Eduardo Sartelli
Director del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales
Como dijimos, la conciencia sigue caminos complejos. Esa es la razón por la cual las políticas oportunistas tienen corto vuelo, si es que despegan. Me refiero a la apuesta del FIT al voto “democrático”. Mucha asamblea de intelectuales, mucha firma, mucha solicitada, pero no nos votó más que la tropa propia. El resto se rindió al voto “útil”, es decir, a Pino o a Filmus, sobre todo a éste último. Coquetear con oportunistas como Martín Kohan o Diego Rojas para lo único que sirve es para construir figuritas que a la primera de cambio se dan vuelta como media, como sucedió con la SEA. La consecuencia más importante es, sin embargo, otra: obliterar una política seria hacia los intelectuales, lo que requiere de otros instrumentos y de un aliciente mayor que una elección municipal. Si el FIT no es capaz de darse una tarea tal, los convocados para la ocasión debieran pensar seriamente en la formación de una Asamblea Permanente de Intelectuales Revolucionarios, cuya función sea la de atacar la renovada confianza de las masas en el régimen y su sistema, de cara a las graves contradicciones que deberá enfrentar el gobierno el año que viene, gane quien gane en octubre. Que la crisis política abierta en el 2001 haya sido controlada, no significa que la crisis económica y su correlato social hayan sido superados. Ellos sacarán, a corto o mediano plazo, otras vez a las masas a la calle.