ENTRE RIOS: Poco arte y mucho verso – Iván Pastorini, Laura Jourdan y Analía Calderón

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Los espacios que corresponden al área estético-expresiva parecieran no tener un lugar significativo en los diseños curriculares. Poca carga horaria, actividades extracurriculares, ausencia de espacios específicos y cargos con paquetes de horas distribuidos en varias escuelas, arman un coctel explosivo. A nivel nacional, el área se encontraría en el centro de la escena: la creatividad; la expresión y la comunicación conformarían habilidades a promover a nivel nacional, tal como reza el Plan Maestro.

Esas “bellas” palabras contrastan con la realidad de los diseños. En nuestra provincia, y no somos la excepción, los diseños curriculares disponen una carga horaria de 80 minutos semanales en el primer ciclo del nivel primario para Educación Musical y Artes Visuales pero, muchas veces por problemas de organización y espacio, sólo se cumple la mitad: escasos 40 minutos. Esta carga horaria se reduce a 40 minutos semanales a partir del segundo ciclo de primaria. En el caso de Educación Física, en el primer ciclo de la primaria cuenta con una carga horaria de 40 minutos semanales, la cual es incrementada a 80 minutos semanales en el segundo ciclo. El tiempo destinado se lleva “de patadas” con el gran despliegue de materiales que requiere el área, el traslado a otros espacios (si es que la escuela cuenta con semejante virtud) sin contar el tiempo que se suele dedicar al diseño de efemérides lo que vuelve una misión imposible el cumplir con el diseño aún en la planificación más aproximada.

 

De acá para allá

 

Al tener poca carga horaria por curso, en escuelas con una o dos divisiones, el docente de primaria no está exento de la función “taxi” tan común en el nivel secundario. Precisamente, para completar las 20hs. correspondientes a un cargo, el docente debe trabajar, no en una, sino en varias escuelas. Para peor, la falta de organización de dichos cargos complejiza aún más la situación. Algunos de ellos están distribuidos hasta en 4 escuelas en un radio de más de 70 km. De esta manera, se genera una pérdida de tiempo y desgaste del docente, que en ocasiones pasa más horas viajando que frente al aula. Viajar no implica solo dinero sino un gran desgaste físico y mental y, si bien nuestro salario contempla traslado en su código 029, quienes viajamos sabemos que estos montos están lejos de poder cubrir los gastos totales reales, a los cuales debemos también sumar el deterioro de nuestros vehículos. A esto se le suma el hecho de que el viaje aumenta la jornada laboral, restando tiempo de descanso. Así se profundiza la degradación del trabajo docente: el docente pasa más tiempo en su “itinere” que planificando. A medida que el código salarial no reconoce el costo real del itinere en un salario que en promedio cubre la mitad de lo mínimo que se necesita para vivir, el docente debe recurrir a un segundo o tercer empleo: clases particulares, cocina, etc. Ni hablemos de sumar la jornada de trabajo doméstico para las maestras y nuestra jornada ascenderá, en promedio, a más de 75hs semanales…

 

¿Qué hacer?

 

Nuestra área es un eslabón más del proceso de degradación educativa. Resulta necesario y urgente rever la carga horaria de las asignaturas, lo cual permitiría concentrar horas en una misma institución y poner fin a cargos distribuidos en distintas escuelas. Además, deben crearse nuevos cargos para las nuevas secciones y para las nuevas escuelas que aún carecen de materias del área estético-expresiva, como lo es el caso de la escuela Nº86 “Lazarina Lambert de Sardou” de la ciudad de Colon.

Necesitamos espacios propios. La crisis de infraestructura hizo que nuestras salas de música o de arte fueran utilizadas con otros fines y, para peor, las nuevas escuelas ni siquiera contemplan esos espacios.

Pensemos el lugar que ocupa el arte en la formación y el desarrollo del niño. Éste debería ser un pilar fundamental para la construcción del sujeto en el cual pueda expresarse, para educar los sentimientos. Como vemos, el área no está en la agenda a pesar de lo que se plantea en los discursos. Las estéticas también deben luchar por combatir la degradación educativa. Por eso, los docentes de la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro exigimos:

  • Por mayor carga horaria de las materias estético-expresivas.
  • Apertura de cargos y concentración de funciones por escuela.
  • Elementos didácticos que permitan desarrollar las clases del área “estético-expresiva”.
  • Por espacios físicos adecuados dentro de los edificios escolares.

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