Por una campaña nacional por la suspensión de la presencialidad en todo el país

en Conti-Santoro/Novedades

Lo dijimos allá por febrero: el retorno de la presencialidad sin vacunación masiva, iba traer aparejada la segunda ola del COVID. Y acá estamos. Al 25 de mayo, solo se vacunó con una dosis al 19% de la población y con dos dosis al 5,4%%. En cambio, desde el retorno a la presencialidad, los casos en la población total del país subieron un 256% mientras que los casos en niñas y niños de entre 6 y 18 años, los casos subieron un 275%. Esta presencialidad cuidada abrazada por gobiernos, políticos y gremios, puso esta ola de contagios, medida en casos por millón de habitantes, en cuarto lugar, detrás de los picos registrados por Reino Unido, Francia y Estados Unidos, superando los picos de Brasil, India e Italia. En relación a la cantidad de muertos por millón de habitantes, el pico de ahora se ubica detrás de los picos de fallecidos de Reino Unido, Brasil, y Francia. La Argentina es hoy uno de los peores países del mundo para vivir en pandemia.

El grupo de provincias que experimentó una suspensión de la presencialidad, sea legal o de hecho, tuvieron o bien una caída de los casos o más bien un amesetamiento, aunque en un número muy alto. Veamos por ejemplo el caso de Provincia de Buenos Aires, donde la suspensión de la presencialidad que rige desde 19 de abril hizo que los contagios totales caigan en un 24% y los casos en niñas y niños, en un 30%, aunque todavía sigue detectando más de 8 mil casos en promedio por día, muy lejos de los 2.500 en promedio previos a la presencialidad con burbujas. Si analizamos CABA vemos que, si bien el gobierno porteño no adhirió a la suspensión del 19 de abril, el paro docente, el rechazo de las familias a enviar a sus hijos a la escuela, el pasaje a la virtualidad de ciertas escuelas a partir del 3 de mayo, hizo que también se produzca una caída del orden del 27% en los contagios totales y del 20% entre la población escolar. En Catamarca, que adhirió al DNU que suspendía la presencialidad desde el 19 de abril experimentó una leve caída de casos. Ahora bien, 10 días después de retornar a la presencialidad el 3 de mayo, los casos volvieron a subir. Algo similar sucedió en La Rioja, donde la presencialidad se suspendió desde el 19 de abril al 11 de mayo, y a los 10 días de suspensión los casos se amesetaron.         En Mendoza, el frío obligó a que muchas escuelas deban suspender la presencialidad y pasar a la virtualidad debido a la imposibilidad de mantener ventilación cruzada. Diez días después de esa decisión, los casos se amesetaron.

Otra prueba de la influencia de la presencialidad en la segunda ola es Neuquén, donde por el paro docente y la organización de los protocolos, las clases retornaron masivamente el 19 de marzo. Previo a esa semana no se experimentaron grandes modificaciones en los contagios. Dos semanas después, los casos comenzaron a crecer, sobre todo a partir de fines de abril cuando se levanto el conflicto con el sector salud. En Río Negro y Tierra del Fuego, los casos crecen desde que se da el retorno a la presencialidad aunque la movilidad se mantiene casi igual que al mes de febrero, por lo que los contagios se generan directamente dentro del aula.

Por su parte, Santa Fe consiguió amesetar los casos de contagios con la suspensión de la presencialidad en algunos departamentos a partir del 3 de mayo. El retorno de los niveles inicial y primario para el 11 de mayo bastó para que los casos vuelvan a crecer. Córdoba, donde prácticamente no se decretaron restricciones hasta la semana pasada, el crecimiento es constante y sostenido. En Chaco, una suspensión limitada a ciertos departamentos y a ciertos niveles, no alcanzó a evitar el crecimiento de casos. En Entre Ríos, la suspensión de solo una semana de la presencialidad en algunos departamentos, no bastó para detener la curva de contagios. En San Luis, la presencialidad recién fue suspendida el 17 de mayo mientras que en San Juan la presencialidad se suspendió recién con la adhesión al DNU el 22 de mayo. Ambas provincias presentan crecimientos siderales. Salta, Jujuy y Misiones, mantienen un crecimiento continuado desde el retorno a la presencialidad. En el caso de Misiones, el efecto se ve retardado por la existencia de un paro docente que lleva ya varias semanas. Misiones y Salta adhirieron a la suspensión de la presencialidad solo en sus “zonas rojas” mientras que la provincia de Jujuy se mantiene trabajando en la bimodalidad o presencialidad plena según corresponda a cada escuela.

El mapa de la situación, se completa con que los casos entre la franja etaria que va de 25 a 54 años, se duplicaron o triplicaron. Se trata, precisamente, de la edad que se corresponde la de los padres de las niñas, los niños y los adolescentes que volvieron a la presencialidad. Los casos en esta franja etaria, también crecen a partir de los 15 días del retorno con burbujas.

Con estos datos vemos que no solo la presencialidad generó la segunda ola, sino que también su suspensión por un tiempo prolongado, genera un amesetamiento de los casos. Por eso, sostuvimos que era inadmisible, primero el retorno y luego el sostenimiento de la presencialidad sin vacunación masiva, y ahora sostenemos que la suspensión debe mantenerse hasta tanto se vacune masivamente a la población. No alcanza que la suspensión sea solo hasta el 31 o hasta el 11 de junio como se rumorea. Los casos de Entre Ríos, Santa Fe y Catamarca, muestras que la suspensión debe ser total y sostenida en el tiempo. Cada día de suspensión de la presencialidad es vital para garantizar y sostener una caída en los contagios. Para más, estamos hablando de una presencialidad absolutamente degradada, dividida en dos, tres, o cuatro burbujas semanales, que hacen repetir la misma clase y el mismo tema ante cada burbuja, alumnos dispensados a la deriva por la falta de docentes que puedan trabajar con ellos en la virtualidad, la imposibilidad de la bimodalidad y las clases sincrónicas por la falta de conectividad en las aulas y la sobrecarga del trabajo docente que contrasta con la enorme cantidad de docentes sin cargo que hay en el país. No podemos permanecer inactivos frente lo que es un crimen sanitario, pero que también es un crimen pedagógico.

Si el gobierno quisiese, se podría tener una educación virtual de calidad, trabajando con todos los alumnos semanalmente, haciendo un seguimiento particularizado de aquellos que presentan mayores dificultades, y sin tener que descargar en las familias, y específicamente en las madres, el seguimiento del proceso educativo de los estudiantes. Por eso, como Corriente Nacional Docente Conti Santoro, convocamos a todos los gremios combativos, a todas las corrientes sindicales y políticas docentes, a todos los docentes independiente que se levantaron contra la presencialidad, a iniciar una campaña nacional por la suspensión de clases en todo el país hasta la vacunación masiva de la población, y exigir que mientras tanto se garanticen equipos, conectividad, dispensas, personal, ingresos para las familias, y todo lo necesario para el sostenimiento de una educación virtual de calidad.

Corriente Nacional Docente Conti Santoro

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