Los y las docentes venimos de años de reducción salarial. Solo por mencionar, en todo el 2020, con una inflación por arriba del 50%, nos bajaron el sueldo un 40%. Así es, el gobierno santafesino solo ofreció una suba del 10%, sin carácter remunerativo en su totalidad y sobre finales de año, lo que significó una reducción real del salario del 40%. Terminamos el año con la amenaza de descuento de los días de paro. Un verdadero atropello. Todo esto avalado por la burocracia Celeste de AMSAFE.
En plena pandemia, la ministra de Educación de la provincia, Adriana Cantero, exhortó al cuerpo docente a “comprender la situación” ya que nos encontrábamos en un momento de gravedad. Pura excusa para un ajuste que lleva años. La pandemia fue utilizada como pretexto para descargar el peso de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. Lo hizo el gobierno de los Fernández a nivel nacional, y el de Perotti a nivel local. De esta manera, los y las docentes santafesinos nos vemos obligados a trabajar el máximo de horas o unidades de acumulación. Esto afecta nuestra calidad de vida, y también sobrecarga principalmente a las mujeres en una sociedad patriarcal donde tiene que lidiar con el trabajo familiar y docente. Por último, este cuadro repercute en la calidad de la enseñanza y es la posibilidad de planificar, dictar y evaluar correctamente a los estudiantes. O sea, impulsa la degradación educativa, que es la estrategia central de todos los gobiernos, sea del color que sea.
Este año, ya a la altura de marzo y con una inflación anual acumulada de arriba del 7%, el gobierno provincial inició la discusión salarial con una pauta más de 3 puntos porcentuales por debajo de lo acordado en la paritaria nacional docente testimonial. Porcentaje que ya se sabe de antemano que va a quedar corto, por lo que no les queda otra que aceptar el establecimiento de la cláusula gatillo. Cuánta hipocresía y mentira. Luego de dos semanas con paros de 48 horas en cada una, la provincia mejoró la oferta al 46%, apenas por encima de la ya magra paritaria nacional. Si AMSAFÉ acepta este ofrecimiento, se habrá hecho un mutuo favor con Cantero, arguyendo que la mejora fue fruto del paro, y la ministra de que la oferta fue “sensiblemente” mejorada.
Sin embargo, en concreto, la oferta del gobierno lleva el salario inicial a $79.000 en marzo, cuando la canasta de consumos mínimos de ATE-INDEC ya estaba en casi $130 mil en enero. Es decir, el gobierno nos ofrece un salario que cubre solo el 60% de lo necesario para no ser pobre. Con el máximo de antigüedad, 24 años, el salario llega a $109.703. Ni siquiera así alcanzamos a salir de la pobreza. Recién en septiembre, el salario de mayor antigüedad alcanzará el valor de la canasta de consumos mínimos. Con una inflación que viene creciendo de a casi 5% mensual y 7% para los alimentos, las docentes estaremos peor que ahora, ya que pensar en una suba de más del 70% para los alimentos, no parece algo descabellado. Jornadas de trabajo de 10 o 12 horas, para ni siquiera poder mantener nuestro poder adquisitivo. Ni hablar de los gastos propios de la carrera docente, como los cursos de formación, los gastos en librería, material pedagógico, transporte, etc.
Razón y Revolución, cuenta con la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro, que plantea como horizonte de lucha la necesidad de llevar el salario inicial igual a dos canastas básicas totales reales, para dejar de estar siempre corriendo por detrás de la inflación para vivir hundidos en la pobreza. No podemos permitir esta nueva entrega de Alesso y compañía. Organicémonos desde las bases para rechazar este ofrecimiento e impulsar un plan de lucha por una recomposición histórica del salario.
Corriente Nacional Docente Conti Santoro – Santa Fe
