Campaña nacional de pelea contra la presencialidad criminal. Semana epidemiológica de 11 al 17 de julio

en Conti-Santoro/Novedades

Venimos diciendo desde hace varias semanas que el gobierno nacional, acompañado por los gobiernos de las provincias y de la Ciudad, venía instalando la idea de que estábamos ingresando a una normalidad y que la pandemia quedaba en el pasado. También decíamos que iban a aprovechar el receso escolar y el estancamiento en torno a los 15 o 20 mil casos diarios, para avanzar, aún más, en la presencialidad, obviando la conclusión lógica de que la suspensión de la presencialidad fue un elemento central en la caída y amesetamiento de casos.

Quizás, el elemento más demostrativo de esta incoherencia, sea que el ministro de Educación, Nicolás Trotta, estuvo este 27/7 en la provincia de La Rioja. Esta provincia, tuvo dos suspensiones de la presencialidad, y la última se extendió por 8 semanas, luego de alcanzar 1.133 casos acumulados para la semana del 23 de mayo. Esa misma provincia, llegó a los 1.137 para la semana del 11 al 17 de julio, y registra un 95% de ocupación de camas UTI. Allí fue Trotta a festejar que desde el 26/7 las clases vuelven a ser presenciales en toda la provincia, mientras en las afueras de la gobernación los docentes autoconvocados reclamaban por salario y por la falta de vacunas.

Otro ejemplo demostrativo, es que Larreta anuncia, al aire libre y con distanciamiento social, que a partir del 2/8 se vuelve a la “rutina pre pandemia” que significa que las escuelas de la Ciudad retornan a la jornada completa, y que al mismo tiempo se eliminaba el sistema de burbujas o, dicho en las palabras del Jefe de la Ciudad, “la burbuja es el aula”. O sea, se elimina el distanciamiento social, en un espacio cerrado, escasamente ventilado, donde estarán entre 20 o 30 personas sin vacunar, nuestros alumnos, y tres o cuatro a lo largo de un mismo día que tendrán solo una dosis, nosotros los docentes. Obviamente, el gobierno porteño no come vidrio y pasó el problema a las escuelas para que vean cómo hacer para sostener lo que ya habían anunciado públicamente.

En la Provincia de Buenos Aires, Kicillof ya amplió la jornada horaria, al mismo tiempo que borró de un plumazo el semáforo epidemiológico, ya que a partir de ahora el mismo vale solo para los distritos de más de 300.000 habitantes, independientemente de la cantidad de casos, de la ocupación de camas, o la tasa de incidencia, que tengan los distritos con menos de esa población. También, aparece en el horizonte la eliminación de las dispensas para la población de riesgo que tengan la vacunación completa, a pesar de que la provincia aún registra un nivel de circulación del virus casi idéntica al pico de fin año y vacaciones de verano, por lo cual aún con las dos dosis, siendo población con patologías, el riesgo de contagiarse, tener secuelas, o directamente fallecer, sigue siendo alto. Por ahora, no se oficializó la eliminación de las burbujas, pero ya es un secreto a voces en varios distritos que Kicillof seguirá los pasos de Larreta en ese sentido.

Entre esta semana y la entrante, el resto de los gobiernos se predisponen a retornar a la presencialidad de manera generalizada en prácticamente todo el país. El gobierno de Santa Fe ya anunció el retorno en todos los niveles, y ampliación de una hora de permanencia, al igual que el gobierno de Córdoba. El gobierno de Entre Ríos también anunció el retorno a horario completo, con burbujas, en toda la provincia. Tucumán lo anunció, aunque algunas escuelas, como el Colegio Nacional de Tucumán y varias escuelas privadas, decidieron retrasar el retorno para “adaptar” los espacios, como si fuera posible hacerlo en una semana, y mantendrán la virtualidad. En Formosa, también se retorna, mientras que en Santa Cruz se anunció el retorno en toda la provincia, a pesar de registrar niveles de contagios similares a los de marzo, cuando no se autorizó el retorno a al presencialidad. El resto de las provincias del sur también vuelven con burbujas, aunque en la provincia de Chubut está previsto un paro de 48 horas por salario, por parte del gremio ATECH. Otras provincias, como San Juan, Río Negro, o Salta, decidieron implementar una semana de fortalecimiento para los estudiantes o de jornadas de formación para los docentes, por lo cual se postergó una semana la vuelta a la presencialidad de lo que estaba previsto originalmente. Corrientes, por su parte, alargó una semana el receso debido a la situación epidemiológica.

Como dijimos varias veces también, las 8 semanas consecutivas de caídas de casos son el resultado de la suspensión de la presencialidad, ya sea “legal”, por decisión de los gobiernos, o “de hecho”, debido a la decisión de las familias de no enviar a sus hijos e hijas a las escuelas de manera presencial. Parte de la reducción de casos, también se debe al avance de la vacunación, al cual no hay otra forma de calificarlo como tardío, lento y escaso. Tardío, porque ya van casi 8 meses de iniciada la vacunación y solo el 40% de la población recibió la primera dosis. Lento, porque solo el 14% recibió la segunda dosis, y todos los especialistas coinciden en señalar que la variante Delta circulara “libremente” dentro de 2 o 3 semanas. Escaso, porque la vacunación con una dosis solo es del 50% de la población de entre 18 a 29 años, al 73% de entre 30 a 39 años, y 83% entre 40 y 49 años. A esto hay que sumar que recién comienza la inscripción para los menores de 18 años, que es un universo de 13.151.580 niñas y niños, de los cuales 10.658.091 están en edad de escolarización, o sea, nuestros alumnos.   

Estamos ante las puertas de un segundo experimento letal. El primero, impulsado por el gobierno nacional, fue el de retornar a la presencialidad con burbujas cuando apenas comenzó la vacunación, allá por febrero. Los resultados están a la vista. Los casos llegaron a crecer un 526% entra la población total y 619% entre la población escolar. Ahora, nos envían a un nuevo experimento, retornando a una presencialidad completa, en algunos casos obligatoria y sin distanciamiento, sin dispensas para la población de riesgo, con el inminente ingreso de la variante Delta, teniendo solamente a un tercio de los docentes vacunados con las dos dosis, al 15% de la población con ambas dosis, y sin vacunas para nuestros estudiantes. Es fundamental rechazar este nuevo intento por enviarnos al matadero. Todavía podemos organizarnos para frenar este crimen social, exigiendo la suspensión de la presencialidad hasta la vacunación masiva con dos dosis, y el pasaje inmediato a la virtualidad, con dispensas, equipos, conectividad, designación extra de personal, e ingresos equivalentes a dos canastas básicas totales reales para las familias.

Corriente Nacional Docente Conti Santoro

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