Este fin de semana, Chaco inició la fase 3 del Plan de Desescalada que finalizará el próximo 4 de septiembre. Este Plan de apertura escalonada de la cuarentena, arrancó el 25 de julio y fue dividido en etapas de 15 días, cada una con distintos niveles de restricciones y habilitaciones. Si bien se dijo que se iba a monitorear la situación epidemiológica para ver si se retrocedía o no, lo cierto es que las muertes y los contagios no cesan y no se da marcha atrás con las aperturas.
En la primera semana hubo un promedio de 45 casos diarios, con 11 fallecidos y una tasa de positividad del 13%. En la segunda, los casos diarios se elevaron a 52, con 17 muertes y una tasa de positividad del 15%. En la tercera semana los valores se mantuvieron, pero en la cuarta, que terminó el viernes 21 de agosto, se registró un incremento del 30% de positividad. Las estadísticas muestran que la provincia tiene hasta el momento 4.914 casos positivos por COVID -19 y lleva acumulado 197 muertes. Mientras que hay 58 pacientes internados y 10 están en estado de gravedad.
Si bien el Área Metropolitana del Gran Resistencia sigue siendo el área con mayor tasa de contagios, están aumentando los casos en las localidades del interior como en Sáenz Peña y Tres Isletas que tienen acumulados 235 y 263 respectivamente.
Esta situación sanitaria refleja los resultados del Plan de Desescalada de Capitanich. Por un lado, un amesetamiento de la curva de contagios que se mantuvo durante una semana. Por otro, un incremento de casos positivos y de muertes que enciende la alarma del colapso del sistema sanitario. Si seguimos a este ritmo, es muy probable que pase lo que está pasando en Jujuy: Gente esperando en los pasillos de los hospitales para acceder a un respirador o un poco de oxígeno. O directamente que las personas mueran en sus casas.
Como lo anticipamos al inicio de este plan aperturista, Capitanich es el vocero de las patronales y confecciona un plan a la medida de sus necesidades, o sea, la de seguir obteniendo ganancias sin importar la salud de la población. No tiene un plan real, le interesa salvar a la clase que él representa, un puñado de burgueses parásitos que se siguen enriqueciendo a costilla de la precarización y el hundimiento en la miseria de miles y miles de laburantes. Por eso mismo es un plan criminal, porque el único lugar donde nos lleva es el de la multiplicación de contagios y de muertes.
– Por una cuarentena estricta. No a las excepciones dispuestas según el criterio de la ganancia capitalista. Una actividad es esencial en función de las necesidades sociales.
– Prohibición de despidos, suspensiones y recortes salariales.
– Prohibición de ajustes patronales sobre el salario y avances sobre las condiciones de trabajo.
– Garantía estricta de todas las condiciones de higiene y salud.
– Pago de las horas trabajadas en todas las funciones realmente esenciales como horas extra.
– Fiscalización obrera de todas esas condiciones con comisiones elegidas por los trabajadores.
– Subsidio universal para la clase obrera desocupada y precarizada. Blanqueo y pase a relación de dependencia. Con hambre, no hay cuarentena.
– Aumento urgente de presupuesto para la salud pública. Por una salud pública centralizada y controlada por los trabajadores.
Razón y Revolución Chaco