Estos últimos meses estuvieron ocurriendo una serie de eventos lamentables, que nos vienen a recordar que quienes componen las distintas fracciones de la clase burguesa no tienen una estrategia ni ningún proyecto para sacar a la Argentina de la crisis y la miseria en la que se encuentra.
Cualquiera sea el discurso que sostenga Alberto por estos días, ya sea para excusarse por lo ocurrido en Olivos o para defender a la profesora acusada de estar “adoctrinando” estudiantes en una escuela, para la gente va a haber alguna crítica. Y esto es así porque el punto de partida está mal. Tenemos una situación política y económica que es un desastre, en un contexto donde no hay conducción.
Si por lo menos los que están en el gobierno tuvieran alguna dirección, no agravarían los problemas que ya tenemos con acciones tan disparatadas como los dichos que andan circulando de Tolosa Paz. Uno llega a pensar que Alberto quiere perder porque no hace nada bien. Y la gente ya no le perdona una. Eso es muestra del enorme hartazgo social de la situación que estamos viviendo y de la sensación de que esto así no va para ningún lado.
Esto mismo puede verse en el fragmento de la clase que muestra el video de una docente de la Escuela Técnica N°2. Hay una rebelión contra el relato K en el aula. En una escuela que no es Recoleta, sino que se encuentra en Ciudad Evita. Esa construcción que hizo el kirchnerismo se está desplomando.
Desde la oposición, hace rato que Milei les viene marcando la cancha con un voto “joven” al cual el gobierno no captura. Cuando ocurrió el episodio de Cristina con L – Gante, ella estaba buscando ese voto. Es una forma vergonzosa de que querer acercarse a un auditorio que está en rebelión. Y toda la campaña de cara a las elecciones está mostrando, primero, la pobreza conceptual y política que hay en los candidatos. Y segundo, cómo todos estos atropellos que está teniendo el gobierno ocultan la mediocridad de la oposición. Porque los partidos opositores frente a esto no están diciendo nada. Lo que están haciendo políticamente es asqueroso. Tanto unos como otros mientras el país se derrumba, no están proponiendo ninguna solución.
Un claro ejemplo de esto es Milei. Cuando lo vemos criticar a Larreta de la forma en que lo hace observamos al fascismo en acción. “Yo el gran macho voy a resolver estos problemas porque voy a aplastar a los enemigos”. Si realmente cumple con lo que dice que va a hacer, ahí tenemos un fascista hecho y derecho. Ahora, cuando lo vemos recular, por ejemplo, con el asunto planes sociales, vemos que en el fondo es un payaso que no tiene ninguna perspectiva.
La pregunta que tenemos que hacernos es: ¿con qué vamos a construir un país? Estamos completamente vacíos y esta campaña está demostrando que la Argentina es un transatlántico de lujo a la deriva. Lo único que te ofrece la Argentina burguesa es un fracaso evidente porque ya estuvimos ahí y vimos como fracasó.
Si esto es lo que tiene la burguesía para dar, entonces la pregunta que tenemos que hacernos es: ¿del otro lado qué hay? El problema del otro lado es que no hay nada. La izquierda trotskista también está en la pavada. Por eso, nosotros tenemos que poner en marcha un movimiento para pensar la Argentina a 30 años, con instrumentos concretos y una estrategia real y factible. Llegó el momento de planificar un país que alcance la productividad de Corea del Sur y que tenga la calidad de vida de Suecia. Eso que solo nos puede dar el Socialismo.