Ante la falta de servicios elementales, corte de ruta

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En distintas jornadas a lo largo del mes de febrero, cientos de trabajadores que residen en los barrios del Alto barilochense (el Frutillar, Nahuel hue, el Maiten, Malvinas, coop. 258, y otros), vienen realizando diferentes medidas de fuerza en reclamo por los cortes de agua. No es para menos, en muchos casos por períodos los vecinos se quedan hasta 2 semanas sin servicio y viene sucediendo reiteradamente. Desde el municipio se excusan en el incendio ocurrido en el Bolsón, pero la falta de agua en los barrios viene desde hace más de 6 años.

El plan de lucha que vienen sosteniendo los vecinos fue escalando. Comenzaron con juntadas de firmas presentadas ante las autoridades del municipio, y ahora definieron uncorte de la ruta 40 sur, con quema de neumáticos, y una movilización hasta la rotonda.

Los cortes de agua en los barrios no son un tema menor. En una zona de estepa, donde las temperaturas superan los 30 grados centígrados, y donde además se encuentra en una zona aledaña al vertedero municipal, el agua es esencial para resguardar no sólo la salud, sino para evitar incendios, en una zona de barrios en donde la mayoría de los vecinos posee casas de manera, entre otras cosas.

El reclamo de los vecinos también puso el eje en el inicio de las clases y entronca así con la lucha de otro sector de trabajadores, el de la docencia. Los gobiernos provinciales en pleno y el nacional quieren imponer una presencialidad “cuidada” sin vacunas, a lo que en el Alto se le suma la falta de agua. Todo ello da cuenta de un retorno criminal a las aulas.

El problema de la falta de servicios esenciales, o la precariedad de infraestructura de estos que actualmente es más evidente por la cantidad de cortes, hoy es una política de estado en la provincia. Todos los planes que han surgido del municipio y de provincia en cuanto a la infraestructura de los barrios no son más que una tapada de baches en las pocas calles asfaltadas, u obras de poca envergadura y  llevadas adelante de manera crónica, como las bicisendas, o el wifi en el paseo del sur. Mientras las obras de los servicios básicos como las cloacas, han tardado en algunos casos, hasta 20 años.

En contraste con esta realidad, el gobierno protege los negocios de los burgueses locales. Porque las obras para los emprendimientos inmobiliarios, como el barrio privado del cerro San Martin, o Catedral, por citar dos ejemplos, en lugares alejados de la ciudad, se les ha garantizado los servicios de luz, agua, gas y cloacas. Esto sucede mientras en los barrios periféricos de la ciudad, esos que forman parte de la otra Bariloche, la que es la contracara de la meca del turismo, las familias no tienen ni los servicios más elementales.

El Estado tiene que invertir en infraestructura y materiales para una solución urgente. Si los patrones son incapaces de gestionar un servicio elemental, las empresas deben quedar en manos de los trabajadores. Nos solidarizamos con los compañeros del Alto y seguimos a disposición de su lucha. Todos estos reclamos de la clase obrera barilochense tendrán un canal de expresión el próximo 13 de marzo en la asamblea distrital de la ciudad, de cara a una gran Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados en mayo.

Razón y Revolución Río Negro

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