La clase obrera sigue en las calles y la burguesía sigue matando. Ayer, martes, una brutal represión se produjo en Senkata, La Paz. La misma se produjo cuando fuerzas militares y policiales buscaban despejar la zona para garantizar la salida de 46 cisternas gasíferas de YPFB, que se encontraba bloqueada por los manifestantes. Si bien estos accedieron a permitir la salida de los camiones, cuando intentaron volver a realizar el corte, fueron reprimidos, dejando al menos tres muertos (Deivi Cusi, Edwin Paniagua, y un tercero no identificado) 30 heridos, muchos de ellos de gravedad, por lo que el número de muertes podría aumentar. Con estos 3 casos, asciende a 26 la cifra de muertos oficiales, aunque la misma podría ser superior por la cantidad de casos no denunciados, principalmente en regiones rurales. Luego de la represión, los pobladores de El Alto saquearon y destrozaron la casa de la alcaldesa, Soledad Chapetón.
Mientras esto sucedía, los parlamentarios del MAS acordaron una sesión para este miércoles para reconsiderar la directiva de la Cámara de Diputados, y comenzar a diagramar la conformación del poder electoral para convocar a nuevas elecciones. Es decir, mientras la clase obrera pone los muertos, los diputados y senadores del MAS, que no están siendo reprimidos, negocian una salida negociada con los represores.
No se puede confiar en las negociaciones del MAS, porque ellos mismos han dado muestras de que son capaces de reprimir la lucha de la clase obrera. Recordemos que antes de irse, Evo dejó 3 muertos, incluyendo un transportista en Santa Cruz y un estudiante de Cochabamba, además de haber amedrentado a los sectores que se movilizaron, como los francotiradores que atacaron la caravana de mineros en Vila Vila y Challapata, o la agresión a los trabajadores del aeropuerto de La Paz, dejando también cientos de heridos. Recordemos también que durante toda su etapa en el gobierno se produjeron al menos 12 muertes en circunstancia de manifestaciones en su contra. Es decir, si Evo o el MAS vuelven y la calle no se apacigua, la controlará a balas, como hace Áñez. Por eso, la única salida es la autoorganización obrera formando asambleas y comités de defensa. No podemos confiar en las direcciones burguesas. Hay que tomar los problemas en nuestras manos.
Por todo esto, exigimos:
Fuera Áñez y la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Que se vayan todos y que no vuelva nadie.
Abajo las negociaciones entre el gobierno y el MAS.
Por asambleas obreras y comités de defensa.
Por una Asamblea Nacional de Trabajadores en Bolivia.
Razón y Revolución