Contra la implementación del ajuste a través de la arealización elitista del departamento de historia de la UBA

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02El 25 de septiembre llegó un mail del jefe de departamento de la carrera de historia indicando que debido a una supuesta favorable recepción de la propuesta de generar áreas de trabajo docente se decide ahora pasar a su implementación. Implementación que es inmediata puesto que se plantea un cronograma de reuniones que se inicia en solo dos semanas, sin ninguna discusión previa entre el conjunto del estudiantado, la docencia y los graduados del departamento.

Enuncia como objetivos:

1. Planear materias especiales y seminarios de grandes núcleos de manera de “no producir superposiciones”

2. Una participación más activa de docentes

3. Generar espacios para pensar reforma de plan de estudios

En las reuniones se convoca solo a Titulares, adjuntos y JTP, excluyendo al resto de los docentes a los graduados puros (no docentes) y a los estudiantes. Además las reuniones se realizan todas en los días jueves a las 17 horas, de tal manera que quien por cuestiones laborales o particulares no puede concurrir en ese día queda excluido por completo del ciclo de reuniones.

El proyecto es viejo y ya lo han defendido Romero y cía. en los 90’. La creación de áreas no diluye las cátedras, sino que refuerza el control reduciendo la libertad de cátedra. Puesto que se crea una autoridad por sobre las cátedras, un jefe de jefes de cátedra, que esa jefatura sea desempeñada en forma individual o colegiada no cambia su naturaleza.

El carácter regresivo de la reforma se evidencia en que uno de sus objetivos sea evitar la superposición de seminarios, garantizando más alumnos en cada seminario. Es decir, se va a reducir la oferta de seminarios, acotando la apertura ideológica (con la excusa de evitar superposiciones temáticas). Esto perjudica a docentes, a estudiantes y a graduados. Sin estar en las reuniones de áreas a los graduados que no trabajan en la facultad les va a resultar más difícil proponer y dictar un seminario, algo que hasta hoy era posible con la simple presentación del programa al departamento de historia. Las áreas van a actuar como filtro en la oferta de seminarios que puedan dictarse. Esto va de la mano de la política de ajuste que están llevando adelante en la facultad, busca racionalizar la oferta de seminarios limitando así el nombramiento de docentes.

No solo el contenido de la propuesta, sino también su forma de implementación es reaccionaria. Cualquier transformación de este tipo debe discutirse en asamblea interclaustros y no en reuniones cerradas de la cúpula docente, organizadas de un día para otro y pautadas siempre en uno solo día en la semana donde no todos pueden concurrir. El proyecto dice buscar mayor participación docente y comienza excluyendo a la mayoría de los docentes de la toma de decisiones.

El jueves 8/10 se hizo la primera reunión de área Historia Americana y Argentina hasta siglo XIX. A ella concurrieron distintos profesores y Campagno y Galiana como representantes del departamento de historia. Fuera los convocados (Fradkin, Fabio Waserman, Santilli…), concurrieron estudiantes de historia que habían decidido su presencia en la Asamblea de Historia de la semana anterior y docentes de la cátedra historia Argentina III B y el Profesor Rodríguez Otero que, junto con los estudiantes manifestaron sus críticas al proyecto.

Si bien Campagno y Galiana iniciaron la reunión planteando como principal objetivo evitar las superposiciones de los seminarios, ante las críticas recibidas (que estaban decidiendo en nombre de los estudiantes en su ausencia, que implicaba un ajuste hacia los docentes), la mayoría de los docentes se distanció de su posición aduciendo que se puede poner piso de seminarios y no techo, o minimizando la reunión equiparándola a un simple encuentro para tomar mate (Santilli). Descaradamente se negó lo que está por escrito (que una de las funciones de las áreas es iniciar la discusión de reforma de plan de estudios), al tiempo que se apeló a la autoridad, (el jefe de departamento podría armar y desarmar áreas a su antojo y organizar reuniones cerradas con los objetivos que se le antojen).

Se manifestó el clima elitista de la reunión a partir de repetidas manifestaciones relacionadas a que carece de sentido convocar a los estudiantes (Gelman) o reiteradas burlas a los docentes auxiliares que se ofrecen para dictar seminarios, pese a que no les pagan por ello. Es decir, los jefes de cátedra con puestos académicos seguros y –dentro de la miseria de la facultad- mejor redituados no tenían empacho en reírse de colegas menos afortunados que buscan difundir su investigación dictando seminarios a través de los cuales también hacen curriculum para concursar después mejores posiciones. Es decir, quienes estuvimos ahí presenciamos cómo trabajadores en blanco y con estabilidad laboral se mofaban alevosamente de los afanes de sus compañeros precarizados por conseguir mejores posiciones.

Finalmente, pese a que se quería negar la idea de un horizonte de ajuste, una nueva intervención de Galiana revela que ese es en realidad el quid del asunto: según Galiana si hay muchos seminarios faltan aulas, por eso se debe restringir la cantidad de seminarios y seleccionar alguno al que se le ofrezca un buen horario con un buen aula. Cuando Ianina Harari le preguntó quién iba a elegir qué seminario recibiría estos beneficios, y cuáles quedarían relegados se quedó callado. Es evidente que, pese a toda la diplomacia y pretextos que esgrimieron ante la presión de estudiantes y un sector de docentes, estas reuniones de área son un vehículo del ajuste. Por eso, les negamos toda legitimidad y repudiamos las reuniones de área implementadas en el formato actual por el departamento de historia y reclamamos:

1. Reuniones en horarios en los que todos podamos intervenir (sábados) y/o días /horarios rotativos

2. Las reuniones deben tener carácter asambleario y estar abiertas a toda la comunidad educativa: docentes/estudiantes y graduados. No se puede iniciar una discusión de reforma de plan de estudios excluyendo a la mayoría de los involucrados

3. Cualquier reunión docente que organice el departamento debe incorporar a la totalidad de los docentes y, si se discuten temas relativos al plan de estudio, organización de la cursada, forma de establecer oferta de seminarios, etc. debe informar a la asamblea interclaustros, a cuyas resoluciones queda supeditada

No a la discusión cerrada de un nuevo plan de estudios.

No a la creación de áreas decidida en forma cerrada por la cúpula docente

No a la restricción del número y variedad ideológica de los seminarios

No al ajuste

Razón y Revolución

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