Tras casi 4 meses sin actividad, ADUL convocó una asamblea para el 17 de junio. Lo hizo luego de que nosotros planteáramos la necesidad de la misma y pidiéramos que ADUL abandonara la parálisis en la que estaba sumergido. Pero del vamos la asamblea estuvo signada por irregularidades graves y manifiestas que comenzaron incluso antes de la asamblea. Se convocó la asamblea del martes para el miércoles incumpliendo la anticipación mínima de 5 días fijada por estatuto. Evidentemente no querían muchos asistentes.
La mayor parte de la asamblea la llevó un tema menor que eran los exámenes (una manera de restar tiempo al debate central). Aquí la cuestión era qué hacer con la fecha de exámenes, si estos se tomarían presenciales o virtuales. Al respecto hubo un consenso de que cada cátedra decidiera (bajo la idea de libertad de cátedra) y solo reclamar y controlar que se cumpla el protocolo de bioseguridad. Queremos llamar a la reflexión sobre lo que se esconde bajo la supuesta “libertad de cátedra” en este contexto. Por supuesto que no nos oponemos a este principio (que, dicho sea de paso, actualmente no se cumple en la UNL y el sindicato no ha hecho nada garantizarlo), pero entendemos que aplica a los contenidos de enseñanza y no a las condiciones laborales. Por esto, creemos que el gremio debe evaluar si están dadas las condiciones para tomar exámenes presenciales. La libertad de cátedra es una excusa para lavarse las manos.
En cuanto al problema central de nuestras condiciones laborales hoy llevamos esta propuesta:
- Suministro de computadora a todo docente que la requiera.
- Complemento salarial de $3000 mensuales retroactivo a marzo para cubrir gastos de internet y telefonía móvil involucrados en el dictado virtual.
- Suspensión de toda otra obligación docente por fuera del dictado de clases y consecuente prórroga de entrega de informes de proyectos de extensión, investigación, etc.
- Otorgamiento de licencias a todo el personal que lo requiera por su necesidad de asistir a hijos menores o adultos mayores en medio de la emergencia, incluyendo padres y madres con hijos que asisten a la escuela.
- Máximo de 40 alumnos por comisión en dictados virtuales.
- Creación de una comisión de docentes, integrada por todos los docentes interesados, para monitorear las necesidades de los docentes en el contexto de emergencia sanitaria, evaluar las condiciones de nuestro trabajo y las medidas necesarias.
La dirección del sindicato se dedicó a criticar estas propuestas. En algunos casos pareciera que querían oponerse por oponerse. Solo para que no prosperara una iniciativa nuestra. Solo así se entiende que el Secretario General haya rechazado nuestra propuesta de pedir computadoras e internet para nuestros estudiantes. Oscar Vallejos dijo: “nosotros tenemos que pelear por nuestros derechos, no por el derecho de los estudiantes”, tirando por la borda una alianza de más de 100 años, y desconociendo el enorme apoyo que hemos recibido de parte de los estudiares en todas nuestras luchas.
En la medida en que es una demanda muy sentida y algo tenían que ceder, lo único que tomaron de nuestros reclamos fue el pedido de equipos y compensación de gastos a los docentes. Pero, propusieron una moción alternativa más vaga que la nuestra (no piden un monto especifico de compensación por gastos de internet y solo reclaman una “asistencia” de la facultad a los docentes con “problemas de equipamiento”. Asistir no es lo mismo que entregar computadoras a todos los docentes que la requieran, con estos planteos generales e imprecisos la dirección del sindicato abre la puerta a falsas soluciones como cuando Nicolás Trotta anunció créditos a los docentes que deban comprarse PC. No queremos este tipo de “asistencia”, queremos que en caso que sea necesario nuestro empleador nos provea una computadora, como van a tener los docentes de otros niveles de la provincia.
Para bloquear el resto de nuestras propuestas adujeron que en la pandemia debemos defender nuestros “derechos adquiridos ”. Los convocamos también a reflexionar sobre este punto. En primer lugar, buena parte de la planta docente de la UNL reviste condiciones laborales de absoluta irregularidad y por tanto no hay “derecho adquirido que le valga”. Pero, además, el contexto actual es de excepcionalidad, y por tanto los derechos adquiridos no son una respuesta adecuada, de lo que se trata es de “derechos excepcionales o particulares” para una contexto excepcional y particular. Precisamente, nuestra moción, buscaba “derechos especiales” para un contexto especial. Pero parece que para el oficialismo de ADUL todos los contextos son iguales. Para el oficialismo pareciera que la emergencia no ha creado problemas, pareciera que no tenemos nuevas necesidades y reclamos producto de la enseñanza a distancia impuesta por las circunstancias. En resumen, bajo la excusa de defender derechos adquiridos nos llaman a no pedir nada nuevo ahora. Esta es una postura conservadora y equivocada. Las necesidades nuevas son muchas y, por ello, fueron muchos los compañeros que se expresaron en defensa de nuestras propuestas. Por eso, la dirección de ADUL recurrió a su maniobra burocrática culmine: truchar la votación.
El momento de votación fue caótico. La coordinación de la asamblea no expresó con claridad las mociones que se sometían a votación. Se negó a poner por escrito en el chat las mociones que se votaban. Tampoco hubo respuestas a los varios pedidos de unificar mociones que aparentemente no eran contradictoras y podían complementarse.
Esto no es todo: La situación que se produjo en la votación no tiene precedentes. A la hora de votar nuestra propuesta, Claudia Baigorria haciendo el recuento de votos (sin tener potestad para ello) dijo literalmente «todos los que no votaron la moción 1, votan por la moción 2, así que gana la 2» (la moción 2 era la que sostenía la mayoría del oficialismo de ADUL). No se contaron abstenciones. Simplemente se asumió que los que no habían votado por nuestra propuesta votaron por la de ellos en una votación muy ajustada.
De nuestra parte, desconocemos los resultados de la votación porque los procedimientos tanto de votación como de recuentos fueron completamente irregulares. Consideramos que ADUL debe convocar una nueva asamblea de manera estatutaria (con la antelación mínima establecida) y deben realizarse las votaciones por medio del chat, después de haberse escrito las mociones en el mismo y deben contabilizarse por cada moción votos positivos, contrarios y abstenciones.
En este episodio, la dirección de ADUL mostró no solo su carácter burocrático, sino también su completa inutilidad para defender los intereses de los docentes universitarios. Cualquiera dirige un sindicato en épocas tranquilas. Pero, en estos momentos en que nos enfrentamos a desafíos nuevos, a nuevas condiciones de trabajo impuestas por la emergencia es que se ve la capacidad para dirigir. El oficialismo de ADUL no ha pasado la prueba y nos abandona en el peor momento declarando abiertamente que no va a hacer nada por los docentes ahora, limitándose a supuestamente a defender lo adquirido. Eso no nos basta a nosotros. Los docentes universitarios estamos haciendo hoy un gigantesco esfuerzo. Estamos, junto a otros grupos de trabajadores, en una segunda línea de combate. Estamos sosteniendo la educación de los jóvenes obreros en la emergencia. Pero, no lo podemos hacer sin ningún criterio. No somos carne de cañón para ir sin ningún criterio sindical a tomar exámenes presenciales según lo disponga o no un titular. No somos material para la sobreexplotación, para trabajar sin límite horario porque no se adapta el número de estudiantes por comisión a las posibilidades de la enseñanza a distancia. Ni estamos dispuestos a achicar más nuestros menguados salarios comprando preparando equipos con dinero de nuestros bolsillos. Estamos, como otros, trabajando en medio de la emergencia para sostener la educación argentina, pero necesitamos hacerlo en condiciones adecuadas de trabajo. Por eso, más allá de lo que decida la dirección del sindicato debemos reunirnos, organizarnos, debatir nuestros problemas.
Razón y Revolución. Ciencia y Técnica.