Un informe publicado en el diario La Verdad de Junín el día de ayer da cuenta de la alarmante situación económica que vive la ciudad y que padecemos sobre todo los laburantes. Tal como anticipamos en ocasiones anteriores, un altísimo porcentaje de la población obrera está en situación de supervivencia. Los números de personas que viven de asistencia alimentaria o subsidios estatales es alarmante.
A 449 empresas se les subsidio el salario que debían pagar, esto alcanzo a 3386 trabajadores. El Ingreso Familiar de Emergencia llego a 15.426 personas. El Bono de Salud a 1486 trabajadores. 304 personas recibieron el Fondo de Desempleo, el cual provee la miserable suma de $ 2250 pesos. Además, se deben computar 21461 Asignaciones Familiares (AUH, salario familiar, asignación familiar por desempleo, asignación por embarazo, prenatal, etc.), 1280 Plan Progresar y 5000 del Plan Hogar. Es decir, 48343 personas requieren de algún tipo de subsidio sobre una población que asciende, según el último censo a 90000 habitantes. Estamos hablando de más de la mitad de los juninenses. Lejos de ser un elemento positivo, que mostraría las virtudes de un “Estado presente”, lo que estas cifras exponen es la miseria en la que nos entierran quienes nos gobiernan.
Queda claro que los más de diez años de gobierno kirchnerista y los cuatro de gobierno macrista solo sirvieron para enterrar más y más las condiciones de vida de nuestra clase. Estos dos partidos, que hegemonizan el voto cada dos años, tienen por preocupación el bolsillo de la patronal. Para nosotros, los que pagamos los platos rotos esta gente no puede ser una opción. El monto de los subsidios y el porcentaje de trabajadores que se encuentra en una situación crítica muestran un problema de fondo. El capitalismo en argentina está quebrado, los partidos que intentan sostenerlo solo tienen como política general degradar nuestras condiciones de vida. Son tiempos de crisis capitalista, una crisis con una envergadura mayor a las que vimos antes. Tenemos que comprender que la salida patronal requiere que resignemos aún más cosas de nuestro día a día. Sin ir más lejos acá se está hablando de miles que necesitan ayuda para comer.
Tiene que quedar claro que el Estado no se desangra por culpa de los desocupados, los trabajadores informales y los formales que reciben algún subsidio. Esos subsidios salen, en realidad, de los bolsillos de todos los trabajadores. Y los principales beneficiarios, son los patrones. El caso del ATP es muy claro. El Estado busca mantener parásitos improductivos que no presentan la menor capacidad de competencia en el mercado y que para asegurar sus vidas suntuosas necesitan guita. Guita que no es más que nuestro sudor bajo el eufemismo de subsidio. Nadie vive con los dos mil pesos que se entregó a los desocupados, ni con un IFE bimestral de $ 10.000, ni con los $ 20.000 de básico que cobran los municipales.
La pandemia no es la razón de la crisis, la razón de la crisis es la burguesía. Mandar al muere a trabajadores formales e informales no es la solución, la solución es cortarle el chorro a los parásitos y negreros patronales. Necesitamos comenzar una acción de conjunto con el grueso de la clase obrera ocupada y desocupada. Hace tiempo llamamos a conformar una asamblea con esta característica. Hoy es urgente darse ese espacio. El camino al que nos llevan nuestros enemigos es el peor. Tomemos las riendas y decidamos nosotros adonde queremos ir.
Que se vayan todos.
Razón y Revolución Junin