Alberto mostró una enorme preocupación en medio de la pandemia del Coronavirus y de la cuarentena, por un sector bien definido: los capitalistas. A ellos les dio enormes beneficios, mientras nosotros los laburantes recibimos migajas. Cuando creemos haberlo visto todo, el gobierno otorga un nuevo beneficio. Hace unos días, les dio facilidades para el pago de ganancias, ese impuesto que muchos trabajadores pagan, a pesar de no tener ganancias sino salarios.
Ahora se sumó otra novedad. El Capitán Beto salió al rescate del empresario al que hace unas semanas acusaba de “miserable”. La novedad es que el Estado va a abonar el 50% de los salarios de los trabajadores de Tenaris Siderca (Campana) –de Techint. ¿Con qué plata? Con la nuestra, porque van a echar mano al ANSES. En este país, todas las patronales, desde las pymes hasta Techint, viven del Estado, o sea, de nuestra plata.
Más allá de las chispas, el “favorcito” del Estado a Techint en Siderca no puede sorprender a nadie. Techint ya tiene un historial de ayudas del Estado a lo largo de todos los gobiernos. El gobierno anterior le facilitó la exención de cargas sociales por 400 millones de pesos en todo el 2019. Al mismo tiempo, Techint viene aplicando suspensiones en varias de sus plantas. En Siderca puntualmente dispuso suspensiones rotativas, que este año fueron actualizadas al 80%, luego del conflicto por despidos en enero. Para eso, contaron siempre con el aval del Ministerio de Trabajo y de la UOM, que dijo estar “evitando los despidos” y les negó a los trabajadores un plan de lucha.
Ya durante la cuarentena, recortó salarios en Tenaris Siat. Luego, contó con un permiso del municipio de Campana para producir, a pesar de no ser una actividad esencial. Desde el día siguiente, consiguió excepciones de todo tipo hasta poder habilitar la producción. Para colmo, Techint se dio el lujo de despedir en sus constructoras: dejó 1500 trabajadores en la calle. La peleíta con Alberto terminó con los despidos ejecutados igual, porque el DNU solo prohibía una modalidad específica (los despidos por razones de fuerza mayor). Este asunto al día de hoy está planteado en las metalúrgicas y electrónicas: el acuerdo reciente de suspensiones al 86% del salario neto tiene una cláusula explícita en donde se permite despedir a los contratados.
El mismo DNU de Alberto además amparaba a las patronales para que apliquen suspensiones. Techint fue a la cabeza. En casi todas sus plantas arregló suspensiones al 75%. Caló, líder de la UOM, planteó que se trataba de un acuerdo para “resguardar” el salario. Dado que el Estado va a pagar el 50% de los salarios, Paolo Rocca solo tendrá que abonar un 25 al 30% en Siderca. Hay que tomar nota de esto. Los burócratas del gremio negociaron acuerdos con recortes salariales a pedido de la patronal, justo cuando el gobierno anunciaba asistencias de todo tipo a los capitalistas. No convencen a nadie.
En diciembre, luego de que la UOM fuera a Plaza de Mayo a celebrar el cambio de gobierno, los Fernández aplicaron una reforma jubilatoria. Con ella se ahorraban plata para que la ANSES estuviera a disposición de los subsidios a los capitalistas. Ante la crisis –profundizada pero no creada por el coronavirus– hace de la plata de los jubilados, el tubo de oxígeno de los capitales. Con todo, hay que tener claro que cuando le financian los salarios a Rocca y a todas las empresas asistidas, no están garantizando que lleguemos a fin de mes, sino que las patronales sigan ganando.
Nos tenemos que sacar de encima a estos parásitos planeros que viven de nuestros recursos y de nuestra explotación, y a esta burocracia sindical que les da una mano fundamental. Si los capitalistas no pueden garantizar el salario, que sus plantas sean estatizadas y puestas bajo control de los trabajadores para producir al servicio de las necesidades sociales. Ya confesaron su inutilidad.