La música durante la Guerra de Malvinas (nivel secundario)

en Arte, Literatura y Cine/Historia Argentina
  • Lee estos fragmentos de texto sobre el festival de Rock organizado durante la Guerra de Malvinas y los testimonios de artistas que aceptaron y rechazaron participar en él. Contrasta los argumentos de unos y otros.

El 16 de mayo de 1982 se realizó el Festival de la Solidaridad Latinoamericana. Tras años donde muchos músicos no podían tocar en público por las restricciones de la dictadura se generaba un megaevento de rock en Obras. Se reunieron allí las principales figuras del rock argentino como León Gieco, Charly García Alberto Spinetta, Juab Carlos Baglieto, y Raúl Prochetto. En cambio, otros grupos se negaron a participar para no colaborar con el gobierno militar ni la campaña a favor de la guerra. Entre ellos estuvieron las bandas Virus y Los Violadores. Se estima que entre 60.000 y 70.000 jóvenes participaron del evento. El recital fue transmitido por la televisión pública. En esa transmisión, mediante los comentarios de los periodistas y presentadores se usó el festival como propaganda del gobierno militar y de su manejo de la Guerra de Malvinas. Por todo esto, al día de hoy existe un debate abierto sobre la participación de los músicos en ese show.

León Gieco: Lo del Festival de la Solidaridad fue un invento de los managers del rock para hacer algo con el tema. Todo el mundo estaba participando pero el rock no quería formar parte del circo que fue lo de la guerra. Hasta que en un momento se decidió que había que aportar, pero no desde el triunfalismo, sino desde la paz. Al menos esa era mi posición.

Me llamaron para cantar, “Solo le pido a dios” un tema que los colimbas cantaban en las Malvinas y solamente por eso fui. Pero me sentí muy mal, es el único recuerdo que tengo. No me acuerdo de los detalles ni de los otros músicos, ni de la gente que fue. Solamente me acuerdo de una sensación horrible y de los pibes de 18 años.

Por lo demás, siempre me importó un carajo el tema del nacionalismo planteado en estos términos o la preocupación por dos islitas de mierda perdidas en el mar. Lo único en lo que pensaba mientras cantaba «Sólo le pido a Dios», era en los pibes que estaban pasando hambre y frío sin posibilidades de hacer nada.

Cuando terminó la guerra y supe que la comida no les llegaba, que los torturaron por robar un poco de comida o que los chocolates que la gente donaba en Buenos Aires, aparecían en kioscos de Rosario confirmé todo lo que sospeché en ese momento.

Me di cuenta que los militares argentinos no sirven para nada, ni siquiera para la guerra. Y que la única vez que consiguieron un triunfo, por así decirlo, fue cuando torturaron y mataron a los indefensos, a los que no tenían más armas que la palabra o las ideas: los desaparecidos. León Gieco (Tomadoi de Finkelstein, Oscar (1994). León Gieco, Crónica de un sueño. Buenos Aires: AC Editora)

Raúl Porchetto, “En plena guerra se hace el Festival de Solidaridad, que se cierra con «Algo de paz». A mí, antes de subir, un coronel con una 45 me dice, «che Raúl, hoy no es para cantar «Algo de paz», no sé si entendés o quieres que te haga entender». Yo subí con un miedo bárbaro, pero al final la terminé cantando, y esa imagen dio la vuelta al mundo, 60 mil tipos jóvenes cantando aquella canción. Por eso cuando alguien me dice que el Festival de la Solidaridad fue una colaboración, yo pienso, «la ignorancia es atrevida». Cuando nos propusieron hacer ese show, la idea principal era cobrar entrada, pero nos opusimos porque no queríamos que, con ese dinero, se comprara ni una sola bala. Así fue que la entrada constó solo de frazadas, chocolates y otros insumos para los soldados. Cuando supimos que nada de lo que recaudamos llegó a Malvinas no nos sorprendimos, si se habían quedado con tantas vidas, ¿cómo no se iban a quedar con los chocolates?  Zalacain, Luz (31 de marzo de 2012). «Porchetto: “La guerra fue una locura que no entendíamos”». El Digital. 

Julio Moura de Virus:

“Creo que fue una propuesta a todos los grupos en general, que nosotros sentimos como muy desagradable. No tenía nada que ver con nada, de repente éramos enemigos de los Beatles. Se trató de hacernos creer que era para ayudar a la recuperación de las Malvinas, pero terminó siendo un fraude.

Nosotros queríamos que se terminara la guerra, que no tenía sentido más allá de que creyéramos que las islas son argentinas. Mandar a los chicos allá y subirte a un escenario para especular, era horroroso… Lamentablemente, el momento no dio para decir todo esto, porque si decías algo, te daban un palazo en la cabeza.

Era todo muy confuso: uno también pensaba que a lo mejor los chicos podían zafar y sacarlos a la mierda a los ingleses, y tampoco éramos tan consciente como ahora de lo que pasaba.

Lo mejor que pudo pasar es que se terminara la guerra. Pero entiendo que a más de uno le vino bien aquel festival porque no tocaba ni en la cocina de su casa, y cuando les ofrecieron tocar se transformaron en los ‘héroes de Malvinas’. (Sánchez Fernando y Riera Daniel (1994). Virus una generación. Buenos Aires: Sudamericana.).

  • Escucha estas canciones de Alejandro Lerner y Pedro Conde escritas y gravadas durante la guerra y responde

b.1.¿Por qué crees que estas canciones eran escuchadas en su momento?

b.2 ¿Qué sentimientos o visión expresan sobre la guerra, sobre los que la dirigen y sobre los jóvenes a quiénes se pide que participen en ella?

b3. ¿A qué crees que hacen referencia los título de cada una de estas canciones?

La isla de la buena memoria, Alejandro Lerner

Letra:

Madre, me voy a la isla
No sé contra quién pelear
Tal vez luche o me resista
O tal vez me muera allá

Creo que hace mucho frío por acá
Hay más miedos como el mío en la ciudad

¿Qué haré con el uniforme
Cuando empiece a pelear
Con el casco y con las botas?
¡Ni siquiera sé marchar!

No hay mal que no venga al hombre
No hay un Dios a quien orar
No hay hermanos ni soldados
Ya no hay jueces ni jurados
Sólo hay una guerra más

Desde que llegué a la isla
No tengo con quien hablar
Somos miles los unidos
Por la misma soledad

Creo que hace mucho frío por acá
Hay más miedos como el mío en la ciudad

Ya se escuchan los disparos
Entre muerte y libertad
Cae mi cuerpo agujereado
Ya no podré cantar más

Hizo demasiado frío por acá
Hay más miedos como el mío en la ciudad

No hay mal que no venga al hombre
No hay un Dios a quien orar
No hay hermanos ni soldados
Ya no hay jueces ni jurados
Sólo hay una guerra más

Y cada vez hay menos paz
Y cada vez hay menos paz
Y cada vez hay menos paz
Y cada vez hay menos paz

Milonga de Plaza de Mayo, de  Pedro Conde:

Letra

  Soy uno de esos jóvenes de quienes hablan
los que luchan desde atrás de un escritorio.
Soy la sangre nueva, soy las manos fuertes
pero para decidir un inconsciente.
Soy quien da la vida a cambio de una causa
que por lo general no es la mía.
Lo que me hace diferente de los niños
es la pérdida de fe en mis mayores.
Esos que prometen, hablan y almacenan
todas mis esperanzas en un archivo.
Soy quien da la vida defendiendo tierras
a las que mañana no podré sembrar.
Soy un joven que no puede hablar muy fuerte
porque lo que dice no es muy conveniente.
Pero les aclaro que mi canto es libre
y lo será aunque mañana me fusilen.
Que comprendan los que ordenan dar la vida
que su vida es un milagro y como tal deben apreciarla.
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