Educación. La ola que se viene

en La Hoja Socialista 23/Novedades

Esta semana comenzamos a ver en acción el nuevo cuadro de situación que el Consejo Federal de Educación acaba de aprobar a fines de agosto y que ya rige. Con la pandemia en vigencia, la amenaza de la extensión acelerada de la variable Delta y una vacunación todavía muy incompleta, el gobierno actúa como si ya todo hubiese pasado.

En primer lugar, el gobierno acaba de dar un paso más en lo que denominamos estrategia larretista: la profundización de la presencialidad. Es curioso, aunque forma parte ya de la vía normal en la que tramitaron la gestión de la pandemia, el personal político no para de advertirnos que es inminente la circulación comunitaria de la cepa Delta y hace todo para empeorar ese cuadro de circulación.

Dicen que es inminente. Lo que tenemos que mirar es lo que ocurre en otras latitudes para imaginarnos qué pasará acá si la “predicción” se cumple. Bien. Estados Unidos, país que tiene a más del 51% de su población vacunada con esquemas completos, de los que quisieron vacunarse, reporta más de 280.000 casos diarios. Los casos infantiles en ese país ya se encuentran arriba del 20% del total. Sólo desde agosto se confinaron más de 90.000 estudiantes y temen por el inicio de clases presenciales que empiezan a transitar.

En otras partes del globo el panorama no es mejor. Australia retoma los confinamientos. Israel acelera la vacunación con terceras dosis. Nueva Zelanda extiende los confinamientos por el crecimiento de casos, lo mismo India, Malasia y Bangladesh. España e Italia temen por sus inicios de clases.

En esta recorrida internacional, hay que destacar que mientras crece el temor por lo que puede ocurrir tras el inicio del ciclo escolar en el hemisferio norte, la OMS recomienda mantener escuelas abiertas, pero profundizando las medidas de cuidado: “asegurar la ventilación en el interior de las aulas, reducir en lo posible el tamaño de las clases, mantener la distancia física y que alumnos y empleados se hagan test de forma regular son otras de las recomendaciones”.

Ahora bien, hablan de achicar clases y mantener la distancia física. Mientras, nuestro país acaba de aprobar un protocolo que hace precisamente lo opuesto. Todos en el aula a 50cm como excepción, 90cm como lo sugerido. Como sabemos, vivimos en un país de “excepción”… Lo más probable, dado el pequeño tamaño de las escuelas argentinas, es que se use la medida de “excepción” que implicará sentar un estudiante al ladito del otro. Claro, los cráneos de Palacio Pizzurno sugirieron que, como medida de protección, las niñas y niños que les toque hacinarse en el aula usen triple barbijo. ¿De verdad? Por suerte, Marta Cohen, pediatra y patóloga, le señaló a Trotta lo que estábamos pensando todos “con triple barbijo los chicos no van a poder respirar”.

Para tranquilizarnos nos dicen que llevamos 13 semanas de caída de casos y de mejora de los indicadores epidemiológicos. Sin embargo, lo que hay que decir es que prendiendo la tele y mirando lo que pasa en el resto del mundo, tendríamos que preguntarnos si le vamos a creer a los creadores de “esto es una gripecita, hay que preocuparse por el dengue” o mejor nos preparamos para lo que está por venir.

En temporada electoral, juegan a acelerar una “normalidad” que no es. Votos que buscan cosecharse a cuesta de nuestra vida, porque los que más nos exponemos al contagio somos los laburantes.

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