El martes 1 ° de septiembre se reunió la Comisión de Enseñanza del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales, donde se decidió la asignación de 80 rentas para docentes ad honorem. Escandalizada, la dirección de AGD salió a denunciar esta maniobra de la gestión porque los cargos se repartieron de manera discrecional, dejando de lado el criterio de antigüedad. Ahora bien, lo que la conducción del gremio no cuenta es que estas maniobras son la consecuencia de su propia política, el conformismo.
Desde hace casi un año, la lucha de los ad honorem en Sociales quedó limitada a la designación de un listado de 45 docentes que se negoció con la gestión de la Facultad, relegando cualquier intento serio para sumar nuevos compañeros a la movilización. De ese total, solo 17 correspondían con el padrón de la AGD, en tanto que los 28 restantes eran nombrados por la gestión. Pasó el tiempo y los nombramientos nunca se concretaron. Luego de que el decanato de la Facultad y el rectorado de la UBA decidieran descartar definitivamente este listado, la conducción del gremio aceptó sentarse a negociar una nueva lista, pero en donde solo iba a poder colocar seis docentes de su padrón. Finalmente, la gestión decidió ampliar a 80 el número de nuevas rentas y al sindicato le concedieron 10 lugares en la lista. Casi el 90% de las designaciones se realizará a dedo.
Antes que nada, este resultado demuestra que fue un error limitar la pelea al listado de 45 docentes. Cuando salen más rentas de las que vos reclamabas eso prueba lo limitado de tu lucha: por más de un año la AGD Sociales restringió el reclamo a las 45 rentas argumentando que era todo lo que se podía conseguir.
En segundo lugar, esto muestra lo acotado del padrón de ad honorem que maneja la AGD. Si siguen saliendo las rentas habría más rentas ofrecidas por la gestión que docentes empadronados por la AGD.
Pese a que la Asamblea General de AGD votara impulsar el empadronamiento y fortalecer la lucha de los ad honorem, la dirección del sindicato no hizo nada al respecto, lo cual permitió que el rectorado y el decanato aprovecharan la situación para imponer su salida. Con solo 140 empadronados la AGD no tiene demasiadas fuerzas para luchar y en la medida que restringio la pelea a reclamar solo 45 rentas, de las cuales solo 17 serían del listado de AGD no se generaba ningún incentivo real para que el resto de los ad honorem se sumaran a la lucha. Además, hasta el último momento, la propia conducción de AGD se mostró dispuesta a negociar la asignación de cargos y a aceptar los criterios burocráticos que imponen las autoridades, abandonando a muchos compañeros que les correspondería obtener su renta por antigüedad. En lugar de ampliar el empadronamiento y ordenarlo según este criterio, la dirección del gremio congeló la lucha y esperó la oportunidad para sentarse a negociar. Ahora, cuando el rectorado y el decanato avanzan a su antojo, no tenemos nada de qué sorprendernos.
Reiteramos nuestro planteo, hoy más urgente que nunca:
-Cumplimiento de lo votado en Asamblea General de AGD del 23/6: lanzamiento de gran campaña de empadronamiento y afiliación de ad honorem
-Respeto del orden estricto de antigüedad como ad honorem como único criterio para la adjudicación de rentas, en abstracción del tiempo trabajado como ayudante ad honorem de segunda y ayudante ad honorem de primera. El sindicato no puede hacerse eco de criterios restrictivos y discriminatorios de la patronal y debe defender el derecho de todos los compañeros ad honorem a ser rentados. Los compañeros empadronados por la AGD que revisten la mayor antigüedad no pueden ser excluidos de las listas de docentes a ser rentados que el gremio eleva.
Razón y Revolución Universidad