Como venimos explicando, el gobierno de los Fernández es un gobierno de puros inútiles. Fracasaron en la gestión de la pandemia, fracasaron en la vacunación. Cada vez que algún funcionario abre la boca, a los pocos días los hechos lo desmienten. Quizás el caso más ridículo sea el de Ginés García, que se cansó de decir que el Covid no iba a llegar al país y ahora viene anunciando millones de vacunas que nunca llegan.
Hay, sin embargo, una tarea que Alberto y Cristina cumplieron con éxito. No es precisamente una “popular”. Se trata del robo a los jubilados. Recordemos que los Fernández prometieron en campaña un 25% de aumento a los haberes. Pero en diciembre del 2019 Alberto les dio un hachazo y al poco tiempo, otro más. El 2020 terminó con una una reforma previsional, una que ni Macri había soñado allá por diciembre de 2017. La de Alberto contó, además, con el visto bueno de toda la burocracia sindical.
¿Cuál fue el eje de la nueva reforma jubilatoria? Que los haberes de los jubilados ya no se ajustan por inflación. Esto significa que Alberto avanza en una política de ajuste gradual: necesita hacer caja bajando el gasto social, y lo va a hacer dejando que el aumento de los precios se coman a las jubilaciones. El resultado: millones de abuelos, que dedicaron casi 50 años de su vida a trabajar, ahora se quedan en la lona lo que les queda de vida.
¿Cómo se calcula ahora la actualización de las jubilaciones? Se calculara cada tres meses a través de un promedio de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) y la recaudación fiscal de la ANSES. Es decir, pone un techo a la suba de los haberes y abre la posibilidad de hacer descender, aún más, su piso. Un techo porque restringe los haberes a lo que la recaudación fiscal y las recomposiciones salariales permitan, algo muy limitado en un momento de crisis económica, caída de la actividad, elevada informalidad y aumento del desempleo.
Con la ley de movilidad macrista, suspendida en diciembre de 2019 por el gobierno, el aumento de los haberes durante el año 2020 hubiera sido mayor. Solo entre los meses de marzo y diciembre los Fernández les robaron a los jubilados una suma equivalente a 142 mil millones de pesos. Es decir, Alberto y Cristina usaron como excusa a la pandemia para avanzar en el robo del siglo a los jubilados. Ni Macri se animó a tanto.
Ni siquiera el ajustador López Murphy se animó a afanarle a todos los jubilados en plena crisis de 2001, cuando impuso un recorte del 13% que afectaba al 16% de los jubilados con ingresos más elevados. Pero eso sí: el ex ministro de economía duró 15 días luego de sus reformas. En cambio, Alberto y Cristina ajustan con total impunidad, porque en los sindicatos tienen a la burocracia peronista. No solo debieran ser echados del gobierno por esto, sino que además tendrían que estar presos.
¿Por qué tenemos que luchar? Primero que nada, tenemos que garantizar que las jubilaciones, ese salario diferido que nos ganamos nosotros mismos en tantos años de actividad, se actualicen en función de la inflación. En un país donde los precios se disparan día a día, motivo por el cual los salarios hace más de 50 años que compran cada vez menos, no podemos dejar que las jubilaciones pierdan la carrera. Vivimos hiperinflaciones (1975, 1985, 1989), devaluaciones enormes (2002, 2014, 2018, 2020) y en los últimos años tenemos inflaciones de entre 40 y 50% anual.
Y sin embargo, con esto no alcanza. ¿Por qué? Porque las jubilaciones se vienen deteriorando hace años. Aún si ahora siguieran el movimiento de los precios, seguiríamos teniendo jubilados en la pobreza. Nos roban hace décadas. Por lo tanto necesitamos una recomposición urgente de los haberes a los mejores niveles históricos, lo que supone triplicar los haberes medios actuales, es decir, que sean iguales a dos canastas básicas.
Esta es una pelea más de las tantas que tenemos que dar los laburantes. Y que vuelve a llevar al punto que señalamos siempre: el origen de estos problemas está en el capitalismo argentino y los vamos a resolver cuando gobernemos los que realmente producimos la riqueza, es decir, en el Socialismo. Para eso, tenemos que echar a los que nos vienen gobernando. Un buen punto de partida ya está planteado: la construcción de una gran Asamblea de Trabajadores Ocupados y Desocupados, que comenzará el 13 de marzo, para votar un programa y un plan de lucha. Ahí tenemos que estar.
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ES QUE DE ESTA FORMA SE VA CAMINO A UNA DESINTEGRACION COMO PAIS…..YA CASI NI IMPORTAN LAS IDEAS, O SI IMPORTAN MUCHISIMO, PERO PONGALE …PARA NO POLITIZAR….. ESTE GOBIERNO ES PUSILANIME… EN UN DICCIONARIO TIENE COMO OCHO CONCEPTOS… LE ENCAJAN TODOS ….VE NO HABLO DE SOCIALISMO NI DE MARXISMO REVOLUCIONARIO LOS POLITICOS SON UDES…PUBLIQUE O NO ES LO MISMO…TOTALA ESTA ALTURA DE LA COSA…..