La creación de cooperativas se convirtió en la vía principal para cooptar y desmovilizar al movimiento piquetero. No es casual que la mayoría de estas cooperativas se hayan creado en las provincias más pobres y en donde el movimiento piquetero tuvo mayor fuerza años anteriores.
Por Nahuel Audisio (TES-CEICS)
“Con nuestras organizaciones hemos resistido durante años al modelo neoliberal, pero hoy ya no se trata de resistir sino de utilizar la experiencia y la fuerza acumuladas para construir una nueva Argentina”.[i] Con estas palabras, se daba a conocer el frente de piqueteros kirchnerista, una alianza entre las organizaciones piqueteras autonomistas y reformistas con el gobierno kirchnerista que recién se hacía cargo de un país en crisis. Néstor prometía revertir los efectos de las políticas menemistas que llevaron a la crisis de 2001, redistribuyendo la riqueza y terminando con la pobreza y la desocupación. En el fondo, el objetivo principal era cooptar y estatizar al movimiento piquetero. No era posible contener a las bases si no se mejoraban mínimamente sus condiciones de existencia. Entonces el kirchnerismo creó una serie de programas sociales que tuvieron como eje algún tipo de contraprestación al subsidio recibido por los trabajadores. La creación de cooperativas se convirtió en la vía principal para implementar esta política. No es casual que la mayoría de estas cooperativas se hayan creado en las provincias más pobres y en donde el movimiento piquetero tuvo mayor fuerza años anteriores.
Cooperativo y solidario
Si bien la creación de cooperativas de trabajo no es un fenómeno reciente en la historia argentina, es recién en la década de 1990 que empieza a crecer en forma sostenida. En total, para la década de 1990 se registraron en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) 412 cooperativas de trabajo. Pero es el kirchnerismo el que se va a concentrar en aumentar el padrón del INAES. El registro de cooperativas durante este gobierno va a aumentar en forma exponencial. Para el inicio del mandato de Néstor, la cantidad de cooperativas creadas era de 1.365. Entre los años 2000-2003 se habían registrado 817 entidades, duplicando solo en 3 años la cantidad de cooperativas creadas durante la década menemista.
En los dos primeros años gobierno kirchnerista, se crearon un total de 3.249 cooperativas, muy por encima de los tres años anteriores. La creación de estas cooperativas se da en el contexto del mayor período de movilizaciones del movimiento piquetero durante los gobiernos kirchneristas.[ii]
El año 2006, presenta una disminución de la cantidad de cooperativas creadas, 934 entidades. Esta disminución coincide con un importante aplacamiento de los conflictos y movilizaciones del movimiento piquetero. El objetivo político se concretó: una gran fracción del movimiento fue incorporado al Estado y fueron desarticulados los opositores, estableciendo así una nueva relación de fuerza entre ambos. Esto repercutió en la creación de las cooperativas de trabajo: 1.769 entre 2007 y 2008.
El número de cooperativas va a estallar en 2009 con la creación del Plan Argentina Trabaja: 2.741 en ese solo año. Para su implementación, el Ministerio de Desarrollo Social acuerda con los Entes Ejecutores (municipios, provincias, federaciones o mutuales) la formación y capacitación de cooperativas por medio del INAES, compuestas por alrededor de 60 trabajadores cada una, quienes tienen a su cargo la ejecución de obras públicas locales que demandan mano de obra. Entre los años 2010 y 2011 se desarrollan otras 3.066. La última gran explosión de cooperativas ocurre en el año 2012: 5.848. En un año, se radicaron a lo largo de todo el país la misma cantidad que en cinco años de ejercicio del poder kirchnerista. El gobierno necesitaba mantener el reflujo del movimiento piquetero que había aumentado su presencia en las calles. Una vez que se aquietaron las aguas, la cantidad de cooperativas radicadas disminuyó, conformándose “apenas” 1.817 entidades para el año 2013.
En el 2014, se organizaron 4.321 entidades, como respuesta al claro repunte de las exigencias de los cooperativistas, quienes habían ganado un gran protagonismo en las movilizaciones, cortes de calle y acampes. El último año de kirchnerismo, sin embargo, dejó una disminución importante de cooperativas, mientras las movilizaciones y exigencias se mantuvieron. Es que el gobierno llegó con las últimas fuerzas para mantener el aparato asistencialista que contuvo a los piqueteros bajo su ala.
Cooperando con la miseria
En las provincias del norte es en donde mayor cantidad de votos obtuvo históricamente el kirchnerismo. Es también en donde más creció el empleo público y las cooperativas de trabajo, factores claves para explicar esta supremacía de FVP en todas las elecciones en las que participó. El promedio de cooperativas radicadas en el conjunto de las provincias del norte es de una cada 627 habitantes, mientras que en la región centro (excluyendo la provincia de Buenos Aires), es de una cada 2.735. Veamos entonces como se reparte la caja en las principales provincias cooperativas.
En Jujuy, existen 1.198 cooperativas, lo que representa una cooperativa cada 562 habitantes. La provincia tenía para 2001 el 26,1% de los hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). El cuarto más alto del país. Para el año 2003, el porcentaje de desempleo en el conglomerado San Salvador de Jujuy-Palpalá era de 39,3% mientras que la pobreza en el año 2003 era de 69,5%. Con este panorama, el paliativo de las cooperativas era fundamental para mantener la gobernabilidad.[iii]
Chaco es una de las provincias más pobres del país y que más cooperativas tiene radicadas en su territorio. Actualmente se encuentran activas un total de 1.716, conformando un promedio de una cada 615 habitantes. Para el año 2003, en el Gran Resistencia había un porcentaje de desempleo de 40,5% y una pobreza de 67,4%. La provincia que sigue en cantidad de cooperativas radicadas por habitante es Tucumán, con un promedio de una cada 690 habitantes. Para el 2003, año en que comienzan a crecer, el porcentaje de desempleo y pobreza era de 39,6% y 64,4% respectivamente para el aglomerado Gran Tucumán-Tafí Viejo. En Santa Cruz, cuna del movimiento piquetero, se encuentran radicadas 331 cooperativas de trabajo. Esta provincia presenta un promedio de una cada 718 habitantes, lo que la convierte en la cuarta del ranking nacional.
Si tenemos en cuenta el total de cooperativas radicadas, el 26,4% se encuentra en la provincia de Buenos Aires. Para el año 2008, en esta provincia existían 3.367 cooperativas con un total de 3.180.100 asociados. Es decir, el 20% de los habitantes de la provincia de Buenos Aires integraba una cooperativa. Para el año 2016, la cantidad de cooperativas de trabajo sólo en la provincia de Buenos Aires ascendió a 11.449. En un lapso de 6 años de gobierno kirchnerista aumentaron un 340%. Igualmente, si tenemos en cuenta la cantidad de cooperativas por habitante, la provincia tiene una cada 1.364 habitantes, ubicándose por debajo de las provincias más pobres del país.
Somos los mismos de siempre
Como vimos, el kirchnerismo sembró cooperativas por todos lados. Principalmente en las provincias más pobres y en las más conflictivas. El conjunto de programas sociales que incluía la creación de estas entidades fueron implementados con la supuesta idea de redistribuir la riqueza. Pero el kirchnerismo se fue y dejó a enormes masas de obreros bajo la línea de pobreza. Si bien se revirtió la situación crítica del 2001, reduciéndose drásticamente los guarismos, las cifras resultantes en 2014 no muestran una erradicación de la pobreza ni un cambio sustantivo en relación a los años ‘90. A pesar del favorable precio de los commodities, solo logró contener al movimiento piquetero manteniéndolo en condiciones de vida miserables. En la región del norte, los piqueteros llevaron a cabo enormes luchas y fueron la punta de lanza para el desarrollo de los métodos que expulsarían a una fracción de la burguesía del poder en el 2001. Luego de esa expulsión, fue el mismo movimiento piquetero el principal beneficiado de los programas sociales. Tras ser desarticulado, los obreros desocupados que lo componían fueron sometidos a condiciones de miseria mientras la burguesía recompuso sus ganancias. No es casual que la gran mayoría de las cooperativas se radiquen en estas provincias a partir de la asunción de Nestor Kirchner ni que se hayan conformado aparatos políticos como el de Milagro Sala. Si el macrismo no consigue la plata suficiente, en estas provincias volverán a explotar la mayor parte de los conflictos de cooperativistas y desocupados. Volveremos a ver entonces aquellas grandes jornadas en donde los métodos piqueteros se imponían al ajuste de la burguesía. Para ello, la izquierda debe buscar organizarlos independientemente y repudiar las direcciones que aceptaron la miseria que ofreció el kirchnerismo, como la de Sala.
Notas
[iii]Estimación propia en base a datos del IPC San Luis.