En la noche de ayer, trascendió que la empresa de Paolo Rocca despedirá 1450 trabajadores de construcción que tiene empleados en sus obras en Buenos Aires, Tucumán y Neuquén. Se trata de un personal que es contratado bajo modalidades precarias: paralizadas las obras, la patronal puede dar de baja el contrato. La UOCRA, que ahora pone la voz en el cielo, es responsable: todos esos regímenes de contratación fueron avalados justamente por la burocracia de Gerardo Martínez. Por otro lado, no son los primeros despidos en el marco de la cuarentena: ya hubo 100 despidos en PAMI, en Cinemark, GPS –tercerizada de Aerolíneas- o en el sector de panificación –donde también se registraron suspensiones-.
No es la primera medida que toma Techint contra los trabajadores. Antes de la cuarentena, bajó los salarios de sus empleados de Siat Tenaris (Valentín Alsina) con el descuento de los premios de producción. Iniciada la cuarentena, pretendió que sus trabajadores concurrieran a todas sus plantas.
En Siderca -que produce tubos sin costura-, se escudó en la necesidad de exportar y en la producción para la cadena energética. Para eso, consiguió la colaboración del intendente Sebastián Abella (PRO) que emitió un permiso para que sus trabajadores circulen. Los mismos trabajadores respondieron con el acatamiento de la cuarentena, que al momento se mantiene vigente hasta el 31 de marzo. En Siderar Ensenada, una asamblea resolvió paralizar la producción e ingresar a la cuarentena, exigiendo el 100% del salario. Algunos sectores hicieron lo propio en Siderar San Nicolás, argumentando que la empresa ya contaba con un sobrestock de un año de hojalata para las latas de alimentos.
Techint entonces –como denunciamos- tuvo la colaboración inmediata de Alberto Fernández: obtuvo una ampliación de las excepciones, sumando a “todas las industrias con procesos continuos cuya interrupción implique daños estructurales en las líneas de producción y/o en las máquinas”. Es decir, una excepción a su medida. En Siderca, emitió un comunicado aduciendo que cuenta con un permiso exclusivo del PEN para operar. Si al momento no pudo imponerla, es sencillamente porque los compañeros se niegan.
Como se ve, el gobierno nacional dispone para que los trabajadores empleados por el grupo Techint paguen la crisis. La lógica de la ganancia se impone sobre el resguardo y la salud de los obreros. Los despidos en la constructora son otro ejemplo de ello.
En el marco de la emergencia sanitaria, exigimos:
-Prohibición de despidos y suspensiones
-Prohibición de ajustes patronales sobre el salario y avances sobre las condiciones de trabajo
-Garantía estricta de todas las condiciones de
higiene y salud
-Pago de las horas trabajadas en todas las
funciones realmente esenciales como horas extra.
-Fiscalización obrera de todas esas condiciones con comisiones elegidas por los trabajadores.
-No a las excepciones dispuestas según el criterio de la ganancia capitalista. Una actividad es esencial en función de las necesidades sociales
Corriente Clasista Goyo Flores
Nadie esta a favor de que se despida personal y mucho menos en la situación sanitaria, social, económica y política que vive el país. Pero hay que diferenciar el sector publico del privado, ya que en el primero «conviven» el personal de planta con capacidad, preparación y experiencia, con los que ingresan políticamente, que no siempre son los mas capaces……
En el ámbito privado se rinde examen día a día, y muchas veces las grandes empresas que realizan obras para el estado, se encuentran con la situación de que este no paga en termino las pautas acordadas.
Como el futuro es incierto, cualquier oportunidad es propicia para «limpiar empleados» de tal manera que permanezcan los mas capaces y eficientes…………..en el sector publico, sin no saben….se los ubica en algún lugar que no molesten….percibiendo sus haberes…….