¿En qué consiste el “modelo San Luis”?
Coparticipación y empleo precario: la verdad detrás del mito
Cristian Funes
Colaborador
San Luis ha construido hacia afuera, y también hacia adentro, la imagen de una provincia que merece ser mirada como una “escuela de administración”. Incluso, se ha promocionado la necesidad de llevar “el modelo San Luis” hacia el resto del país. En este artículo, seguiremos desentrañando cuánto de mentira hay en los eslóganes apologéticos.
Para comenzar a desarmar el mito del “modelo San Luis” es conveniente centrar la mirada en tres áreas básicas: educación, salud y vivienda. Las erogaciones presupuestarias del rubro “educación, cultura, ciencia y técnica” significaron para 2012 el 24,39% del total [1]. Este número por sí solo no nos indica mucho, y, aún más, podría parecer cuantiosa la suma si se la mira en relación al conjunto de las cuentas provinciales. Sin embargo, la consideración cambia cuando se compara con lo que otras jurisdicciones destinan al área educación: la provincia de Córdoba asignó en 2012 el 36,29% a este rubro [2] (en 2011 había sido de más del 40%). Hasta la Ciudad de Buenos Aires (Mauricio Macri de por medio), destina más a educación que San Luis: 25,93% del presupuesto porteño fue a esa sección en este año [3]. Inclusive, en la comparación interprovincial del gasto educativo, San Luis también invierte menos que otros distritos similares en densidad de habitantes, como Neuquén (que dispuso para el año 2012 el 27,66% [4]), o provincias más pequeñas, como La Pampa (que asignó el 27,28% para educación [5]). Es decir, la provincia de San Luis, en relación con varias jurisdicciones, no se destaca por ser de las que más invierte en educación y cultura. De hecho en 2009 (y según un informe de la consultora CIPPEC) fue una de las 4 provincias que menos invertía por alumno, junto con Salta, Misiones y Corrientes.
Asimismo, estos porcentajes cobran otra dimensión si se los cruza con ciertos datos del ámbito educativo provincial. Por ejemplo, los docentes de San Luis perciben uno de los salarios básicos más bajos del país: actualmente el sueldo “en blanco” (es decir remunerativo y bonificable) de un maestro sanluiseño es de $1.250, suma que sólo supera a las de Formosa, Santiago del Estero y Tierra del Fuego. A ese valor se le adicionan luego numerosos complementos “en negro” que elevan el monto percibido por los docentes, para engaño de las cifras oficiales. Sin embargo, también hay otros aspectos que configuran un escenario de ajuste presupuestario en esta área, como son el no nombramiento de docentes en varias escuelas, el congelamiento de la antigüedad y el no pago del doble cargo (es decir, que aquellos maestros que poseen dos cargos sólo reciben por el segundo una remuneración que ronda el 20% del primero). Este cuadro es sistemáticamente denunciado por los gremios del sector, como por ejemplo A.S.D.E., y constituye uno de los principales motivos de las reivindicaciones de los sindicatos docentes año tras año.
Por otra parte, también es necesario puntualizar lo que sucede en el ámbito de la salud. Durante 2012 lo destinado a salud significó el 12,59% del presupuesto provincial. Si tomamos como casos testigo las mismas provincias anteriores, ese porcentaje supera al de Córdoba, pero es inferior al de Neuquén, La Pampa y la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo ese porcentaje, que en solitario significa poco, adquiere otra connotación al vincularlo con más datos vinculados al sistema de salud en San Luis. La falta de médicos en hospitales de 19 localidades del interior de San Luis, la carencia de insumos, medicamentos y camas en el Policlínico Regional de la capital provincial y en varios centros asistenciales, y las deficientes condiciones edilicias de los mismos, se suman a los insuficientes salarios, la precarización laboral (a través de contratos temporarios) y el no pago de adicionales a los trabajadores de la salud (como el “bloqueo de título” y la bonificación por “zona interior”). Estas últimas situaciones han provocado la renuncia de especialistas y técnicos, y dificultan la cobertura de las vacantes que se generan [6]. Además, hay que agregar a este panorama el pedido de nombramiento para aquellas personas que pertenecen a planes sociales provinciales (como el Plan de Inclusión Social) y han sido asignadas al cumplimiento de tareas en el sistema de salud provincial, trabajo por el que se cobra $855 por mes [7]. Este estado de cosas motivó que en 2012 fueran los trabajadores de la salud quienes más fuerte y sostenidamente llevaran adelante un plan de lucha, a través de la Asociación de Profesionales y Técnicos de la Salud (A.P.T.S.).
Por último, hay que detenerse en la realidad de la política de vivienda del Gobierno de San Luis. La construcción de barrios (llamados “viviendas sociales”) ha sido uno de los “caballitos de batalla” del rodríguezsaaismo hasta la actualidad. Sin embargo, en eso que se muestra ante propios y extraños como el gran logro del régimen, hay también mucho de mito. La comparación interanual de los Presupuestos de 2011 y 2012 revela un dato contundente: durante el año pasado lo destinado a “vivienda, urbanismo y otros servicios” fue el 12,31% [8], mientras que para 2012 ese porcentaje bajó al 9,61%, es decir una disminución de 2,7 puntos porcentuales. Este valor de la hacienda provincial se agrava si tenemos en cuenta que San Luis presenta ya un sostenido déficit habitacional. Y la cuestión empeora, aún más, cuando observamos la escasísima construcción de casas que el Estado provincial concretó durante este año. El actual gobernador Claudio Poggi (todavía “delfín” de los Rodríguez Saá) había asegurado la edificación de 1.000 viviendas para fines de 2012: la cantidad entregada al momento está muy lejos de llegar al centenar [9]. Para colmo, una de las promesas electorales con las que ganó la gobernación en octubre de 2011 fue la realización de 13.000 viviendas para 2015. Ahora, bien, cómo llegará a esa cifra final siguiendo este ritmo de construcción, es todo un misterio…
De esta manera, con una inversión en vivienda relativamente escasa y con una ejecución muy distante de las necesidades de los sectores trabajadores, puede entenderse mejor el dato estadístico que arrojó el Censo 2010, que ubicaba a San Luis dentro del segundo rango más bajo de provincias, según el parámetro “viviendas particulares cada mil habitantes” [10].
Las claves
¿Cómo hace San Luis para erigir todo aquello que genera alabanzas de visitantes y locales? ¿Cómo hace para construir autopistas, rutas y diques, además de autódromos, canchas de polo, estadios de fútbol, hipódromos, velódromos, estudios de cine, réplica del Cabildo de Buenos Aires, y contratar todos los veranos las “escolas de samba” del Carnaval de Río? La explicación debe contemplar tres grandes vectores.
Por un lado, y como ya expusimos anteriormente, existe una política de contención del gasto en áreas importantes como educación, salud y vivienda. Particularmente, sobre el precio del trabajo de docentes y trabajadores de la salud se ejerce una continua acción de pauperización y precarización, llevando el nivel de ingresos a cifras muy bajas y/o con componentes del salario “en negro”. A esto debe agregársele la constante desinversión en infraestructura e insumos sanitarios y escolares, como ya vimos.
Por otro lado, hay que tener en cuenta un dato medular en la composición de las finanzas de San Luis. El presupuesto de esta provincia se nutre abrumadoramente de recursos provenientes de impuestos nacionales (dentro de los cuales la coparticipación federal es el más importante). En 2012, el 72,71% de los fondos provinciales procedían de “recursos federales y nacionales”, surgiendo de la recaudación provincial sólo el 27,29%. Inclusive, según el proyecto de Ley de Presupuesto 2013, se prevé que el monto originado en recursos federales y nacionales suba al 74% para el año próximo (gracias a un aumento del 15% en la coparticipación federal). En este sentido, vale destacar que San Luis es una de las provincias que mayor coparticipación per cápita posee en el país, ubicándose entre las siete primeras en este rubro (según datos de 2010) [11].
Finalmente, el tercer elemento explicativo es el porcentaje de esos recursos federales que el gobierno provincial coparticipa a los municipios. Durante 2012 el Estado provincial sólo destinó a los municipios de San Luis el 8,37% del presupuesto. Entonces, una administración que depende casi absolutamente de los recursos nacionales, destina a los gobiernos del interior provincial cantidades harto exiguas, que en realidad le permiten la asfixia y el condicionamiento político de esos pueblos y ciudades. De hecho la provincia de San Luis, desde hace más de una década, es una de las que menos fondos coparticipa a sus municipios [12].
En definitiva, podemos decir que el “éxito” de San Luis, admirado por muchos, puede buscarse en el ajuste y la contracción del gasto en áreas básicas, el sostenimiento de las cuentas a partir de los recursos provenientes de fondos federales y nacionales, y la concentración omnímoda de los recursos en detrimento de las administraciones municipales de toda la provincia de San Luis.
NOTAS:
[1] Véase:http://www.hacienda.sanluis.gov.ar/HaciendaWeb/Contenido/Pagina98/File/PRESUPUESTO%202012%20PDF/01-%20ANEXOS%202012.pdf
[2] Elaboración propia en base a: http://www.cba.gov.ar/wp-content/4p96humuzp/2012/06/01.0erogaciones-mp2012.pdf
[3] Elaboración propia en base a: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/hacienda/presupuesto2012/pdf/04_planillas_anexas_a_la_ley.pdf
[4] Elaboración propia en base a: http://www.haciendanqn.gob.ar/archivos/52023_LEY2793_-_PODER_EJECUTIVO.pdf
[5] Véase: http://www.lapampa.gov.ar/images/stories/Archivos/HaciendayFinanzas/Presup2012/Presupuesto_2012.pdf
[6] http://apts-sanluis.com.ar/web/
[7] Vale recordar que los beneficiarios del Plan de Inclusión Social cobran su salario en carácter no remunerativo, es decir sin aportes previsionales. Este plan social funciona desde 2003 y en la actualidad llega a alrededor de 20.000 personas (sobre 274.000 que tienen entre 15 y 64 años).
[8] Véase: http://www.hacienda.sanluis.gov.ar/HaciendaWeb/Contenido/Pagina83/File/01-%20ANEXOS%202011.pdf
[9] Este problema ya lo habíamos adelantado. Véase Funes, Cristian: “Rodriguezsaaísmo, ajuste y después” en El Aromo, n º65, marzo-abril de 2012.
[10] http://www.indec.mecon.ar/
[11] Véase: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/hacienda/sis_estadistico/anuario_general/archivos/22_43.html
[12] Véase: Trocello, Gloria: La manufactura de “ciudadanos siervos”. Cultura política y regímenes neopatrimonialistas, Nueva Editorial Universitaria, San Luis, 2008, p. 277.