Buenos Aires – Continuidad del ATR | La necesidad de la unidad y el programa

en Conti-Santoro/Novedades

Durante estas semanas quienes trabajan en +ATR se organizaron contra los cambios que surgieron en las modalidades de trabajo. En ese contexto, en asambleas, acciones y grupos de WhatsApp surgió la incertidumbre frente a la continuidad laboral. En paralelo, Sileoni ya aseguró que al menos hasta abril el plan continuará. Por tanto, la disyuntiva que se nos aparece al conjunto de la docencia es si aceptar o no “programas precarizadores” adoptando la lógica de la patronal que es la única que se beneficia con ellos. Es el gobierno el que hace avanzar la flexibilización laboral en el seno de la docencia, el que multiplicó los contratos y la tercerización, el que halló en estos programas una forma de reformar “de facto” nuestro Estatuto Docente. Así, ofrece un programa que consolida la degradación educativa para el estudiantado porque usa la lógica del parche, del paliativo, del “como si”. Frente a estas situaciones se suele generar una división falsa entre docentes con antigüedad y docentes que recién se inician perdiendo de vista lo que dijimos antes. Sea cual sea tu caso, te invitamos a mirar de cerca la situación general y pensar una salida para nosotros, no para los patrones.

Lo que trae el programa

A la degradación de las condiciones de trabajo docente se suma la degradación de los contenidos. En los programas de “emergencia” las y los docentes cobran menos de la mitad de la canasta familiar, no tienen continuidad, trabajan por fuera del Estatuto, son continuamente expuestos a contagios, no se respeta su formación y se les designan tareas “ininterrumpibles” o el dictado de materias que nada tenían que ver con su incumbencia. Algunas de estas cuestiones, tales como el contrato a término, aparecen ya en el Plan Fines y por eso en su momento anunciamos que era el puntapié inicial para seguir avanzando en la paraestatización de la educación.

Los hijas y los hijos de la clase obrera por su parte, reciben un simulacro de educación. El gobierno decidió que iba a hacer como si no pasara nada con el tendal de alumnos desertores que dejó la pandemia. Lo perdido, perdido está. Toda la dinámica escolar se orientó a «recuperar» a esos alumnos y alumnas. Pero no se trataba de que puedan aprender los contenidos. Por el contrario, toda la pantomima es hacer que las y los estudiantes «hagan algo» para aprobar. Lo importante para el gobierno es que la escuela cumpliera con su rol de contenedora social, que siga siendo esa institución que provee certificación de egreso con un contenido cada vez más pobre. Docentes atrs y docentes a cargos de los cursos son víctimas de la misma dinámica: «hagan lo que sea para aprobar a todo el mundo» y si el alumno o la alumna no aprueba la responsabilidad es de la docencia que no hizo todo lo que debía. Eluden así que fue el gobierno el que nos llevó a esta situación que ahora dice querer enmendar.

La ideología que justifica y sostiene

Si hace poco te iniciaste en la docencia los últimos dos años seguramente fueron, para vos, un padecimiento. Te costaba tomar horas, las pocas que tomaste no tenían continuidad, tuviste que trabajar llevando fotocopias a los hogares, tuviste miedo, viajaste en transporte público cuando recomendaban no hacerlo. Luego volviste a la escuela, eran todas un lío. Orden y contra orden, marcha y contra marcha. Te hicieron dar materias para las que no te formaste, te llenaron de alumnos o bien te hicieron cumplir horario sin grupo a cargo. Las situaciones pueden ser varias porque se implementaron todos los programas de manera improvisada sin apuntar a lo primordial: la educación. Que cada escuela resuelva cómo arma sus proyectos dijeron y vos en el medio.

Si, por el contrario, llevás muchos años en la docencia, la situación no varió demasiado. Es probable que si contabas con un paquete de horas viviste un poco más aliviada los primeros meses de la pandemia porque te comparabas con el resto de la clase obrera que no cobraba o que perdía su trabajo. A medida que pasaba el año necesitabas tomar más horas, eso que pasa todos los años porque, aunque sos docente hace ya mucho, necesitás al menos dos cargos para llegar a fin de mes. Es que a la inflación del 50% se suma que tu salario no cubre el 50 % de la canasta básica.

Como vemos, la docencia vive al límite. Hace tantos años que venimos en un espiral descendente de degradación al que pareciera que nos fuimos acostumbrando, que nos conformamos con el mal menor. Pareciera que borramos la posibilidad de pensar qué necesitamos, qué necesitan nuestras hijas e hijos, alumnas y alumnos.

Esta especie de inmovilismo se da por varios motivos. Ante el deterioro general de las condiciones de vida de la clase obrera, en el imaginario colectivo se considera que nuestra situación es relativamente mejor que el resto de la clase. Esta es una verdad a medias. La media verdad es que tenemos mejores condiciones para la organización puesto que, a diferencia de los trabajadores, no se nos puede despedir, por ejemplo, por afiliarnos. Además, una vez que titularizamos tenemos algunas licencias que para la mayor parte de los asalariados son inimaginables.

Sin embargo, compartimos con el resto de la clase la degradación general de nuestra calificación y la fuerza desmovilizadora que implica el desempleo o subempleo. En relación a lo primero, trataremos de resumir lo que ya explicamos: Argentina es un país capitalista con una burguesía en descomposición a la que le sobra cada vez más trabajadores y trabajadoras. Por tanto, es una clase que no está dispuesta a gastar en educación para un sector que necesita. La descalificación del trabajo tiene su correlato en la degradación educativa: edificios que son un cromañón en potencia, disminución de contenidos, depreciación del salario docente, creación de programas de titularización exprés, y un sinfín de elementos que llevan a que la escuela se convierta en un espacio meramente contenedor. De esta forma, el vínculo pedagógico comienza a perder sentido y con ello perdemos de vista que somos trabajadores intelectuales. Nos volvemos meros contenedores de la situación en la escuela, nuestras fuerzas para organizarnos para luchar se ven mermadas, las condiciones de trabajo llevan a que, al igual que cualquier explotada o explotado, nos delimitemos a resolver la reproducción de nuestra vida material.

Esta situación es alimentada por el desempleo o subempleo docente. Algunos relevamientos (no hay número oficiales) indican que, en la provincia de Buenos Aires, hay al menos 20.000 docentes desocupados. Sabemos que son más. Esto se da fundamentalmente por lo que ya dijimos, nuestro salario no alcanza para vivir, debemos buscar horas durante casi toda la carrera docente y los primeros años traen aparejada mucha inestabilidad hasta que logramos conseguir algunas horas titulares.

Frente a esta situación general no es raro que algunas compañeras estén “contentas con el programa por ser el primer trabajo en blanco” que tienen, o que algunos compañeros estén “agradecidos con el programa porque los ayuda a llegar a fin de mes”. Esos son comentarios que se replican en los grupos de difusión docente. Para naturalizar estas situaciones precarizadoras para el conjunto de la docencia, el sindicalismo tuvo un rol fundamental: aceptando el Plan Fines, romantizando la docencia y la pobreza con la entrega de bolsones, festejando estos programas parches. Recordemos que todo el año pasado el SUTEBA aplaudió cada uno de los anuncios de Vila y Kicillof. Sobran los audios y videos de Torre y Baradel hablando de lo bueno que era el PIEDAS y el ATR para todo el mundo. También cuando Sileoni anticipó al asumir su continuidad. El sindicalismo clasista por su parte espera porque “no están dadas las condiciones”, porque no puede decir frontalmente que estos programas atrasan, porque solo piensa en la “defensa de las fuentes de trabajo de las y los compañeros” y porque no está dispuesto a pensar y militar una salida general, aquella que es la única posible.

Cómo seguir

La situación de las y los compañeros que están en el programa es de lo más variada. Estudiantes de profesorados, docentes con varios años en la docencia, docentes que recién se inician, profesionales que necesitan otro ingreso, jubiladas y jubilados. Esta heterogeneidad se debe a la situación general de la clase obrera que señalamos arriba: nadie llega a fin de mes. Esto nos da una punta para pensar la salida: no puede haber estrategias corporativas y la división entre nuevos y viejos docentes. Esa forma de encarar el problema nos lleva a una encerrona. Más aún cuando, cómo vimos, este tipo de programas degradan al conjunto puesto que la precarización laboral va acompañada de la de los contenidos de la enseñanza. Además, crear condiciones laborales diferenciadas, más temprano que tarde, impactarán en la fracción de trabajadores con mejores derechos estatutarios socavándolos. Ya ni hablemos del contenido mismo de nuestro trabajo que se vuelve un sinsentido centrado en la “certificación”.

Toda organización sindical socialista no puede quedarse en el planteo inmediato y debe pensar una salida por el bien común de la clase. Animémonos a pensar que las y los futuros docentes se pueden formar con excelencia sin tener que pensar cómo llegar a fin de mes. Que las y los docentes podemos trabajar un turno y tener tiempo para formarnos, para pensar las clases, para buscar estrategias para ver cómo enganchar a ese alumno que le cuesta más, para disfrutar de la vida. Animémonos a pensar que ser docente no tiene que ser un padecimiento y no se tiene que vivir en la incertidumbre. Que las alumnas y alumnos puedan ir a la escuela a tener una formación de calidad y con sentido que les va a dar las herramientas y el conocimiento para transformar y crear una vida sin explotación.

Ya sabemos que hoy estamos luchando por lo básico y que es posible que no esté cerca la victoria. Sin embargo, debemos tener en cuenta que en tanto más posterguemos la lucha por lo que es nuestro, más lejos estaremos de lograr nuestro objetivo. Por eso, aunque tengamos que tomar horas de +ATR, de FINES, de FORTE, empecemos a dar la batalla por lo que necesitamos. Llenemos la calle, hagamos asambleas regionales, organicémonos en conjunto y exijamos lo que necesitamos. No pensemos que el gobierno nos hace un favor con estos programas. Por el contrario, se saca un problema de encima al menor costo posible. Luchemos por lo nuestro.

  • Para las y los estudiantes, salario estudiantil igual la canasta familiar para poder terminar su carrera docente.
  • Para las y los docentes recibidos, estabilidad laboral y un salario inicial por cargo igual a dos canastas básicas totales o familiares.
  • Para las y los profesionales condiciones para organizarse en sus trabajos y un salario igual a dos canastas básicas totales o familiares.
  • Creación de cargos y desdoblamiento de cursos. Estabilidad en la tarea docente, agrupamiento de paquetes de horas.
  • Paritarias de contenidos. Estudiantes de profesorados y docentes queremos disputar qué nos enseñan y qué enseñamos

1 Comentario

  1. OJO NO CONFUNDIR ES SOLO LA IDEA, LENIN HACIA ANALISIS CRITICOS…………….. OJO CON LO QUE DICE MORENO ES CONCRETO DENTRO DEL PERONISMO……………. QUE LA PAMPA HUMEDA PONGA LOS 7.500 DE CIBULE…… NO SOY PERONISTA….. PERO SI LOS PERONISTAS SIGEN A PERON Y LOS MARXISTAS SIGEN A LENIN Y UN MARXISMO CONCRETO HACIENDO NUMEROS ……. CADA UNO SU CAMINO…… ES POSITIVO……..SIN TANTAS VUELTAS NI REVOLUCION PERMANENTE………. REVOLUCION EN MI CABEZA EN MI CASA EN MI TERRITORIO…… Y PERMANENTE SI QUE NO SE ME FORME OTRA ARISTOCRACIA DENTRO DE LA BURGUESIA, OLIGARQUIA O COMO LE QUIERAN LLAMAR, QUE SE YO SI FULANO TIENE PRESO A PERENGANO O EN TANGANICA HUBO REPRESION ……… YO SOY DE LA CLASE DE LOS POBRES Y QUIERO MI CACHO DE MORTADELA……..QUE ME LA SACARON CUANDO ESTABA EN ACTIVIDAD……………..MINGA AL FMI A KRISTALINA Y LOS CONQUISTADORES DEL VIEJO MUNDO……. NO SIGO POR QUE ES ELLIMITE

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