Mientras siguen las suspensiones y los retiros voluntarios en toda la industria metal-mecánica, la UOM y el SMATA, en lugar de sentarse a discutir con los trabajadores cómo luchar para evitar la sangría de puestos de trabajo y de nuestro salario, se sientan con la patronal a acordar las grillas de suspensiones. Las empresas cordobesas son las más afectadas, pero no las únicas. En esa provincia, los dirigentes sindicales repiten el mismo casette de siempre: hay que cuidar las fuentes de trabajo, con la movilización no vamos a conseguir nada. De consultar a los trabajadores, ni hablar.
Los obreros automotrices y metalúrgicos se acostumbraron a que las suspensiones y las ofertas de retiros voluntarios sean moneda corriente. Cada vez que hay una crisis acá o en Brasil, aparecen estas propuestas por parte de la patronal. Las ventas caen, la producción también y entonces a las empresas les “sobra” personal. Claro, les sobra porque ningún patrón está dispuesto a perder un solo peso de su ganancia. En cambio, les piden a los trabajadores que acepten cobrar menos plata porque de lo contrario quedarán en la calle. Lo que están cuidando la UOM y el SMATA no es el salario del trabajador, sino la ganancia de la patronal.
Cada vez que hay crisis, se pierden puestos de trabajo en la misma proporción que las empresas necesitan disminuir el personal. Ahora bien, ¿qué pasa cuando la producción se recupera?
Veamos qué pasó en la crisis de 2009. Ese año se produjeron 84.000 autos menos y se perdieron 5.700 solamente en la industria automotriz. Si lo comparamos con el 2008 bajo un 14% la producción y un 13% el empleo.
Ahora bien, en 2010 la producción y el empleo se recuperaron. Pero mientras la producción creció un 40%, el empleo solamente se recuperó un 28%. O sea, se produjeron muchísimos más autos que en 2008, antes de la crisis, con una menor proporción de personal. Mientras en 2008 salían 14 autos por cada trabajador, en 2010 salían 15. Pero la cosa empeora.
En 2011 la producción creció un 26%. ¿Y el empleo? El empleo cayó ese año un 2%. Sí, cayó. ¿Y en 2012? Ese año fue peor: la producción cayó 8%, pero el empleo cayó un 13%. En 2013 la producción aumentó un 3%. “ahí seguro creció el empleo”, pensarán. No, el empleo volvió a caer: un 1%. A esta altura salían 19 autos de las plantas por cada obrero. Queda claro que la complicidad de los sindicatos con la patronal para asegurar sus ganancias contrasta con su falta de preocupación sobre nuestro salario y la pérdida de puestos.
Hay que exigir el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Es decir, que el trabajo que haya se reparta entre todos los trabajadores por igual, manteniendo el salario intacto. De esta forma, se puede incluso evitar que cuando aumente la producción se recargue el trabajo de algunos (con horas extras) mientras otros quedan en la calle. Si no venden, no es nuestra culpa. Que se ajusten ellos el cinturón. Para poder plantear esto es necesario exigir asambleas en los lugares de trabajo y decirles a los delegados que no queremos ser más el pato de la boda.
Ninguna suspensión
Por el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario
Razón y Revolución
[…] Mientras que los gremios clasistas se enfrentan mediante la lucha a los despidos y las suspensiones, como los choferes de la empresa Unión Platense que en estos días gracias a la lucha lograron frenar el despido de 30 compañeros, el SMATA se coloca en una clara complicidad con la patronal a favor del ajuste. No es ninguna novedad: lamentablemente los trabajadores automotrices fueron acostumbrándose a este tipo de arreglos y a que hay que callarse la boca. Así, el SMATA actúa como gendarme de la patronal y es cómplice de la caída permanente de puestos de trabajo en el sector, como ya explicamos (Ver: UOM y SMATA arreglan suspensiones) […]