El balance de las elecciones en Brasil
Las elecciones en Brasil no fueron para Marina Silva, sino que Dilma se impuso por sobre Aécio Neves en segunda vuelta por estrecho margen. Sin embargo, una lectura en profundidad, nos mostrará cuál es el verdadero proceso que se está dando el Brasil y el peso que tiene el PT.
Por Nicolás Grimaldi (LAP-CEICS)
Las elecciones en Brasil han llegado a su fin. Los resultados le dieron la victoria, en segunda vuelta, a Dilma (51,64%) frente a Aécio Neves (48,36%), y Marina Silva, quien lideraba las encuestas antes del primer turno, quedó en tercer lugar con un 21,32%. La mejor performance de Dilma se dio en las regiones del norte, siendo éstas de las más pobres del país, donde la candidata del PT llegó a sacar 60 puntos de diferencia en la primera vuelta. En estos sectores, prima la asistencia social por parte del Estado, donde tienen un peso muy importante los gobiernos municipales y estaduales, lo que explica la importancia que tiene para el PT mantener las alianzas en las diferentes regiones.
Los más pobres
La geografía brasilera se divide en región norte, nordeste, sureste, sur y centro-oeste, siendo las dos primeras las regiones más pobres de Brasil, donde los índices de pobreza e indigencia son más altos. En la región norte, se ubican los Estados de Rondônia, Acre, Amazonas, Amapá, Roraima, Pará y Tocantins. La región contiene el 8,5% de la población, que recibió el 11,6% del gasto total del Programa Bolsa-Familia en el 2013 (uno de los programas sociales más importantes).1 Dilma se impuso en Amazonas, Amapá, Tocantins y Pará, triunfando holgadamente en los primeros tres. Si observamos los datos aportados por el IPEA, encontramos que la pobreza en estos Estados se ubica entre el 26,35% y el 33,63%, mientras que el índice de indigencia, se ubica entre el 8,22% y 12,07%.2 Para la elección de gobernadores, el PT triunfó en Acre, aliado al PSB de Silva, y Amapá, alistándose junto al PMDB detrás del candidato del PDT, partido que controla Macapá, la principal ciudad. Triunfó, también, apoyando a candidatos del PMDB en Amazonas, Pará y Tocantins. El PMDB triunfó además en Rondônia, donde el PT salió cuarto. En esta región, podemos observar la importancia que ha tenido para el PT la alianza en Acre con el PSB, que le permitió imponerse en gobernadores, y las alianzas detrás del PMDB o el PDT, a lo que le sumamos Rondônia, donde el PT fue derrotado frente al PMDB, demostrando el peso que este partido tiene en la región.
La región nordeste, concentra al 18,3% de la población, que recibe el 50,6% del programa citado. Es decir, estamos ante la relación población-asistencia más alta del país. Hablamos de los Estados de Maranhao, Piauí, Ceará, Río Grande do Norte, Paraíba, Pernambuco, Alagoas, Segipe y Bahía. Dilma se impuso en todos estos estados, alcanzando picos de 40 puntos de diferencia. En esta región, los índices de pobreza oscilan entre el 29,80% y el 42,13%, y el índice de indigencia, se sitúa entre el 8,01% y 19,09%, siendo Maranhão el Estado más pobre, y Sergipe, el de menor índice. Si observamos lo acontecido en gobernadores, encontramos que el PT se impuso en Piauí, Bahía y Ceará, y apoyó al candidato vencedor en Río Grande do Norte, Paraíba, Alagoas y Sergipe, estas dos últimas detrás del PMDB. Como podemos observar, es una región donde los subsidios estatales sostienen la vida del grueso de los habitantes, lo que es una estocada más al mito del ascenso a clase media. Esta región, es la prueba de que existe una población sobrante fuertemente ligada a las alianzas del PT.
La última región que nos ocuparemos es la región sudeste, que representa el 25% del gasto del Programa Bolsa-Familia y el 42% de la población. Es decir, aquí la asistencia social estatal por habitante es la menor del país. Está compuesta por Minas Gerais, Sao Paulo, Río de Janeiro y Espirito Santo, y fue la región más dividida en cuanto a votos y su relación con las elecciones de gobernador. Los índices aquí marcan que, la pobreza se sitúa entre un 8,37% y un 11,88%, mientras que la indigencia afecta entre un 2.88% y un 3.01%. En Río de Janeiro, el Estado con mayor pobreza en la región, Dilma triunfó, aunque su candidato a gobernador perdió ante Pezão, del PMDB. También se impuso en Minas Gerais, segundo Estado en cuanto a pobreza, donde triunfó en gobernadores aliado con aquel partido. En Espírito Santo, ganó Aecio Neves y también triunfó el PMDB en gobernadores, donde fue aliado al PSDB, sacándole 47,5 puntos de diferencia al PT. En Sao Paulo, se dio lo esperado y triunfó el PSDB a gobernador y presidente. En Sao Paulo fue donde el PT pagó el no poder hegemonizar al conjunto de las entidades sindicales de la región, como lo había hecho en el 2010 y 2012. Efectivamente, si bien la CUT, que representa a 2,7 millones de trabajadores en la ciudad, apoyó incondicionalmente al PT, no ocurrió lo mismo con las otras. Fuerza Sindical, que representa a 1.6 millones de trabajadores, manifestó su apoyo a Neves a través de su dirigente, Paulo Pereira da Silva, también diputado por el SDD. Lo mismo hizo Miguel Torres, otro de los dirigentes, miembros del sindicato metalúrgico. También la UGT, tercera en representación, que apoyó a Marina Silva en el primer turno, y había entablado lazos con Alckmin, solicitándole controlar la Secretaria de Empleo y Trabajo. Esta secretaría, actualmente es controlada por Fuerza Sindical, y anteriormente lo fue por la UGT, lo que demuestra los lazos entre el PSDB y estos sindicatos. Sin el conjunto de la fuerza sindical y sin una relación importante con la sobrepoblación relativa, el PT perdió.
Vale destacar la alianza del PT con el PMDB en Minas Gerais, donde a pesar de perder por bastante margen en la capital del Estado, se impuso gracias a la cantidad de ciudades que controla el PMDB. La misma importancia se puede ver en Río, donde el PMDB le bajó el pulgar al candidato de Dilma y este terminó cuarto, situación similar a la que se dio en Espirito Santo. En las otras dos regiones, el sur y el centro-oeste, representando el 7,3% y 5,4% del gasto del Programa Bolsa Familia, y el 14,2% y 18,9% de la población, triunfó Neves con comodidad, y se impuso el PMDB con la gobernación de Río Grande, derrotando al PT. Es decir, allí donde el Estado no llega con la asistencia social debida, el oficialismo pierde.
Muletas
Ahora bien, surge la pregunta de quién controla la asistencia social en Brasil, ya que, como vimos, el PT tuvo una mejor performance allí donde puede repartir ciertos recursos (norte, nordeste). En Brasil, la asistencia funciona de manera descentralizada, es decir que la administración del programa la lleva adelante el Gobierno Federal, el estadual y el municipal. Este último es el encargado de elaborar los registros de los postulantes y seleccionar a las familias que deben ser beneficiarias del plan. También, debe sumársele el Sistema Único de Asistencia Social (SUAS), que en el 2012 manejó un presupuesto de más de 100 millones dólares.3 Los fondos son otorgados por el Ministerio de Desarrollo Social y girados por el Ministerio de Previdencia, controlado por Garibaldi Alves, del PMDB, a cada Estado o municipio, que los administra de manera autónoma.
Además, existe el llamado “cofinanciamiento”, que permite a los municipios que no pueden brindar asistencia por sí mismos, o aquellos que tienen una capacidad de asistencia mayor a la demanda de su municipio, aliarse con otro municipio o su propio Estado. Esta alianza, debe ser previamente aprobada por la Comisión Bipartita de Intergestores, conformada por representantes del gobierno estadual y de los municipios, encargada del monitoreo de la asistencia social en la región. En este marco, el peso que tienen los municipios para el control de la asistencia social es muy importante, ya que es a través de ellos que se da la relación con la población sobrante brasilera. A su vez, para el caso del SUAS, aquel partido que más municipios controla, tendrá mayor poder de decisión en las comisiones bipartitas. Si observamos la cantidad de municipios que tiene cada uno de los partidos más importantes de Brasil, observamos que el PMDB controla 1.025, el PT 628, el PSDB 693, el Partido Social Demócrata 494 y el PSB 416. Además, el PMDB controla ahora siete gobernaciones, mientras que el PT controla directamente tan solo cinco.
Como pudimos observar, existe una relación entre los votos del PT y los sectores que más asistencia social reciben. Esto implica la importancia que tiene el sistema de alianzas para el PT, con partidos como el PMDB o el PSD, o el propio PSB. También explica la búsqueda de Dilma, en el 2013, por aumentar el control gubernamental sobre la campaña publicitaria como una forma de evitar el éxodo de aliados.4
Efectivamente, el PT está lejos de coronarse como el partido “transformador” dominante, y aún depende de entablar alianzas con otros sectores, como el PMDB, quien hizo una mejor elección incluso en aquellos estados donde ambos fueron derrotados, como en Sao Paulo o Paraná. Además, le impuso sus propios candidatos allí donde respetaron la alianza. En Brasil, se repite la misma situación que el MAS en Bolivia y el kirchnerismo con el PJ, donde los sectores que se reivindican de izquierda, deben tejer alianzas con los sectores tradicionales para lograr sostenerse en el poder.
Las elecciones muestran lo que ha sido de la clase obrera en esta década gobernada por el PT: aumento de la sobrepoblación relativa y expansión de la asistencia como forma de reproducir a esta gente como lo que es. Un partido de extracción sindical, un partido que surge de un proceso de masas genuino, termina dependiendo del presupuesto estatal para repartir ayuda a una población al borde de la miseria como única forma de gobernar. Sin ninguna diferencia sustancial, y sin entusiasmar a nadie, los partidos se disputan el manejo de planes en una relación con la clase obrera que no excede la asistencia. Tal vez no hay demasiado lugar para movimientos históricos de carácter burgués en el continente.
Notas
1 Síntese de indicadores sociais. Uma análise das condições de vida, Instituto Brasilero de Geografía Estadística, p. 187
2 Fuente: Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA)
3 http://goo.gl/TEOAH7
4 Grimaldi, Nicolás: “La contraofensiva. El gobierno de Dilma Roussef frente a la movilización obrera”, El Aromo, N° 74, sep/oct, 2013.