El gremio de la alimentación finalmente anunció un acuerdo de un 42% en 4 cuotas (13% mayo, 10% agosto, 9% en noviembre y 10% para febrero 2022), con una clausula de revisión pactada para febrero de 2022.
Como era de esperarse, el porcentaje alcanzado se ubica por debajo de la inflación proyectada para 2021 (más del 45%) y no recompone el poder adquisitivo perdido en los últimos años. Además, se cierra en un momento en que la mayoría de la clase obrera le reclama a sus conducciones la reapertura inmediata de negociaciones con las patronales.
Recordemos que los salarios de los trabajadores de la rama, sufrieron durante el año pasado un impacto tan negativo, producto de las paritarias 2020, quedando los básicos muy por debajo de la línea de la pobreza. A pesar de que la burocracia y los empresarios, responsabilizaron a la pandemia por la caída de los ingresos y trataron de maquillar esta situación con bonos extraordinarios, esto no alcanzo para contener la bronca de los afiliados. En importantes fábricas se produjeron asambleas, paros y medidas de fuerza para obtener premios y en reclamo de aumentos.
El ofrecimiento inicial de los empresarios fue considerado insuficiente por la Federación de Trabajadores de la Industria Alimenticia que anunció a fines de mayo una serie de medidas, por demás insuficientes, para presionar a las patronales. Finalmente luego un mes de idas y vueltas, la burocracia otra vez priorizó las ganancias de los capitalistas por sobre los intereses de los trabajadores.
El descontento de los compañeros va en aumento. Al incremento miserable pactado con los industriales y el gobierno, se suman los despidos en empresas como Bimbo de San Fernando, los trabajadores tercerizados de Mondelez, Nestlé, etc. y los conflictos en Knorr y Hellmann’s (Unilever). En todos los casos la burocracia viene jugando a favor de los patrones, desmovilizando a los compañeros e impidiendo que estos lleven adelante asambleas en sus lugares de trabajo para levantar medidas de lucha concretas.
Es necesario que se lleven a cabo asambleas por fábrica, para impedir que se concrete esta nueva entrega de nuestros salarios. No podemos seguir aceptando sueldos de hambre y de pobreza como única alternativa para nuestro futuro. Debemos decir basta también a los despidos y suspensiones, a la precarización y a la flexibilización de las tareas.
Por una verdadera recomposición salarial.
No a los despidos en Bimbo San Fernando.
Reincorporación de los compañeros tercerizados, despedidos en Mondelez, Planta Pacheco.
Vacunas ya, para todos los trabajadores
Trabajadores de la alimentación en la Corriente Clasista Goyo Flores.
