En el día de hoy, el Juez Torres dictó la orden de detención de Dimas Ponce, militante del Partido Obrero. Al igual que César Arakaki, se lo acusa de una supuesta agresión a un policía en el marco de la movilización contra la reforma previsional del 18 de diciembre. Al momento, la detención no se concretó y debería permanecer suspendida hasta que el tribunal se expida sobre la apelación presentada por la abogada de Dimas. Mientras tanto, el compañero Arakaki continúa en riesgo, ya que se encuentra recluido en el Penal de Marcos Paz, un penal común que no se corresponde con su condición de preso político.
Como venimos señalando hace años, el kirchnerismo en su momento y el macrismo ahora, buscan recuperar el control de la calle que la burguesía perdió en el proceso abierto en 2001. Por eso reprimen físicamente con hidrantes, balas de gomas y gases lacrimógenos las movilizaciones, y judicialmente a los luchadores y activistas, con causas y cárcel. La represión y la criminalización de la lucha es una política de clase, por eso la vemos tanto en donde gobierna el macrismo como donde gobierna el kirchnerismo (como mostraron la semana pasada Alicia K en Santa Cruz y Gildo Insfran en Formosa).
