CABA En medio de una asamblea escandalosa, la Multicolor levanta el paro docente

Ayer, martes 11 de mayo, tuvo lugar una nueva asamblea de Ademys cuyo objetivo aparente era discutir la continuidad del plan de lucha. Esta se desarrolló en un contexto particular a partir de lo sucedido en los días previos. Desde los últimos días de la semana pasada y desde el lunes en particular asistimos a una enorme movilización docente en la Ciudad de Buenos Aires. Esta fue una respuesta contra la presencialidad criminal que se había llevado la vida de más de 40 compañeros en todo el país y 8 en nuestra ciudad. En ese cuadro, UTE levantó el paro el día anterior, quedando solo en pie el que había convocado Ademys tras la última asamblea. El sindicato tenía una enorme oportunidad de capitalizar ese descontento. Sin embargo, la conducción (PO, PTS, IS, MST, Venceremos) tenía otros planes.

Agarrándose del bajo acatamiento del paro (como consecuencia de los descuentos que aplicó el Gobierno de la Ciudad) la conducción propuso, lisa y llanamente, el levantamiento de la medida. Lo hicieron con un plan de retirada. Nos explicamos: propusieron un paro 24hs para hoy (12/5) y otras 24 para la semana que viene. El marco del paro de hoy, en realidad, se inscribe en el acompañamiento de una jornada de lucha nacional y de los SUTEBAS multicolor en particular. Las consecuencias de la propuesta no son difíciles de advertir: para la Ciudad, una semana completa en la cual las y los compañeros no van a tener ningún tipo de protección gremial para evitar la presencialidad criminal. Esa propuesta contemplaba, también, el impulsar la lucha en los distritos contra las supervisiones y la realización de notas individuales para solicitar la retención de tareas a las actividades presenciales. En otras palabras: dejar atrás la lucha colectiva y reemplazarla por estrategias atomizadas e individuales. Todos estos planteos nos retrotraen a lo formulado por esa misma conducción en la asamblea del 19 de febrero. Lo que sucedió a posteriori desde ese momento y hasta mediados de abril cuando se retomó el sendero de la lucha es sabido: presencialidad masiva, aumento de la enfermedad, compañeras y compañeros muertos.

En este cuadro, usando argumentos que ya aparecieron las dos últimas asambleas argumentaron que el levantamiento del paro era necesario para llevar la discusión a las escuelas, para construir la huelga nuevamente. Que en pleno siglo XXI y tras haber realizado incontables asambleas virtuales, estando todos conectados en infinidad de grupos, la CD nos venga a decir eso es inaceptable. En este razonamiento, no logra entenderse cómo se construye el paro levantándolo.

Frente a eso, los docentes de la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro y otros compañeros independientes señalamos lo mismo que en las asambleas anteriores: que había que llamar de forma inmediata un paro por tiempo indeterminado hasta conseguir la suspensión de la presencialidad. Y que ese paro tenía que arrancar con un primer tramo de 72 horas (miércoles, jueves y viernes) y una nueva asamblea el viernes 14 de mayo. Marcamos también que esta propuesta no era caprichosa, sino una necesidad para marcarle un horizonte nítido al conjunto de la docencia demostrando que estamos dispuestos a parar hasta suspender la presencialidad. La falta de una orientación clara es, para nosotros, lo que explica la cada vez menor participación en las asambleas. Recordemos que pasamos de 1000 docentes el 19 de abril a menos de 300 ayer. Y eso no tiene que ver con los descuentos. Hacer asambleas de 4 horas cada dos días para votar paro por 24 o 48 horas cada vez, las dudas diarias respecto a si los docentes y las familias debemos volver a las escuelas o no, es muy desgastante para cualquier persona. Y si a eso le sumamos que no hay un horizonte preciso después de cada una de estas decisiones, el resultado no nos puede sorprender. Por eso, sostuvimos cada vez que defendimos el paro por tiempo indeterminado que no se trataba de una cuestión verbal sino clarificar el norte de lucha. Otras agrupaciones, como Tribuna Docente Tendencia, el Colectivo Docente En Clase y el grupo de “1917” propusieron la continuidad del paro por 72hs más y la convocatoria a una nueva asamblea.

Con este panorama, en post de evitar que se imponga el levantamiento del paro, hablamos con los compañeros de esas agrupaciones y otros independientes para llegar a un acuerdo. Producto de las discusiones, unificamos nuestras mociones bajo la siguiente fórmula: “paro de 72 horas en la perspectiva por tiempo indeterminado y de una huelga general educativa”.  Con esto, a diferencia de otras asambleas, la votación sobre la duración de la continuidad del paro se dividió en dos mociones: aquellos que querían levantarlo (FIT-U) y los que queríamos sostener la medida.

El resultado de esa votación fue de un 50% para la moción de la CD contra 48% de la nuestra: 120 votos contra 112. El otro 2% correspondió a abstenciones. Sin embargo, mientras se producía la votación varias compañeras y compañeros advertían que no les aparecía el cartel para emitir su voto. Por lo menos 10 personas escribieron en el chat que no podían emitir su voto y manifestaron su apoyo para la moción 2 a través del chat. El problema surgió precisamente al conocerse los resultados porque mientras se ponía en evidencia que 30 personas no habían votado diez de ellas continuaron reclamando su derecho a votar. Vale repetir: lo habían solicitado DURANTE la votación sin conocerse los resultados. Claro está, era una cantidad nada despreciable que podía dar vuelta el resultado final. Nobleza obliga, fue una compañera de Venceremos -Marisabel Grau- la que puso el problema sobre la mesa para la CD y pidió que discutieran internamente si correspondía realizar nuevamente la votación habida cuenta del reclamo de todos aquellos que no habían podido votar. El primero en llevar la voz cantante de la posición que se impuso fue el PO-Oficial: Gabriel Burgos dijo que siempre había un número de gente que no votaba y propuso seguir votando el resto de las mociones. Claro, el PO-Oficial omitió decir que en asambleas anteriores no se produjo durante la votación un reclamo masivo de gente con problemas técnicos para votar. Un problema técnico resoluble fácilmente repitiendo la votación. La CD se tomó su momento para discutir y, después en unos largos minutos de silencio, Mariana Scayola comunicó que había que aceptar el resultado. El motivo era claro: si repetían la votación estábamos ante una inminente victoria de la moción a favor de la continuidad del plan de lucha y ellos no iban a poder levantar la huelga. Lo cierto es que ante un problema “técnico” que era verificable antes de que se conocieran los resultados, la CD decidió actuar como buenos burócratas, amañaron la asamblea para asegurarse el triunfo. Eso provocó la retirada de decenas de compañeras y compañeros: la muestra apenas 170 votaron las últimas mociones perdiendo la asamblea 100 participantes. Nosotros mismos decidimos retirarnos mientras de producía la votación del segundo punto del temario. En vistas de que el espacio se convirtió en una puesta en escena decidimos abandonar la asamblea, ya que había perdido toda legitimidad. Ya veníamos de asambleas en las cuales estábamos muteados, no podíamos escribir en el chat; asambleas en las que la conducción cajoneó nuestras mociones y no teníamos forma de expresarlo. Esta no es la primera vez que los compañeros recurren a maniobras: deciden quiénes pueden comunicarse y cómo acotando el diálogo interno que podría producirse en cualquier asamblea presencial. Pero esta maniobra sí fue la más grave porque se decidió ignorar la voz de los afiliados que reclamaban emitir su voto.

Esta maniobra es un antecedente gravísimo para un sindicato que se autoproclama democrático, abierto, clasista y combativo. Y es una grandísima falta de respeto para aquellos que, como nuestra corriente, desde febrero venimos realizando acciones callejeras contra la política criminal del gobierno (más de 40 semaforazos, más de 20 radios abiertas, más de 200 escuelas afichadas). Desde el inicio de este conflicto sostuvimos que había que parar hasta conquistar la suspensión de la presencialidad. Lo dijimos el año pasado, en enero de este año y en febrero lo llevamos a las asambleas. Luego, actuamos en consecuencia: nos organizamos en las calles para hacer crecer esta posición y participamos de las acciones propuestas por el sindicato. Por eso, resulta una falta de respeto a la militancia de compañeras y compañeros tener que escucharlo a Jorge Adaro tildar de “testimoniales” estas acciones. Una verdadera falta de respeto, sobre todo viniendo de una conducción que, no solo apoyó el retorno a la presencialidad, sino que se negó a llamar a paro cuando se produjo la muerte del primer docente en CABA, y ahora ató la lucha a la agitación de un proyecto electoral de poca monta, organizando actividades solamente con ese fin, llegando al absurdo de organizar una caravana puramente del FIT-U mientras rechazaron la instalación de una carpa docente. Si Adaro no tiene acciones en este conflicto para mostrar de la misma magnitud debería, por lo menos, llamarse a silencio.

Nosotros, la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro, continuaremos con nuestra agenda de actividades para esta semana a la cual se vienen sumando compañeras y compañeros independientes constantemente. Seguiremos rechazando la presencialidad sin vacunación masiva, como lo venimos haciendo desde principio. No queremos 10 puntos, no queremos protocolos “cumplibles”, no queremos presencialidad administrada en pandemia ni semáforos epidemiológicos o “contextos aptos”. Con la presencialidad, cualquier indicador volará por los aires, porque la movilidad sin vacunación masiva trae aparejada la suba de casos, y la presencialidad trae aparejada la movilización para concentrarse en espacios cerrados ¿o acaso otra cosa son las aulas? Por eso, seguimos planteando como único requisito para la vuelta a la presencialidad la vacunación masiva de la población, y que mientras tanto se garanticen todas las condiciones necesarias para el sostenimiento de una educación virtual de calidad.

Corriente Nacional Docente Conti-Santoro