Indignado, pero resignado
Reseña de Indignados (del 15-M al 20-N), de Antoni Verdaguer.
Rocío Fernández
TES-CEICS
En noviembre del año pasado se estrenó, en conjunto con el inicio de la campaña electoral en España, un documental que intenta retratar el movimiento 15-M. Vea cómo el director propone una lectura disociada del movimiento real e impotente en un momento clave de la crisis española.
El documental ejerce un uso y abuso de las entrevistas, con más de 70 entrevistados. En líneas generales, se manifiesta la siguiente idea superficial: la necesidad de un cambio político. Esta consigna, si bien puede parecer correcta a simple vista, luego va adquirir un significado concreto, ya que es producto de un recorte bien establecido. Es interesante advertir que la base de los entrevistados provienen todos de la misma fracción de clase social, la pequeña burguesía. Así se suceden intelectuales, artistas, periodistas y profesionales. Éstos, según su discurso, se encuentran a la cabeza del movimiento. Verdaguer, al identificarse con dicha fracción de clase, se define como un indignado más, teniendo un enfoque argumentativo confuso y donde la objetividad reina por su ausencia.
“Pidamos lo posible”
El movimiento 15-M tiene por el momento una dirección pequeñoburguesa y de corte autonomista3 y esto, sin duda, se ve reflejado a través de la pantalla. Una muestra de ello el Movimiento Democracia Real Ya, al que se le da amplia prensa en el documental, que reclama una simple mejora en la política y con métodos de lucha enmarcados en la protesta pacifica. Esto se ilustra con la imagen (¿trillada?) de un policía apuntando a un joven con un arma, el cual se arrodilla mostrándole una flor. Al mismo tiempo, la voz en off narra los episodios represivos para levantar una acampada en que los manifestantes responden pacíficamente. A continuación, diversos comentaristas aprueban y describen estos métodos no violentos. En efecto, queda a las claras, que existe una apología de la pasividad. Aunque como ya vimos, el aunque se niega a mostrar las consecuencias de la misma. Se ignora, de alguna forma, que la represión, junto con un sistema injusto, es el que genera “violencia” y que ella será necesaria para su superación. El planteo del documental es que hay que responder con pacifismo, puesto que no hay comentarista o entrevistado que diga lo contrario. La ponderación de este método, niega otras formas de acción directa para imponer los reclamos. En definitiva, el poder coercitivo del Estado tiene la última palabra.
2 Véase El País, 27/10/2011.
3 Véase Harari, Fabián: “El verde mayo. Los indignados en España”, en El Aromo, nº 61, 2011.
4 Véase www.diariocritico.com/economia/mariano-rajoy/paro/reforma-laboral/407189.