La nueva reedición de la paritaria en Alimentación nos trae más de lo mismo. Recordemos: Alimentación viene de una baja salarial pronunciada en las últimas paritarias. En 2019, se firmó un recupero del año anterior que significó una pérdida de al menos 8 puntos del 2018. La revisión 2019, por otra parte, significó una pérdida de 9 puntos absorbiendo las sumas fijas establecidas por el DNU de enero. Daer y las patronales acordaron que los trabajadores paguen la crisis. Este año no va a ser la excepción.
Una suma insuficiente
En esta oportunidad, el STIA reclama un 15% a pagar en tres cuotas (5% en Mayo, 5 % en Junio y 5% en Julio), con cláusula de revisión en Agosto. Además, dice pedir un bono por actividad esencial para marzo y abril, sin girar información del monto solicitado. Por último, pide exención del pago de ganancias.
Primero, el porcentaje exigido no recompone el salario perdido en años previos. Segundo, estamos ante un 15% de actualización hasta julio, cuando la inflación ya proyecta –con cálculos conservadores- por encima del 43% anual. Ya sabemos que en Daer no se puede confiar: el compromiso de revisión dependería de la buena voluntad de que la burocracia y la patronal se sienten a negociar una suma, que –como dijimos- viene cerrando por debajo de la inflación.
El STIA solicita un bono por actividad esencial solamente por dos meses, cuando los trabajadores de la alimentación trabajan desde el primer día de la cuarentena hasta el día de hoy. ¿Por qué sería un bono por dos meses y no por todo el período de cuarentena? Nadie sabe, porque no se discutió en ningún lado. Por otro lado, recordemos que en el sector de Alimentación siguieron funcionando actividades no esenciales, como la producción de snacks, golosinas o gaseosas, lo que fue visibilizado por los trabajadores de Pepsico, Felfort y Mondelez. Estamos ante trabajadores que se exponen al contagio todos los días porque el STIA negoció su inclusión en un comité de crisis montado a sus espaldas.
Ninguna asamblea, ningún plan de lucha
Con la excusa de la cuarentena, el STIA no va a hacer asambleas ni plenarios de delegados para discutir la paritaria. Como afirmó el STIA Buenos Aires: “Nos vemos obligados a comunicar las novedades sobre la paritaria por este medio; y no como lo hemos realizado históricamente, en plenario de delegados y activistas para informar, consultar y escuchar a las compañeras y compañeros de cara a las negociaciones”. Argumentan que hay que evitar las aglomeraciones, un criterio que se ve que corre a la hora de hacer asambleas, pero no cuando obligan a todo el mundo a ir a trabajar en cuarentena. Además, parece que no se enteraron que existen formas de hacer asambleas virtuales.
La realidad es que el STIA no quiere que los trabajadores discutan la paritaria y eso no es una novedad. El reclamo paritario no es acompañado con ningún plan de lucha nacional. Daer se vuelve entonces un mendigo de miseria, al servicio de las patronales. Eso se replica por empresa, donde las negociaciones no son mucho más auspiciosas. En Pepsico, la burocracia propone “recuperar” salario pidiendo aumentos de 11% en los premios de productividad, que están atados a la puntualidad y al presentismo de forma significativa. No se discutió ni consultó en ningún lado. En Dulcor y Arcor, se pide un bono extraordinario de 10 mil pesos. En las avícolas, el paro del sector terminó con una conciliación obligatoria. En estos últimos casos, no existe plan de lucha real para arrancar las sumas solicitadas. Mientras tanto, rige la polifuncionalidad (Pepsico), suspensiones con baja salarial (Mondelez y Lagomarsino) o descuentos a los trabajadores licenciados (Arcor). Con asambleas e instancias de deliberación, estos puntos seguramente estarían puestos sobre la mesa.
Por una salida de los trabajadores
En todo el gremio, es urgente la necesidad de poner en pie un plan de lucha. Llamamos a todos los trabajadores de la Alimentación a exigir asambleas en las fábricas para deliberar y resolver medidas concretas de acción por una urgente recomposición salarial, recuperando todo lo perdido en las últimas paritarias, planteando el rechazo a las suspensiones con rebaja salarial, a toda forma de flexibilización laboral y la exención del impuesto de ganancias sobre el salario. Planteamos además que se cumplan con todos los protocolos sanitarios en todas las fábricas. Para eso, es necesario elegir comisiones obreras en asambleas que controlen a las empresas. Finalmente, exigimos un bono de 10 mil pesos por cada mes trabajado durante la cuarentena.
Corriente Clasista Goyo Flores