Acto por la liberación de los dirigentes sindicales condenados por la dictadura chavista

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En Venezuela, el 2 de agosto, la justicia chavista condenó a 16 años de prisión a seis dirigentes sindicales por el delito de “conspiración”. Todos habían sido encarcelados en julio del año pasado. Su verdadero “crimen” fue organizar a la clase obrera para luchar contra un régimen que mantiene a los trabajadores con salarios de 5 dólares mensuales. Para tener una idea, estamos hablando de lo que aquí serían, con el dólar a 570, $2.850 pesos en mano.
Los compañeros son Reynaldo Cortés, Alonso Meléndez, Néstor Astudillo, Alcides Bracho, Gabriel Blanco y Emilio Negrín. Los cuatro primeros son, además, dirigentes de Bandera Roja, una organización de izquierda revolucionaria, un partido especialmente perseguido por la dictadura. Cortés, es delegado del Estado de Guárico en la Central de Trabajadores Venezolanos, Negrín es el presidente de la Federación de Trabajadores Tribunalicios, Blanco es un importante dirigente de los trabajadores del Poder Legislativo, Bracho fue uno de los activistas más visibles en las protestas del 2017 y Meléndez es un activista sindical en el Estado de Falcón. Se trata de seis presos políticos.
El chavismo está impulsando una fuerte ofensiva represiva contra todo lo que se ubique a su izquierda. Proscribió a todos los partidos socialistas. Siguió con la intervención del PCV. No contenta con la proscripción, ahora viene por los dirigentes. En este caso, los de Bandera Roja. La dictadura chavista ha dado sobradas muestras de secuestrar, desaparecer y asesinar militantes sindicales y políticos de la clase obrera. Este es otro ejemplo vergonzante. La mayoría de las organizaciones de DDHH se han pronunciado al respecto. Aquí, el “progresismo” no ha dicho absolutamente nada. Ni siquiera los partidos que aquí se proclaman “de izquierda”. Resulta risible que despotriquen contra candidatos como Bullrich o Espert, que amenazan con “cárcel o bala”, pero guarden un silencio cómplice cuando esas amenazas se vuelven reales sobre dirigentes de importancia.
Tanta represión muestra que la clase obrera venezolana no está derrotada, que aquella movilización y esos levantamientos que usufructuó e intentó domesticar el chavismo no son solo cosa del pasado. Una gran rebelión sigue latente allí. Por eso, la solidaridad internacional contra la dictadura es más importante que nunca.
El lunes, a las 12hs, vamos a realizar un acto en la embajada de Venezuela, con la presencia de Valentina Cortés, hija de Reynaldo Cortés, uno de los importantes dirigentes obreros que está preso. Todas las organizaciones políticas, sindicales y sociales que representan a los trabajadores tienen que asistir.

¡Todos a la embajada de Venezuela!

▪️Por la liberación de los presos políticos en Venezuela.
▪️Por la legalización de todos los partidos obreros y socialistas.
▪️Fuera la dictadura chavista

📍Lunes 7 de agosto, 12hs, en la Embajada de Venezuela (Luis María Campos 170).

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