Esta semana, la Ministra de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, Mara Ruiz Malec, anunció que no se reabrirá la negociación paritaria con los estatales. Lógicamente, la decisión nos afecta a los docentes también. Con la excusa de que dan “prioridad a pagar en tiempo y forma salarios”, nos siguen sometiendo a condiciones de vida de mísera.
La paritaria a la baja, el congelamiento salarial, y la degradación de las condiciones de trabajo, no son los únicos avances sobre los estatales. Recordemos que llegado mayo, el gobierno nacional anunció que todos los estatales cuyo aguinaldo superara los 40 mil pesos iban a cobrar el aguinaldo en tres partes. Claro que no fue una estrategia exclusiva del peronismo. Larreta en CABA hizo lo mismo al fraccionar los aguinaldos y congelar salarios. Kicillof en Buenos Aires también siguió la línea que el Tío Alberto. De esa forma, aquellos docentes con sueldos de 80 mil pesos en bruto o más cobraron fraccionadamente. No está de más decir que la medida alcanzó a trabajadores cuyo único “privilegio” era ganar un poco más de una canasta familiar. Así, se vieron afectados secretarios jornada completa, directivos, docentes con un paquete de 36 horas y diez años de antigüedad, etc.
Los costos de vida
El gobierno suele utilizar a la pandemia como excusa para ajustar. Sin embargo, desde mucho antes de la aparición del COVID-19, la burguesía nos recorta el salario. En el mes de febrero, se acordó entre el gobierno y la burocracia un acuerdo paritario a la baja ya que implicó un aumento menor que la inflación (lo explicamos aquí, aquí y aquí). Ese acuerdo llevó a que el salario inicial de un docente en junio fuera de $ 31.058. Ese mismo mes, según la canasta familiar medida por la Junta Interna de ATE-INDEC, una familia necesitó para vivir $69.433,7. Con lo cual, nuestro salario no alcanza a cubrir ni media canasta familiar.
Además de los costos de vida, sufrimos el incremento de gastos fruto de la nueva realidad y de nuestro trabajo específico durante la cuarentena: gastos en internet, en luz, en renovación de las computadoras. Por todo esto, exigimos desde mayo la reapertura de paritarias y un bono extra que cubra estos gastos puntales.
Sin embargo, el gobierno provincial, en alianza con la burocracia de Baradel, no tuvo ningún inconveniente en descargar el ajuste y los datos de la virtualidad sobre los trabajadores de la educación. En lugar de pagarnos un bono o entregar notebooks a todo el mundo, saludaron el “Programa PC docentes” impulsado por el Ministerio Nacional. Se trata de una medida selectiva y restringida que hace que sean los propios docentes quienes financien su herramienta de trabajo (lo analizamos aquí).
Congelamiento salarial
El 24 de julio se realizó una reunión entre las partes que componen la mesa de discusión de la paritaria nacional. Los cinco sindicatos con representación nacional (CTERA, UDA, SADOP, CEA y AMET) avalaron que se cerrara la discusión paritaria a los docentes. De esta forma, cumplieron a la perfección su rol: ser cómplices del ajuste. En esta oportunidad aceptaron que, en lugar de una recomposición salarial, el gobierno pinte como “premio por el esfuerzo” la continuidad del pago del FONID de $4.840 en cuatro cuotas, más $210 de material didáctico. Para que quede claro, no se habló de aumentos sino de un monto en negro que no alcanza ni para pagar un mes de internet. Por eso, como dijimos más arriba, a los docentes este anuncio no nos sorprende para nada.
Está claro que la crisis no la pagamos solo los docentes y los trabajadores estatales. Durante estos meses los docentes vimos cómo, al menos costo posible, el gobierno buscó mantener la farsa de la continuidad pedagógica virtual. Ya dijimos, no se entregaban los dispositivos. Pero no solo eso. A las millones de familias desocupadas que no cuentan con las condiciones materiales para la cuarentena, se las quiso arreglar con la IFE y con los bolsones que se entregan en las escuelas. Más del 40 % de nuestros alumnos desertó de la escuela este año. O bien porque no contaba con los recursos materiales (WIFI y notebooks), o porque no contaban con adultos que pudieran acompañarlos en las tareas. Todo esto se hubiera solucionado con más con contratación de más docentes y subsidios a las familias.
Por todo esto, la suerte de la totalidad de la clase obrera está ligada. Los docentes debemos unir nuestros reclamos junto con las familias. No podemos actuar sectorialmente. Tampoco podemos dejar que los gobiernos nos sigan ajustando en nombre de la solidaridad. El peronismo nos saca a nosotros para darle a Ledesma, Tetchin, Clarín, las empresas privadas de salud, a la burguesía sindical. Docentes y trabajadores de salud y demás trabajadores estatales, trabajadores del sector privado junto a los compañeros desocupados debemos recuperar la historia de lucha que nos antecede. En el 2001 echamos un a ministro y forjamos el Argentinazo. Nada de esto lo va a hacer la burocracia que defiende al personal político que llamó a votar y cuya tarea es garantizar la gobernabilidad. Debemos hacerlo nosotros, los sindicatos recuperados, la multicolor docente en conjunto con todas las organizaciones clasistas combativas.
Convoquemos a un plan de lucha en serio, donde confluyamos todos los sectores. La reapertura de paritarias la vamos a ganar en la calle y con un programa obrero independiente.
• Reapertura inmediata de paritarias. Recomposición histórica del salario. Salario inicial igual a dos canastas básicas totales.
- Bono mensual y retroactivo para cubrir los costos en la educación a distancia
Corriente Nacional Docente Conti-Santoro / Razón y Revolución