Este año hay elecciones en ATE. Envueltos en una guerra de aparatos, la burocracia se divide en tres listas: Verde Anusate (“Cachorro” Godoy), Verde y Blanca (Daniel Catalano) y Verde-Púrpura (Pablo Micheli). Los tres persiguen el mismo objetivo: poner los sindicatos al servicio de la elección de los Fernández que, si ganan, nos seguirán ajustando tanto como Macri. CFK incluso ya había emprendido el ajuste con la “sintonía fina” y con paritarias por debajo de la inflación. Y en los hechos, la dirección de ATE Nacional y Capital ha entregado todas las paritarias sin ponerse colorados
La burocracia de ATE no es capaz de desbancar a UPCN, forzando una compulsa de afiliados ni convocando a los compañeros a una lucha seria. Por el contrario, las pocas manifestaciones que organizan muestran su escasa capacidad de convocatoria. Como dirección del gremio fracasaron y son un factor de desmoralización.
Por eso, hay solo dos alternativas reales: la de los cómplices del ajuste (Godoy, Catalano, Micheli) y la del clasismo y el sindicalismo combativo. Con ese criterio, es que se armó la Lista Multicolor a nivel nacional y distrital, que integra a la Corriente Clasista Goyo Flores, Tribuna Estatal (PO), Alternativa Estatal (MST), Estatales en Marcha (IS), La Víctor Choque y La Marrón del PTS. En otra vereda, en CABA, ATE desde Abajo y a nivel nacional, la Gris (NMAS)-Roja, guiados por intereses mezquinos, plantearon listas divisionistas que en nada contribuyen a la lucha de los estatales.
A nadie escapa que los estatales se enfrentan a una degradación creciente de sus condiciones de trabajo. Las paritarias cierran siempre a la baja, el salario no alcanza, la precarización se profundiza, crecen los contratos basura y los monotributos. A eso hay que agregar los despidos del sector, en particular en las dependencias nacionales. Para eso, el gobierno macrista se vale de la precarización que le legó el kirchnerismo: le alcanza con no renovar contratos para ejecutar el ajuste.
Recordemos entre 2003 y 2015, la cantidad de contratados creció un 355%. Los contratados pasaron de ser el 6,2% del total de trabajadores estatales a ser el 18,8%. Es decir, el kirchnerismo es responsable de la gran precaridad contractual.
El salario, por otra parte, viene en picada desde 2009: un 50% cayó con el kirchnerismo, otro 50% con el macrismo. Muchos compañeros se encuentran con un salario por debajo de la línea de pobreza. El gobierno además impuso el plus por presentismo, que atenta contra el uso de las licencias y obliga a concurrir a trabajar enfermos.
Los estatales están expuestos a una política conjunta de ataque por parte de todos los gobiernos de turno. Hoy en varias provincias, Macri co-ejecuta el ajuste con el kirchnerismo y el PJ. El caso testigo es el de Alicia K en Santa Cruz, donde el ajuste es acompañado de la apertura de causas truchas por luchar.
ATE necesita una conducción clasista y combativa, independiente de todas estas variantes patronales, que luche por: la reincorporación de todos los despedidos y el pase a planta permanente de todos los precarizados, revertir las paritarias con una recomposición salarial histórica con un mínimo que equivalga al doble de la canasta básica. Por paritarias sin techo, con cláusulas de actualización automática, con salarios sin sumas no remunerativas y sin cuotas, anulación del presentismo y la incorporación de ese monto al básico. Por la abolición del impuesto a las ganancias sobre los salarios. ATE necesita una conducción que impulse la lucha por el aborto seguro legal y gratuito, por lactarios, guarderías y jardines en cada repartición, o un reintegro sin el tope actual, extensión de las licencias por paternidad.
Mientras los gobiernos capitalistas de turno señalan que varios compañeros “sobran” en la administración pública, hay que proponer otra salida: un plan de empleo público integral al servicio de las necesidades sociales. Hay sinfines de requerimientos en materia de salud, educación, cultura, obras públicas, viviendas, seguridad, higiene. No hay ningún empleo que “sobre”: al contrario, se necesita tomar más y más gente porque las necesidades son numerosas. ATE necesita un plan de lucha discutido en asambleas y plenarios, de cara a todos los trabajadores del sector, con convocatorias en unidad y paros de todo el sector. Por eso, el 7 de agosto hay que votar a la Lista Multicolor en todos los distritos.