Protegeme que me gusta. La burguesía industrial frente a Macri
La industria argentina está muy lejos del liberalismo: todos demandan tutela y protección del Estado, y las discusiones se limitan a ver quién pierde cuando la plata no alcanza. El esquema propuesto no es muy diferente al del kirchnerismo. Solo se cambia renta por deuda.
Nahuel Peloche
Grupo de Investigación sobre la Historia de la Burguesía-CEICS
Si algo tenía en claro la burguesía industrial, en 2015, era que el “modelo” kirchnerista estaba agotado. Si no aparecía una fuente de ingresos que reemplazara la renta que se contraía, no se podría seguir sosteniendo la batería de subsidios y protección que apuntalaba su acumulación. Lo que no aparecía tan claro era cuál sería el mejor candidato para llevar adelante los “cambios”, por lo que casi nadie se la jugó en las elecciones.1 Tras el triunfo de Macri, sin embargo, los industriales coparon la escena intentando marcar el rumbo. Como veremos, esta fracción de la burguesía lejos está de exigir un “ajuste liberal”, y en buena medida, Macri intenta complacerlos.
A favor del “cambio”
Históricamente, la burguesía industrial ha estado dividida en dos. Por un lado, un mayoritario núcleo de pequeñas y medianas empresas que, imposibilitadas de competir en el mercado mundial debido a su baja productividad y altos costos, se dedican a acumular exclusivamente dentro de los límites del mercado interno. Como consecuencia, demandan una protección amplia y generalizada por parte del Estado. Estos sectores se encuentran representados por la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA) y por una línea interna dentro de la Unión Industrial Argentina (UIA), que hoy comandan José Urtubey (Celulosa Argentina), Juan Carlos Sacco (gráfica) e Ignacio De Mendiguren (textil). Del otro lado, se encuentran los industriales de mayor tamaño, que aunque exportan, no pueden prescindir de la protección estatal. Sus representantes son Adrián Kaufmann (representante de Arcor y presidente de la UIA), Luis Betnaza (Techint), Cristiano Rattazzi (Fiat) y Daniel Funes de Rioja (agroindustria), que actúan simultáneamente en la UIA y en la Asociación Empresaria Argentina (AEA).
Salvo por la CGERA, una entidad marginal ligada al kirchnerismo, el grueso de los industriales respaldó las principales medidas de Macri. El fin del cepo cambiario fue anunciado en la UIA y celebrado tanto por los representantes de Arcor y Techint (beneficiarios de medidas complementarias como la eliminación de las retenciones a las exportaciones industriales), como por José Urtubey, que aunque advirtió de los peligros de una apertura indiscriminada de las importaciones, celebró la posibilidad de importar libremente los insumos. Todos festejaron también el acuerdo con los holdouts, que permitiría la llegada de crédito internacional. En relación a los salarios, ambos sectores coincidieron en apoyar los topes que el gobierno intentó imponer en las paritarias, muy inferiores a los niveles de inflación previstos. También celebraron el veto oficial de la ley antidespidos. José Urtubey, que hoy critica el “ajuste”, en su momento sostuvo que la ley generaría menos empleo y por lo tanto iba “en contra de los intereses de los trabajadores”. Grandes y chicos también aplaudieron medidas que refuerzan los mecanismos de protección y sostén estatal a la industria, como la Ley Pyme, que establece rebajas y eliminación de ciertos gravámenes para las pequeñas y medianas empresa, junto con un aumento en los subsidios para aquellas que se encuentren con dificultades para pagar sueldos. Por el lado de la Cámara de la Construcción, se celebró la reactivación de la obra pública, luego de que el gobierno amagara con suspender las licitaciones para reducir el gasto.2
En suma, todos acuerdan con los trazos gruesos del Plan Macri. Avanzar en un ajuste que afecta fundamentalmente a la clase obrera y reemplazar renta por deuda como fuente ingresos para seguir sosteniendo la protección que demandan los industriales. Un esquema que no es novedoso: es lo que intentó Kicillof, sin éxito, en el ocaso del kirchnerismo. Sin embargo, la relación entre el macrismo y los industriales no está exenta de fricciones. Como la sábana es corta, a medida que el gobierno avanza en el “ordenamiento” de las grandes variables, va dejando sectores desprotegidos que alzan la voz en protesta. Pero este reclamo no se circunscribe a las pymes: como veremos, los “monopolios” no piden algo muy distinto.
¿Quién podrá protegernos?
Un tema que dividió el frente industrial fue el tarifazo. Mientras la Corte Suprema definía cómo seguir, José Urtubey, uno de los vocales de la UIA, se hizo presente en cuanto medio lo convocó para cuestionar la política oficial sobre tarifas. Su planteo es que se deben tomar medidas para reactivar la producción industrial, mientras arriban al país el crédito y las inversiones, y que el ajuste de las tarifas debe ser gradual para no profundizar la recesión.3 En el mismo sentido se pronunciaron Sacco y De Mendiguren, que pretenden continuar con una política de protección generalizada para todas las ramas de la industria. Sin embargo, no todos los industriales piensan igual. Es sintomático que, en medio del debate nacional sobre tarifas, el presidente de la UIA, Adrián Kaufmann, no haya dicho una palabra sobre el tema. Tampoco lo hicieron otros representantes del gran capital industrial, como Betnaza y Rattazzi. No solo eso, en una de las pocas entrevistas concedidas en los últimos meses, Kaufmann se mostró optimista respecto a los resultados que dará la política económica de Macri y su única crítica estuvo dirigida a los industriales que cuestionan al gobierno, en un tiro por elevación a Urtubey.4 Por boca de otras entidades, ha trascendido que estos sectores acuerdan con el tarifazo: la Unión Industrial de Mendoza salió a cuestionar el fallo de la Corte y a defender la suba de tarifas, que permitiría el arribo de inversiones en el sector energético. En la misma línea, AEA instó a una rápida resolución del problema para asegurar la llegada de las inversiones. La existencia de posturas contrapuestas impidió un pronunciamiento claro de la UIA. Por un lado, se resolvió no presentar amparos colectivos para frenar el tarifazo, como sí hicieron CAME y CGERA. Por otro, se acordó llevar las críticas a las audiencias públicas, buscando negociar subsidios sectoriales, como el que ya se consiguió para los “grandes usuarios” de electricidad.5
Las diferencias surgidas a raíz del tarifazo revelan qué separa a los industriales de menor tamaño de los grandes en estas épocas de vacas flacas. Mientras los primeros demandan una protección generalizada, los segundos pretenden acotar esos beneficios al selecto grupo de los grandes jugadores. Kirchnerismo para todos vs. kirchnerismo para pocos. Son sintomáticas, en este sentido, algunas de las demandas del gran capital al gobierno de Macri. Uno de los conflictos más resonantes de los últimos meses es el que enfrentó al Gobernador de Córdoba (respaldado por Macri) con el Grupo Techint, respaldado por la UIA. El motivo fue el resultado de la licitación de un gasoducto provincial, que se adjudicó la brasilera Odebrecht y las argentinas IECSA y Electroingeniería, asociadas a capitales chinos para la provisión de insumos. El resultado fue objetado por Techint y por la UIA, quienes argumentaron que se debía dar prioridad a la oferta local para la provisión de tubos, para defender la industria nacional y los puestos de trabajo. Los funcionarios cordobeses retrucaron señalando que Techint había quedado séptima en la licitación por sus elevados precios, y que el pueblo cordobés no podía “proteger monopolios”. El entuerto revela una preocupación generalizada entre los grandes industriales: la competencia china y brasilera que amenaza con barrerlos de sus posiciones en el mercado local. Por eso, en los últimos meses, vienen reiterando con insistencia la necesidad de que el Estado endurezca las barreras proteccionistas, contra el “dumping” chino y la competencia brasilera (reforzada por la devaluación del real). Cristiano Rattazzi, por su lado, llamó a fortalecer la protección frente a Brasil, ya que se encontraría en peligro la producción de autos en el mercado local. Sin embargo, el enemigo principal es China. Por eso, recientemente, se conformó el Consejo Empresarial Brasil-Argentina (Cembrar), integrado por la UIA y la Confederación Nacional de la Industria (de Brasil). El Consejo apunta a reforzar la relación bilateral entre ambos países, pero su objetivo principal es presionar conjuntamente a los gobiernos de Argentina y Brasil para robustecer la protección frente a la competencia china.6
Pero como demuestra el affaire Córdoba, los chinos ingresan de la mano de socios argentinos. En este caso, de la empresa de la familia Macri (IECSA) y de capitales cordobeses ligados al kirchnerismo (Electroingeniería). Dos constructoras que, como el resto de la burguesía local, viven de los recursos estatales, en este caso a través de la obra pública. En última instancia, todos pelean por lo mismo: no perder la protección estatal en momentos en que los recursos para sostenerla escasean. La industria argentina muy lejos está del liberalismo: todos demandan tutela y protección del Estado, y las discusiones se limitan a ver quién pierde cuando la plata no alcanza. El esquema propuesto no es muy diferente al del kirchnerismo: si antes la protección se financiaba con renta (primero) y con emisión (después), ahora la apuesta es al endeudamiento (y mientras no llegue, a la emisión). Es decir, patear la pelota para adelante, sin salir nunca del atolladero en que nos encontramos. No estamos ante ninguna fracción “progresista”. Simplemente, frente a un grupo de fracasados.
NOTAS
1Ver Sanz Cerbino, Gonzalo y Maurice Figueredo: “Los candidatos de la burguesía”, El Aromo Nº 86, septiembre/octubre de 2015.
2http://goo.gl/xwF7CZ, http://goo.gl/sBy78q, http://goo.gl/KcHwYJ, http://goo.gl/LK0l9L, http://goo.gl/TDIhYB y http://goo.gl/2ZaZYp.
3http://goo.gl/a25WCS.
4http://goo.gl/9aaecr.
5http://goo.gl/lDyBsB, http://goo.gl/HslncP, http://goo.gl/0pvqiF y http://goo.gl/7X8rgj.
6http://goo.gl/WRbZ0i, http://goo.gl/FXPspw, http://goo.gl/LQDAnj, http://goo.gl/68XI3J y http://goo.gl/oI9IjI.