Detrás de la pelea del gobierno con Repsol
El verdadero estado de la producción petrolera
Betania Farfaro Ruiz
OME-CEICS
El gobierno, junto a gobernadores de las provincias petroleras, planteó un conflicto con Repsol por la falta de inversiones. Algunos kirchneristas incluso se envalentonaron con la posibilidad de una estatización. Este chisporroteo, lejos de responder a un repentino giro anticapitalista del oficialismo, es el resultado de la crisis del sector, que sufre un agotamiento productivo.
En números anteriores, explicamos los límites de la política oficial en materia energética a partir del desempeño de la rama durante los últimos años1. Las alternativas planteadas como posibles soluciones (cancelación de contratos, reintegro de concesiones de algunas áreas a las provincias petroleras y hasta la reestatización) parecen no tener en cuenta que el declive productivo de YPF es expresión del agotamiento de las condiciones materiales que antes hacían posibles la obtención de un petróleo relativamente bueno y barato, y no de una “lógica financiera de corto plazo”2. Es decir, incluso una política de nacionalización y/o estatización, como imaginan algunos kirchneristas y otros “progresistas”, no implicaría recuperar una empresa con potencialidades. En estas condiciones y bajo estas relaciones sociales, aun si se estatizara, YPF seguiría siendo una empresa con problemas.
El enfrentamiento comenzó a partir de un informe poco favorable de la Secretaría de Energía respecto del desempeño productivo de la empresa más grande de la Argentina. El documento constató el descenso de la producción de crudo y gas natural en un 30% y un 35% desde 2003 a 2011. El gobierno y OFEPHI3 responsabilizaron a Repsol, acusándola de pagar excesivas utilidades en lugar de invertir en aumentar la producción y las reservas. La petrolera respondió con un documento que fue enviado a la Comisión Nacional de Valores4, dando cuenta de sus inversiones durante el 2011 y de sus actividades tanto de upstream (exploración y producción) como de downstream (refinación y comercialización).
Los números del sector
Como mencionamos, los límites del petróleo local están determinados por las condiciones productivas de esta mercancía específica. Desde la privatización de YPF (en 1999) hasta el año 2010, la producción efectiva de pozos aumentó, aunque sobre la base de una mayor recuperación secundaria. Es decir, inyectando más agua por metro de petróleo producido. Esto significó dos cosas: que los costos operativos por actividad secundaria hayan aumentado y que, a pesar de esto, no se haya podido compensar la caída de la productividad. Una década atrás, la misma era de 9,2 m3, mientras que en la actualidad es de 4,5 m3 por pozo5.
Nada progre bajo el sol
El dilema petrolero remite al problema del agotamiento de pozos, a lo que se suma la necesidad de recurrir a reservas no convencionales. Estas, por sus mayores costos y menores rendimientos, no son una solución a largo plazo. La reestatización no solucionará los problemas productivos del sector, dado que el estado argentino no parece contar con la capacidad económica para hacerse cargo de las inversiones necesarias para sostener yacimientos no convencionales7. No se trata de si YPF tiene o no “sentido nacional”, si aporta o no al desarrollo de un capitalismo nacional en decadencia. Lo que esconde el conflicto es el punto nodal del problema: los límites del petróleo argentino y, en estas condiciones, el fin de la política de “energía barata”.
2 Véase www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-187030-2012-02-06.html.
3 Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos integrada por las provincias de Chubut, La Pampa, Jujuy, Neuquén, Mendoza, Río Negro, Salta, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
4 Véase www.ypf.com/InversoresAccionistas/YPF%20Hechos%20Relevantes/08-02-2012%20Inversiones%20y%20Reservas%202011.pdf
5 Fuente: IAPG.
6 Véase www.ypf.com/InversoresAccionistas/YPF%20Hechos%20Relevantes/08-02-2012%20Recursos%20y%20Reservas%20VM.pdf
7 Según un informe presentado por Repsol YPF, el costo anual de este tipo de emprendimiento sería de 25 mil millones de dólares al año.