En medio de una segunda ola de casos de COVID-19 que parece no tocar aún su techo, el domingo se realizarán las elecciones legislativas en Misiones. Será la primera de tres jornadas electorales que tendrá la provincia este año. Este 6 de junio, 947.560 misioneros se movilizarán a 459 centros de votación entre las 8 y las 19hs, aunque, como se sabe, suelen ser frecuentes las aglomeraciones en horarios puntuales. La Renovación insistió en realizar los comicios argumentando que Misionesse encuentra en una situación de menor riesgo sanitario que otras provincias y que el país en su conjunto. El mismo argumento que utilizó para no suspender ni un día las clases presenciales, cuando ya tenemos más mil docentes contagiados y al menos 4 compañeros muertos por la presencialidad en pandemia. La Renovación expone que Misiones tiene una baja tasa de mortalidad cada cien mil habitantes y un 53% de camas de terapia intensiva ocupadas. Es decir, salgan a contagiarse que camas sobran y no es tan seguro que mueran. Sin embargo el hecho clave está en que la circulación viral creció, los contagios aumentaron drásticamente en las últimas dos semanas y la población no se encuentra vacunada masivamente. Así, mientras el domingo se movilizarán 7 de cada 10 misioneros, solo 1 de cada 10 cuenta con una dosis de vacuna y 0,4 de cada 10 cuenta con dos dosis.
En medio de la pandemia, se despilfarrarán 278 millones de pesos, lo que podría servir para comprar más de 240 mil dosis de la vacuna Sputnik, solo por mencionar una que no es la más económica. Cada acto eleccionario promete ser un festival de contagios y la Renovación es responsable político de ello. No menos responsable son los Fernández y su fuerza política en la provincia, el Frente Encuentro Popular Agrario y Social para la Victoria (FEPAySV) y la “oposición” de Juntos por el Cambio. El Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FITU) se sumó de lleno a la campaña y, en lugar de ponerse a la cabeza de una campaña por la suspensión, sólo se acordó de exigir la suspensión unos días antes de los comicios. Una declaración meramente testimonial.
El arco político burgués
El Frente Renovador de la Concordia gobierna hace 20 años y tiene hegemonía en 76 de los 77 municipios. En estas elecciones lleva al Martín Cesino como primer candidato a diputado para renovar su banca, acompañado por Sonia Rojas Decut. Antes de desempeñarse como diputado provincial y presidir el Bloque de Diputados de la Renovación, Cesino fue Director de la Unidad Central de Emergencia y Traslados, luego Subsecretario de Atención Primaria de la Salud. Justamente son los trabajadores de la red de traslado los que actualmente están llevando adelante una lucha por recomposición salarial, pago de viáticos adeudados hace 4 meses, beneficio por dengue y COVID-19 –que cobran los trabajadores del hospital escuela Ramón Madariaga- y contratación de más personal. Una de las reivindicaciones también tiene que ver con el rechazo a una iniciativa que implementó el propio Cesino y que consiste en traspasar al Parque de la Salud la unidad central de red de traslados. Es decir, básicamente descentralizarlo. En 2018 Cesino fue vicepresidente de la Comisión de Salud y sentó posición contra de la despenalización del aborto. Recientemente fue escrachado por por su cercanía al intendente misógino y patotero Claudio Filippa. Por su parte, Sonia Rojas Decut es docente, rectora del ultra católico Instituto Superior Santa María y entusiasta de la educación disruptiva impulsada por el actual Ministro de Educación Miguel Sedoff. Esa misma línea pedagógica que profundiza la degradación educativa posicionando a los docentes como meros facilitadores.
El Frente Juntos por el Cambio (UCR-PRO) lleva como primer candidato al radical Ariel “pepe” Pianesi secundado por Micaela González Coria del PRO. Pianesi culmina su mandato como diputado provincial y actualmente es presidente de la juventud Radical. Las propuestas giran en torno a realizar un censo tabacalero, modificar el sistema de ingresos brutos, rever la situación edilicia de las escuelas y la situación de conectividad. Como siempre, promesas sobre el bidet. El problema no son los impuestos sino el empobrecimiento de la población del que Juntos por el Cambio es también responsable no sólo por los cuatro años de gobierno de Macri sino también por co-gobernar con el Kirchnerismo. En materia educativa Pianesi, y su frente, impulsó junto a los Fernández el crimen social de la presencialidad escolar en pandemia y sin solucionar ninguno de los problemas que ahora dice que impulsará. Además, en su período como Diputado, en noviembre de 2020, en medio de la agudización de la crisis, propuso habilitar una línea telefónica para denunciar la intrusión en terrenos privados. Abrir las escuelas y exponer a la población a un crimen social, reprimir y perseguir a las fracciones más empobrecidas del proletariado. Juntos por el Cambio no tienen nada de diferente a la Renovación y al gobierno de los Fernández.
El armado Frente Popular Agrario y Social para la Victoria lleva al jefe de ANSES de Eldorado Santiago Mansilla como primer candidato, secundado por Alvez Blanca Ester. El FPAyS viene de perder dos intendencias, no en las urnas sino en los hechos porque sus intendentes electos en 2019 en Colonia Delicia y San Vicente se pasaron a la Renovación a cambio de obras y recursos. La estructura K en la provincia reproduce la misma política nacional empujándonos a la presencialidad en pandemia y bancando el ajuste nac&pop.
El trotskismo entre el sindicalismo y la defensa de los pequeños patrones
La clase obrera no puede esperar nada de estos partidos patronales. Ahora bien, el trotskismo en lugar de plantar bandera y hacer una campaña por la suspensión de las elecciones en pandemia, fue de llenó tras los votos con una campaña sindicalera y de defensa del pequeño capital. Los candidatos del FITU en la provincia provienen del Partido Obrero y cuentan con una trayectoria de lucha. Lo que hay que analizar es qué programa proponen, es decir, cuáles son los objetivos a los que llaman a los misioneros a construir políticamente. Para eso, hay que analizar la campaña que están desarrollando. El slogán con el que se presentan da cuenta de una preocupación netamente electoralista: “Vamos por 30 mil votos para llevar la voz de las y los trabajadores a la cámara de diputados”. Una prueba de que la campaña “un milagro para Altamira” que criticamos en 2011, hace diez años, no era un episodio sino algo que llegó para quedarse de la mano de Solano. Llevar la voz de los trabajadores es una consigna, expresa un contenido y ese contenido en el mejor de los casos no trasciende lo sindical: reclamar por una salario igual a la Canasta Familiar, jubilación del 82% móvil, trabajo genuino en la tarefa y agroindustria, plan de viviendas populares, nombramiento del personal y equipo necesario en Hospitales y CAPs. Básicamente el PO sigue entrampado en una campaña en base a reclamos sindicales militando el pobrismo –eso es pedir un salario igual a la canasta básica familiar-. Esa forma de expresarse no es inocente, cuando empezamos a desmenuzar las propuestas concretas vemos que entre esos “trabajadores” se cuelan burgueses agrarios y sus reclamos. En las propuestas del PO para la yerba-mate se expresa esto con mayor claridad: “La única salida real a esta crisis es dejar de lado la discriminación y superexplotación del tarefero para ir en una alianza de trabajadores y pequeños productores contra los grandes empresarios que se llevan toda la riqueza de la yerba.” Concretamente, plantean salvar a burgueses yerbateros. Para peor, pretenden que sean los tareferos quienes peleen por salvarlos. En otras palabras, quieren darle una mano al pequeño patrón que, como el propio PO lo conoce, aumenta al extremo la tasa de explotación de los tareferos para mantenerse a flote en la competencia capitalista. En criollo, son capitalistas pequeños que sobreviven como tales gracias a que los tareferos continúen trabajando en negro, cobrando a destajo salarios de miseria y desocupados la mitad del año. Son enemigos de los tareferos y no aliados.
El FITU en lugar de ponerse a la cabeza de una campaña real por la suspensión de las elecciones en medio del crimen social de la pandemia y por la vacunación masiva ya de la población, hizo lo mismo que todo el arco político burgués: mendigar votos. Ni siquiera con una campaña socialista, sino con consignas sindicaleras y en defensa de los burgueses pequeños.
En estos días, los partidos burgueses y el FITU tocaran nuestras puertas, nos acercaran sus volantes con las mismas intenciones: votarlos para conseguir un cargo, los primeros para continuar con el ajuste patronal, los segundos “para estar”. Lo más racional hoy, sería la suspensión de las elecciones. No es momento para que las especulaciones políticas se antepongan a la vida. Nuestro país se hunde como el Titanic y ellos solo buscan ser elegidos como diputados o concejales, instituciones que ni funcionan en pandemia, y por ende no nos sirvan para nada. Hace más de 30 años que vivimos votando y nos seguimos hundiendo en la pobreza, tenemos índices de vida de cualquier país africano. Votar en blanco no va a solucionar nuestros problemas, pero si quieren que vayamos a votar, que obtengan lo que han sembrado: nuestro mayor rechazo.
En medio de la crisis y la pandemia, la clase obrera puede y debe reconstruir la Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados. No para luchar por reivindicaciones sindicales ni para mendigar votos, sino para construir un organismo que pretenda tomar el Poder con un programa socialista y revolucionario.
Razón y Revolución Misiones