La (nueva) Gran Estafa – Por Natalia Alvarez Prieto

en El Aromo nº 77

El PROGRESAR y las perspectivas educativas de la clase obrera bajo el kirchnerismo

El kirchnerismo anunció un nuevo programa asistencial vinculado a la escolarización de la población sobrante (“Progresar”). Como veremos, el proyecto poco tiene que ver con la búsqueda de una mejora educativa y mucho con el sostenimiento de un aparato electoral

Por Natalia Alvarez Prieto (GES – CEICS)

A fines de enero, el Gobierno Nacional anunció un nuevo programa asistencial: el Programa de Respaldo a Estudiantes de Argentina (PROG.R.ES.AR.). Un plan dirigido a jóvenes de entre 18 y 24 años que se encuentran por fuera del sistema educativo, desocupados u ocupados con un salario inferior a los 3.600 pesos del mínimo, vital y móvil.1 La inversión anual prevista es de 11.200 millones de pesos y alcanzará a más de 1 millón y medio de personas. Quienes accedan al programa deberán iniciar o completar sus estudios en cualquiera de los niveles educativos -primario, secundario, terciario y/o universitario- a cambio de una “prestación económica” de 600 pesos mensuales. Como veremos, PROGRESAR viene a profundizar la destrucción del sistema educativo impulsada por el conjunto de los programas sui generis del kirchnerismo. A cambio, crea un inmenso aparato electoral: uno de cada tres jóvenes de 18 a 24 años serán beneficiarios del Plan.

¿Qué hay de nuevo?

En el contexto de una crisis política formidable, PROGRESAR impulsa una estrategia que no es nueva. Ya existían otros planes asistenciales similares, aunque con una dimensión muy inferior. Entre los antecedentes se encuentran el programa “Jóvenes por más y mejor trabajo”, a cargo del Ministerio de Trabajo de la Nación desde 2008, y, a nivel provincial, “Envión”, en manos del Ministerio de Desarrollo Social de Buenos Aires desde 2009. Entre las metas del primero se encuentra la finalización de la educación obligatoria por parte de la población desocupada de 18 a 24 años. Curiosamente, la escolarización no es una condición obligatoria del plan “Jóvenes…”. Los beneficiarios pueden realizar cursos de orientación al mundo del trabajo, formación profesional y/o certificación de competencias laborales. También, encarar emprendimientos independientes y desarrollar prácticas en ambientes de trabajo. Para este año, se estima que el plan alcanzará a 150.000 jóvenes, quienes cobran una “ayuda” económica de 450 pesos mensuales.2 A diferencia del nuevo Programa, esta asignación es incompatible con otras, tales como el Seguro de Capacitación y Empleo, Jefes de Hogar y las prestaciones por desempleo.

El “Programa de Responsabilidad Social Compartida Envión” se encuentra orientado a niños y jóvenes de 12 a 21 años en situación de “vulnerabilidad social”. Lo implementa el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia a través de acuerdos con los municipios. Los “Enviones” son sedes cedidas por cada municipio que, a contraturno, proporcionan apoyo escolar, talleres, cursos de capacitación y prácticas laborales. Al igual que en el caso del FinEs, las sedes funcionan en clubes barriales, sociedades de fomento, centros comunales, delegaciones municipales, bibliotecas, etc. También, en lugar de docentes se contratan “tutores”, jóvenes mayores de 18 años sin más calificaciones que estar inscriptos en una carrera terciaria o universitaria. El plan abarca a aproximadamente 44.000 chicos, quienes reciben una beca mensual de 350 pesos. Su asignación es discrecional. Cada municipio determina su propio criterio de selección entre los postulantes. La inversión anual del Programa fue de 252 millones de pesos en 2013 y se prevén 284 para 2014. Casi su totalidad se distribuye en concepto de transferencias a los municipios. Esta “oferta educativa” destinada a la población sobrante opera, en realidad, como caja del aparato K. Distribuida entre los intendentes “amigos”, juega un rol no menor dentro del marco de alianzas y disputas políticas de la provincia.

Con sus múltiples limitaciones, becas ofrecidas por administraciones de otro signo político desnudan la miseria ofrecida a los jóvenes por el kirchnerismo. Por ejemplo, las que otorga la Ciudad de Buenos Aires, para el nivel medio, exigen la escolarización de la población en escuelas estatales. Se habla allí de “escuelas” y no de “sedes”, y de “docentes” en lugar de “tutores”. Es decir, el “derechista” y “privatista” Macri, defiende la educación estatal, mientras el gobierno nac&pop la privatiza y degrada. La privatiza porque la entrega a aparatos políticos que, obviamente, no son el Estado. La degrada, porque la entrega a no docentes. La nueva apuesta K es más de lo mismo: propone reciclar viejos programas ampliando su cobertura, a fin de capitalizarlos electoralmente.

“Progresar” en la era K

La creación del nuevo Programa evidencia que la década “ganada” dejó a millones de jóvenes por fuera del sistema educativo, desocupados o trabajando en condiciones de hiperexplotación. En efecto, un 58% de la población de 18 a 24 años no estudia. En el caso de la población más pauperizada, tal porcentaje asciende a un 65%.3 Más aún, el 46% de los jóvenes de entre 20-24 años no completó el secundario.

Los indicadores de rendimiento del sistema educativo no son más alentadores. Para el 2009 (último año del que se tienen datos a nivel nacional), la tasa de repitencia era de 4,7% en el nivel primario y de 10,5% en el secundario. En algunas provincias, las cifras eran aún más alarmantes (por ejemplo, 13,3% en Corrientes -primaria- y 15,1% en Santa Cruz -media). La sobreedad promedio era de 17,7% en el primario y 38,3% en el secundario. Es decir, aproximadamente 1 de cada 4 alumnos de primaria y 1 de cada 3 de secundaria ingresaron tarde al sistema o repitieron algún año. Mención aparte merecen Corrientes, Formosa, Salta, San Juan, Santa Cruz y Santiago del Estero, con tasas de sobreedad cercanas al 50% en el nivel medio. Las pruebas sobre la calidad educativa también son elocuentes. Recordemos que en el último relevamiento PISA (2012) un 35% de los estudiantes no alcanzó siquiera el nivel más bajo en matemáticas y un 25,8% en lectura. Por su parte, el último Operativo Nacional de Evaluación (2010) reveló que un 30% de los alumnos del último año de la secundaria tenía un desempeño bajo en matemáticas y ciencias sociales, un 26% en lengua y un 34% en ciencias naturales.4

Frente a este cuadro, ¿qué viene a ofrecer PROGRESAR? ¿Son los jóvenes impulsados a obtener una educación de calidad? Definitivamente no, si se observan las características generales del Plan. La única condición “educativa” para que el estudiante perciba el beneficio es que se encuentre inscripto en una institución registrada oficialmente. Por su puesto, los centros pertenecientes al Plan FinEs, entre los cuales abundan unidades básicas del peronismo y “casas compañeras”, son una posibilidad. Por otra parte, no existe ningún requisito de cursada ni de aprobación. Por lo tanto, se puede ir a la escuela a pasear o, como sucede a gran escala con la Asignación Universal por Hijo, a retirar el certificado de asistencia. Claro está, la flexibilización de esas pautas de regularidad irían en pos de garantizar una escuela “inclusiva” y cumplir con el mandato de terminalidad. En cuanto a los contenidos, tampoco se establece ningún tipo de exigencia. Da igual ingresar a la universidad que capacitarse en plomería. Incluso, basta con asistir a un curso de Orientación e Introducción al Mundo del Trabajo, a cargo del respectivo ministerio. Además de obtener algunos conocimientos básicos, los jóvenes acceden allí a saberes de “punta”, tales como: “técnicas para buscar trabajo”, “qué te gusta” y “cuáles son tus habilidades”. Salta a la vista cuál será el rol electoral que cumplirá el nuevo plan: afianzar los vínculos del gobierno con un millón y medio de jóvenes beneficiados por el “plan de Cristina”. Al respecto, téngase en cuenta el papel central otorgado a La Cámpora en su difusión y realización: “Cristina (Kirchner) le pidió a (Andrés) Larroque que se muevan, que vayan a los barrios a difundir el programa para que se anoten muchos pibes”, señalan los militantes de la organización.5

Educar… ¿para qué?

La creación del PROGRESAR fue celebrada prácticamente por todo el arco político burgués. Unos cuantos pesos y la formalidad de hacer de cuenta que los jóvenes estudian son suficientes. Este es el “proyecto de vida” que se les ofrece.

Ningún político burgués espera que esos jóvenes accedan a una educación de calidad. ¿Para qué educar a una población que es sobrante? Por lo demás, la calidad no da resultados electorales. Con Cristina, millones de jóvenes habrán finalizado sus estudios sin mayor esfuerzo. Para darse una idea de la magnitud del asunto, 330.000 estudiantes ya egresaron gracias al FinEs. Y se espera que en 2014 lo hagan 600.000 más. Todos estos planes son parte de la gigantesca estructura política-electoral creada por el kirchnerismo. Una estructura que no pertenece al Estado sino al Gobierno. Más aún, que se construye a costa de la destrucción de un aparato del Estado, el educativo.

El Gobierno afirma que el nuevo Plan asistirá a los hijos del neoliberalismo que “no fueron educados en la cultura del trabajo y del esfuerzo”.6 Oculta que la mayor parte de la población beneficiaria creció y estudió al calor del kirchnerismo y no del menemismo. Mientras que éste destruía la educación como parte de una estrategia general de su clase (abaratar la fuerza de trabajo y disminuir el gasto educativo), el kirchnerismo lo hace para mantenerse en el poder, construyendo un aparato político paraestatal. Es decir, se “privatiza” la educación entregándosela a la cooperativa de punteros políticos que ha dado en llamarse “peronismo”. El precio es otra expropiación masiva a la clase obrera de la educación y la cultura.

Notas

1 Este último requisito se extiende al grupo familiar del postulante. Para un análisis más amplio sobre las características asistenciales del Programa así como de la población a la que va dirigido, véase la nota de Tamara Seiffer en este mismo número.

2 Además del monto mensual, el plan incluye una serie de pagos adicionales por asistencia y aprobación de materias y niveles.

3 Datos correspondientes al 1º quintil de ingresos per cápita familiar. INDEC, Encuesta Anual de Hogares Urbanos, 3º trimestre de 2012.

4 Para ampliar, véase: Álvarez Prieto, Natalia “Orejas de burro. El papel de Argentina en el Informe PISA 2012”, en El Aromo Nº 76, enero-febrero de 2014.

5 Clarín, 03/02/14.

6 Discurso de Cristina Kirchner en el lanzamiento del plan, 22/01/2014, en http://goo.gl/z7b5ip

Etiquetas:

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

*

Últimas novedades de El Aromo nº 77

Ir a Arriba