En Suteba de La Matanza, donde esta semana fui a dar una charla sobre poesía latinoamericana, me obsequiaron un ejemplar de «El Aromo» Nº 6, muy bueno, en el que me encontré, entre otras notas, con las palabras que escribí acerca de Santoro.
Que siga el trabajo. Me pareció bien, y además un buen sitio para el diálogo, el debate. En envío aparte te estoy despachando mi poema «No a la muerte», que acaba de publicar en Cuba la Casa de las Américas en Casa de las Américas Nº231, La Habana, junio 2003.
Un saludo con augurios, extensivo a Eduardo y a todos los que riegan y vitaminizan el Aromo.
Eduardo Dalter
NO A LA MUERTE
Carta abierta
La única guerra necesaria
en el planeta
es contra el hambre
y su oprobioso terror
más terrorista.
Contra el hambre
indecente, turbia,
de millones (cientos
de millones),
que infla los vientres
y deja las tristezas,
la historia
y las costillas a la vista,
en África, viejas colonias,
en Asia, Europa
del Este,
Oceanía y en América
(incluyendo al Bronx
y al Bowery,
con sus desolados y
mendigos).
La única guerra necesaria
en el planeta
es contra el hambre,
contra la asfixia
por hambre,
que tiene cegada,
precarizada
a la vida,
con su violencia más
violenta
y su marcha cruda,
indetenible.
La única guerra necesaria
en el planeta,
sin muertes, contra la muerte,
por la vida,
es contra el hambre creciente,
perversa,
genocida,
que arrastra y hunde
impunemente al mundo
y nos malhiere a todos.
Eduardo Dalter
Buenos Aires, febrero, 2003