La pandemia ubicó a la educación como uno de los principales temas de la agenda pública nacional. En este marco, un gobierno que no hizo nada por garantizar el vínculo pedagógico en 2020 y durante la bimodalidad 2021, ahora pretende resolver la cuestión pateando una vez más el problema para adelante y devaluando los contenidos.
En efecto, este rumbo fue confirmado en las últimas jornadas institucionales llevadas a cabo en los primeros días de octubre en los colegios de la provincia. La circular presentada para dicho encuentro (Enseñanza y Evaluación Cierre Bienio 2020-2021), se suma a una tendencia que predomina en los últimos tiempos de recortar y flexibilizar las condiciones de promoción de la cursada.
En clara continuidad con lo prescrito para el +ATR, donde se indicaba que se debía evaluar tomando como referencia el currículum prioritario, el documento conduce a una mirada contemplativa sobre la evaluación y la acreditación de saberes. Para el nivel primario, por ejemplo, se establece que se considerará como criterio para la promoción el grado de participación y el avance en el aprendizaje. Para ello, se indica que las áreas priorizadas serán Prácticas del Lenguaje y Matemática. Es decir, se borra de un plumazo todo el conocimiento aportado por las ciencias naturales y sociales. La flexibilización en los requisitos también se advierte cuando se toma nota que, en ambos niveles, aquellos estudiantes con Trayectorias en Proceso (TEP) en la primera parte del año pasarán de curso si participan y muestran avances en sus conocimientos, a través de la asistencia a las instancias de fortalecimiento de saberes. Por último, para quienes no hayan podido acreditar el bienio en diciembre, también más flexibilización. En particular, se establece para estos casos nuevas instancias flexibilizadas hasta el 31 de agosto de 2022.
En este sentido, es importante remarcar que el documento no indica que pasará a partir del primero de septiembre del próximo año con quienes no hayan podido dar cuenta de los conocimientos requeridos y adeuden hasta dos espacios curriculares. Además, vale la pena llamar la atención sobre una cuestión medular. La circular no hace referencia a instancias evaluadoras (mesas de examen) para la acreditación de saberes. Por el contrario, como ya hemos mencionado pero vale la pena resaltar, bajo la premisa del carácter punitivo de la prueba, se tomará como criterio la participación y el grado de avance con respecto a la propia situación del estudiante, sin tener en cuenta el diseño curricular establecido.
Como vemos, no hay nada nuevo bajo el sol. Lo que ya ocurría con el FINES y otros programas para la terminalidad de adultos, se aplica ahora a la escuela secundaria común. Dicho de otro modo, se asegura el egreso en detrimento de la calidad educativa. En síntesis, mientras en las escuelas los docentes ya perciben las marcas pedagógicas de la pandemia, la Dirección General de Cultura y Educación extiende una política que la caracterizó en los últimos tiempos: la titulación sin contenido. En este sentido, mientras la izquierda trotskista se empeña en ver solo el lado sindical del problema, la precarización laboral, desde la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro sostenemos que hay un proceso de degradación educativa en curso. Para ser revertido, se requiere convocar a una paritaria de contenidos que vuelva a poner como eje la educación científica y que desplace el carácter de contención social que hoy predomina en la escuela. Al mismo tiempo, esto debe ir acompañado de un desdoblamiento de cursos que mitigue la sobrepoblación en las aulas y que permita un trabajo continuo con cada estudiante. Por último, para que la escuela deje de ser un comedor, impulsamos como medida un subsidio igual a dos canastas básicas para los familiares desempleados de los estudiantes. Sumate a militar con nosotros por una educación de calidad para los hijos de la clase obrera.
Corriente Nacional Docente Conti-Santoro
20/10/2021