Chaco: Colonia Benítez y un nuevo caso de contagio entre trabajadores de supermercados

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En la localidad de Colonia Benitez de nuestra provincia, se acaba de registrar un nuevo caso de Coronavirus. En esta oportunidad, se trata de un trabajador del supermercado Cheek. Hoy se esperan los resultados de los testeos que se hicieron sobre el resto de los trabajadores. No sorprendería que el número de infectados se incremente.

No se trata de un caso excepcional, por el contrario, es una realidad recurrente. Los trabajadores y repositores de supermercados se arriesgan día a día al contagio. La gravedad del riesgo al que están expuestos estos trabajadores, queda demostrada al relevar la gran cantidad de infectados que se registran entre los empleados de las cadenas de supermercados, especialmente Coto, Carrefour y Cencosud. El caso de Coto es de los más repudiables. Se pudo observar en los medios al propio Alfredo Coto encabezando una protesta en plena calle, reclamando por la reapertura de una de sus sucursales sin que los empleados cumplieran con el aislamiento estipulado, tras haber estado en contacto directo con un compañero infectado. En el barrio porteño de Once, un trabajador de Coto denunció que la patronal lo quiso presionar a ocultar que había dado positivo en el test de coronavirus. En Recoleta, los trabajadores también denunciaron que la patronal les ocultaba los casos. Como se ve, mientras Alfredo Coto gasta fortunas publicitando en medios como Crónica y Perfil que en sus sucursales se llevan a cabo medidas preventivas, la realidad demuestra que Coto tiene hasta ahora un trágico récord de contagios. De este modo, es evidente que estamos ante cifras que las patronales tratan de ocultar.

Claramente, toda esta situación es responsabilidad también de la burocracia sindical: el Sindicato de Comercio, dirigido por Armando Cavalieri, y el STIA de Héctor Daer, que reúnen a la mayoría del personal de reposición externa. Cavalieri, en lugar de defender a los trabajadores de su gremio, salió recientemente a pedir que los comercios vuelvan a abrir. La seguridad no le preocupa demasiado. Es más, dijo que hubo algunos contagios, “pero no muchos”. Sus propios subordinados atacaron a un trabajador que denunció que en Coto no se cumplen los protocolos de seguridad. El STIA no actúa diferente. Es más, estuvo batallando en defensa de los bolsillos patronales, garantizando el trabajo en producciones “esenciales” como… chocolates y snacks.

El Estado debe garantizar que esta rama de los trabajadores esté vinculada realmente a la distribución de mercancías esenciales. Su tarea debe ser limitada al mínimo de tiempo necesario en cada local, con todas las condiciones de higiene garantizadas y monitoreadas por los trabajadores. Debe garantizarse íntegramente sus salarios –como los de todos los trabajadores de Alimentación y Comercio-y no verse afectados por suspensiones ni despidos. Es más, exigimos que se abone su sueldo como hora extra por realizar una tarea realmente arriesgada y el fin de toda forma de precarización y tercerización laboral.

Razón y Revolución Chaco

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