirnos lo mismo. Datos sobre lo que hace falta para garantizar la virtualidad y cumplir con ese eslogan de “seguimos educando” ya tenemos. No es impericia sino una respuesta acorde a los intereses de una clase social. Basta con revisar el estado de situación para comprender que la pandemia marcha a profundizar el genocidio educativo que de manera larvada se cuece hace tiempo, ahora por la vía de la desconexión.

El día de la marmota

El abrazo a la presencialidad escolar tiene consecuencias muy concretas: la ausencia de cualquier tipo de planificación para el sostenimiento de la virtualidad escolar. Conviene repasar primero el estado de situación general.  

Tomando los datos del INDEC, a enero de 2021, había en Argentina 36,32 millones de internautas, lo que representa el 80% de la población. El otro lado de la moneda: el 20% de la población no tiene internet. En lo que refiere a los dispositivos y su uso, siempre hablando de ese 80% de usuarios que sí tiene internet, el teléfono celular es el dispositivo estrella. Los datos del organismo oficial encuentran que, entre las personas de 16 y 64 años, el 98,4% tiene teléfono celular (cualquier tipo), el 81,4% un laptop o computadora de escritorio y el 40,9% tablets. Una vez más, casi el 20% no tiene computadora alguna. En materia de conectividad estamos muy lejos de disponer de conectividad fija: el 94,5% accede a internet desde su dispositivo móvil. Como si eso fuera poco, el 67% manifestó que usó el celular de otro miembro de la familia para realizar tareas escolares.

A la hora de ver el mapa de conectividad, los valores del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA muestran una realidad más acuciante a la del INDEC. Mientras el organismo oficial entiende que el 20% de los hogares de todo el país no tiene internet, para el observatorio la cifra en 2020 fue de 28,5% y solo el 40% tiene una computadora en el hogar. Los números de la UCA coinciden con un informe de UNICEF de febrero de 2021. Por cierto, la conectividad cae en provincias como Santiago del Estero, Formosa, Corrientes, Catamarca: menos del 30% de los hogares de nivel socioeconómico bajo tiene internet fijo y solo un tercio dispone de conectividad en provincias como Misiones, Salta, Tucumán, Mendoza. En la provincia de Buenos Aires solo la mitad de los hogares pobres tienen conectividad y en los hogares pobres del GBA según una encuesta de Poliarquía el 83% de las niñas y niños que asisten a escuelas públicas solo disponen de celular para realizar sus tareas.[i] Cuando Baradel dice que en provincia “seguimos educando” debería hablar también de las condiciones en las que se lo hace. El 59% además comparte dispositivos con otros miembros de la familia. Una realidad que ya también había relevado el mismo ministerio de educación nacional y de la que hablamos en otro momento.

En la Ciudad de Buenos Aires, los valores eran de 8,6% y 12% respectivamente para la falta de conectividad y equipos en el hogar. Como en todas las provincias, la Ciudad de Buenos Aires también encubre una gran desigualdad en su interior: en villas y asentamientos, entre casi el 44% y el 46% no tiene ni internet ni computadoras mientras que en las comunas de la zona sur esa situación afecta a un tercio de los hogares. Según un relevamiento de Barrios de Pie, el 54,2% de las niñas y niños que viven en barrios populares (villas y asentamientos) se comunicó con la escuela a través de WhatsApp durante 2020 y el nivel de acceso a computadoras solo se alcanzaría a un cuarto.  

En el mes de mayo, un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación examinó las condiciones para llevar a cabo la continuidad remota de los alumnos del nivel primario común en los ámbitos urbanos durante el 2020. En primer lugar, el estudio mostró que aquellas escuelas que realizaron bimodalidad, en buena medida, la forma de comunicación mayoritaria fue el envío de material impreso: así lo hizo más de un tercio de las escuelas (el 34,1%). Por otra parte, el 28,8% envió material digital (textos y actividades en formato PDF) mientras que apenas 2 de cada 10 mantuvieron clases sincrónicas por videollamada (Zoom, Meet, etc). El 8% utilizó como forma de comunicación las plataformas escolares (Google Classroom, Moodle, etc). A la hora de ver cómo enviaban los docentes tareas a sus alumnos, el informe muestra que casi la mitad lo hacía a través de WhatsApp (49%) o las envían impresas (20,6%), otro 6,1% indicaba tareas del libro de texto. Qué quiere decir esto: una comunicación que carece completamente de herramientas tecnológicas adecuadas y si las utiliza remite a lo más básico: el teléfono. En efecto, el 26,6% de los estudiantes declara no contar con las herramientas digitales para llevar adelante sus tareas. Este dato, como vimos más arriba, coincide con el balance realizado por el INDEC. No estamos ante información nueva en este punto. Si el lector está pensando que el problema se resolvió con la implementación de la Prestación Básica Universal, la respuesta es no. Recién el 30 de abril se estableció un plazo de treinta días para fijar un marco regulatorio. El resultado: más de 3 millones de personas potenciales sin acceso a internet aún. Por cierto, tampoco es gratuita: por 350$ mensuales se obtienen 150 pesos de WhatsApp ilimitado y 200 pesos por un giga de datos”.

Con la mitad de la población argentina pobre, los créditos “blandos” para adquisición de equipos ofrecidos centralmente a docentes no movieron el amperímetro. Según UNICEF, solo 1 de cada 10 hogares compró una computadora o Tablet nueva durante el ASPO y apenas el 5% incorporó conectividad fija.

El fruto cae siempre cerca del árbol

Aduciendo la atención del sistema sanitario el gobierno relegó la resolución de este problema todo el 2020. Le echaron la culpa del cuadro de situación a la herencia macrista y a la supresión del Conectar Igualdad. Una verdad a medias. Por un lado, porque el macrismo eligió la entrega de kits y “carros” con equipos, impresoras 3D en el marco del Aprender Conectados a las ecuelas, en reemplazo del modelo de entregas  a los alumnos uno por uno. Cierto, se podrían haber entregado esos equipos a los alumnos y no se lo hizo masivamente. Por el otro, el programa del kirchnerismo solo apuntó al nivel secundario dejando la distribución de equipos para el nivel primario en manos provinciales. Ambos, macrismo y kirchnerismo, obviaron a la educación de adultos y también a la formación docente. Supongamos que sí fue la herencia, es decir, que todo el problema se limita a los cuatro años del gobierno macrista y no a los más de 27 de gobiernos peronistas, veamos qué hicieron ahora para resolverlo. En 2020, como contamos, repartieron 98.554 netbooks y 19.034 tablets en todo el país cuando el mismo Trotta reconoció en el documento “A las aulas” que se debían repartir por lo menos 4.300.000 computadoras y que el 53% de los alumnos no tenía un dispositivo para uso exclusivo. Herederos de su propia herencia, para todo el 2021 anunciaron la distribución, primero de 500.000 equipos y luego subieron esa cifra a 700.000 pero avisaron que descontando lo que ya entregaron en 2020. Las empresas beneficiarias del plan de compra son: Air S.R.L; Grupo Núcleo; Coradir; Informática Fueguina; Agen S.A; EXO; Newsan y PC Arts Argentina.  Que el problema podría resolverse comprando equipos, resulta claro. Incluso en el marco de esa burguesía planera local porque ella misma produjo (o ensambló) más de 6.303.851 celulares durante todo el 2021 y esa industria fueguina llegó a ensamblar más de cinco millones de equipos anuales. Si hoy el Estado no le pide más es sencillamente porque no le interesa repartirlo.[ii]

Así, no extraña que, en ese estado de abandono, durante el 2020, un 16% del total de alumnos se quedara afuera del sistema educativo. Ese 16% según las encuestas no sostuvo tareas educativas. Un número que también se despliega desigualmente: en NEA sube a 27%, en Cuyo y Patagonia al 17%, en el NOA y región Pampeana 15% y en AMBA a 14%. De los que se quedaron fuera, el 52% manifestó que perdió contacto con la institución y el 34% que no tenía herramientas para mantener el vínculo. La falta de gabinetes escolares o equipos de orientación escolar en cada escuela, promesa incumplida de la LEN, se hizo sentir durante el 2020: solo el 44% de los encuestados sostuvo que la escuela se comunicó para interiorizarse sobre la situación del hogar y de las problemáticas que afectaban a las chicos y chicas, mientras que el 84% dijo que sí se comunicaron por el envío de tareas. Un 26% de los encuestados sostuvo además que no logró avanzar en sus aprendizajes. Además, ya en 2020, 3 de cada 10 familias manifestaron dificultades para sostener una rutina relacionada con los aprendizajes y/o problemas de concentración problemas que se sumaban a las limitaciones técnicas del caso. Que no existía posibilidad de “protocolos seguros” o presencialidad cuidada ya lo advertían una de cada dos familias: en distintas encuestas, la mitad consideró que la escuela no estaba en condiciones de adaptarse a los protocolos propuestos. Ya ni hablemos del golpe de realidad que produjo la llegada de los primeros fríos. En este cuadro, el personal político se debate en adelantar las vacaciones de invierno antes de la llegada del invierno.

Entonces, si el gobierno de Alberto y sus pares provinciales no garantizaron ni van a garantizar las condiciones adecuadas para sostener la educación virtual ¿qué resultado esperan obtener? Peor cuando envían a millones de estudiantes y docentes a las aulas a enfermarse para una presencialidad que gestiona una virtualidad sin recursos.

Detener la farsa

Llegados a este punto hay que decirlo claramente: en abstracción, este problema tiene soluciones sencillas. Por un lado, en una pandemia, sin vacunación masiva de la población aferrarse a un protocolo cuya única estrategia es abrir ventanas y puertas no suena muy sensato. Tampoco lo es prohibir reuniones sociales en espacios cerrados y mantener reuniones sociales entre estudiantes y docentes en espacios cerrados, pero con ventanas abiertas como son las aulas. Menos aún en el tránsito del alto otoño e invierno. Se impone entonces la vacunación masiva de toda la población. El gobierno podría garantizar las condiciones para mejorar la virtualidad y lograríamos obtener mejores resultados que en el esquema actual. Hoy se expone a la comunidad escolar en una escolaridad vaciada de contenidos que además solo se desarrolla, si con suerte no mediaron antes “contingencias” como aislamientos de las respectivas burbujas. Así, ni el trabajo docente se acomoda en el mediano plazo ni las logísticas familiares. En el mismo sentido operan los “cierres intermitentes” que lo único que buscan es encontrar una meseta alta de casos a la que nos acostumbremos. ¿Serán 20.000, 30.000 o 40.000 casos diarios? ¿y muertes? ¿Cuál es el número que buscan antes de volver a abrir? Esta coartada de la mayor presencialidad posible, que es defendida por todo el arco político, impide ver la magnitud de la pobreza con la cuál nuestros estudiantes, pero también las y los docentes, deben afrontar la educación remota. Hacen falta millones de computadoras y liberar wifi. Prometieron planes universales de conectividad y esperaron a la primera suspensión parcial de la presencialidad para crear el marco reglamentario. Hablan de la falta de equipos, le echan la culpa a sus antecesores, pero, al igual que con las vacunas, no atinan a comprarlas resolviendo el problema. Hay cientos de miles de docentes desocupados que podrían ser contratados para garantizar un mejor y mayor seguimiento de estudiantes, tampoco lo hacen con el personal técnico y asistencial que sería necesario si verdaderamente les preocuparan los efectos psíquicos de la pandemia. Prefieren enviar a esos hijos de nadie a las escuelas, porque aún con escuelas cerradas tienen que haber guardias para los desconectados tal como firmaron Trotta y Alberto. Precisamente, las soluciones son sencillas pero las sociedades no son abstractas. La sociedad capitalista que embrutece a millones prefiere enviarnos a la muerte que resolver un problema fácilmente resoluble. Es hora de empezar a “conectar” con el futuro y ver que todos ellos son nuestro verdadero problema.


[i]https://tn.com.ar/sociedad/2021/05/28/por-las-dificultades-de-conectividad-la-mitad-de-los-alumnos-del-conurbano-no-tiene-clases-todos-los-dias/ 

[ii]https://latinta.com.ar/2017/07/empresa-fabrica-notebooks-argentina/

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

*