Sube todo, menos los salarios
30/04/14 – 06:14hs
En los últimos años, el clientelismo estatal creció de forma exponencial. Se crearon puestos precarios para tapar la desocupación real. Los empleos peores pagos del sector privado representan más del 60% del total de las fuentes laborales
La inflación, el déficit fiscal, los despidos en el sector privado y la caída del sector productivo son cuatro de las variables en franco crecimiento que amenazan con terminar de desmoronar el relato industrializador kirchnerista. La búsqueda de endeudamiento exterior a través del Club de París, así como las primeras suspensiones y despidos en la industria automotriz, sacaron a relucir los límites y la fragilidad del proyecto económico encabezado por la presidenta Cristina Fernández.
En ese marco, los niveles de precarización al que se ven sometidos millones de trabajadores son por demás llamativos si se tiene en cuenta que, según economistas de distintas tendencias, alrededor del 30% del empleo es “informal”. Y lo más preocupante es que uno de los principales empleadores negreros es el propio Estado.
Se calcula que que aproximadamente el 40% de los trabajadores que ingresaron al Estado, en la mal llamada “década ganada”, desempeñan sus tareas de forma precaria. En números concretos: de los 65.889 empleados que se incorporaron entre 2003 y octubre de 2010, 26.731 no están en planta permanente
En el informe “Una década de empleado pobres” de Viviana Rodríguez Cybulski, investigadora del Centro de Estudios e Investigaciones en Ciencias Sociales (Ceics), sostiene que las ramas peor pagas (por ejemplo el comercio, servicios, entre otros) en 2012 ocupaban “el 61,46% del mercado laboral en el sector privado”, siendo que las mismas “en 2003 ocupaban el 58,5% del mercado laboral”. Dicho porcentaje representa 1.800.000 puestos de trabajo que perdieron los sectores de remuneraciones medias y altas en manos de los sectores peores pagos.
“Para 2012, el 37,7% de los ocupados en áreas urbanas eran trabajadores informales y el cuentapropismo llegó al 21,82% en el mismo año, siendo que en 1985 era de 18,9%.Cabe mencionar que el salario de los no registrados se deterioró en relación al de los registrados, pasando de representar el 72% en el 2001 al 62% en 2013. Lo mismo puede decirse de los cuentapropistas. Mientras en 2004 los ingresos de estos representaban el 73% de los asalariados registrados, el porcentaje había retrocedido al 67% para 2012”, sostiene la investigación.
En diálogo con Hoy, Juan Kornblihtt, director del observatorio de economía OME (perteneciente al CEICS) se refirió a las paradojas del modelo K, principalmente en lo que refiere al crecimiento del empleo y los bajos salarios. “Lo que aparece como un hecho característico de esta nueva etapa (2002-2014) es que aparecen trabajadores que tienen salarios pero siguen siendo pobres. Eso lo vemos en que la asignación universal por hijo, el plan progresar, entre otros, van en su mayor parte dirigidos a gente que tiene trabajo en negro y que necesita un plan social para vivir”, indicó el investigador.
En ese contexto agregó que “la recuperación económica que comienza a mediados del 2002 y 2003 tiene como condición los muy bajos salariales que se realizaron a partir de la devaluación”. Además sostuvo que los sueldos bajos y la informalidad “que parece ser una deuda pendiente, y que el gobierno dice que es lo que falta resolver, en realidad es la condición por la que han crecido las empresas y la economía”.
Precarización laboral
Las dos ramas del sector privado que más han incrementado su participación en el mercado laboral son la Construcción y el rubro “Hoteles y Restaurantes”. De todas formas, son los sectores con niveles de informalidad más altos, luego del servicio doméstico.
En el caso de la construcción el empleo en “negro” rondó el 65,4% en el 2° trimestre de 2013, mientras que en el mismo período en Hoteles y Restaurantes la cifra se ubicó en 50,1%.
“Los salarios se mantienen bajos en el sector informal, estatal, de servicios y comercios. Estos se mantienen con un crecimiento respecto al 2001 pero apenas si alcanza el 90% de los salarios de la década del noventa. A su vez están muy por debajo de los salarios históricos de la década del 70”, aseguró Kornblihtt.
El parche estatal
La endeble estructura económica argentina generó que gran parte del empleo sea solventado por el estado, no solo en lo que refiere a la creación de puestos de trabajo directo, sino a través de las transferencias, vía subsidios, realizadas por la administración nacional a empresas e industrias privadas.
En ese contexto, Rodríguez Cybulski sostiene que “ los ocupados en el sector público constituyen un tercio del total” de los empleos” existentes. En ese sentido aseguró que “la generación de este tipo de empleo por jurisdicción, los municipales fueron los más dinámicos, creciendo casi el 35% entre 2007 y 2011”, siendo seguidos por “los provinciales con el 33,1%, los nacionales con el 20,5% y finalmente, los de la Ciudad de Buenos Aires con el 9,1%”.
Tras preguntarse ¿cuál es el problema de este empleo público?, Juan Kornblihtt afirmó que no se trata de trabajo estatal “en empresas productivas que se puedan sostener sobre sí mismas, ya que son empleos en estructuras administrativas o políticas y por lo tanto dependen de otros ingresos del estado”.
Por último, el investigador indicó que “gran parte de los empleos que se crearon (desde el estado) son en relación a planes sociales o con una planta en negro muy grande, como los ministerios que son uno de los lugares donde más trabajo en negro hay en la economía”.