Por Martín Hermida – ¿Está unido el Gobierno? Más allá de los factores externos, el amarillismo de la prensa y el silencio por orden del Presidente, la larga interna entre el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, parece resquebrajar realmente desde adentro al kirchnerismo. Parece haber también un cierre del ciclo político que llevó a Kirchner al gobierno y un reacomodamiento de lealtades y posicionamientos. En este sentido, el episodio de la valija con los 800.000 dólares vuelve a avivar la pelea: se supone que la información fue “entregada” por Alberto Fernández, para impactar sobre el área de De Vido. Sucede que el venezolano Guido Antonini Wilson subió al jet por invitación de Claudio Uberti, funcionario de la administración de carreteras y un hombre del ministro de Planificación. Los controladores dependen de la Aduana (comandada por Ricardo Echegaray, un pingüino del círculo íntimo de Rudy Ulloa, enemistado con De Vido) y de la PSA de Marcelo Saín, que respondería a Fernández.1 De esta manera, no es casual hablar de un desgaste del personal K y hasta de una futura renovación del mismo. ¿Se trata de un simple enfrentamiento de camarillas o la guerra enfrenta algo más que a dos hombres influyentes? De eso trata este artículo.2
Golpe a golpe
Fernández y De Vido son los dos rostros de Kirchner. Su pelea comenzó tiempo atrás, cuando ambos acompañaban al Presidente en la carrera para llegar a la Rosada, el primero como jefe de campaña y el otro como recaudador de fondos. Hasta fines del año pasado habían mantenido una especie de discreción británica, pero ella se perdió en los primeros días de este año. A mediados de enero, el Presidente recibió en Brasil una llamada del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien desató sospechas sobre la medición de la inflación del mes anterior. Tiempo después, Kirchner dispuso la intervención del Indec. Esa operación escandalosa representó una bisagra en la biografía del kirchnerismo. Porque si bien primero estuvo bajo el control de Moreno, a los pocos días el Indec quedó en manos de Fernández. Fue el avance más importante del jefe de Gabinete sobre la administración de la economía. Pero no fue el único: al mismo tiempo, se puso al frente de la negociación con el sector agropecuario. Su respaldo fue Miguel Campos, el ex secretario de Agricultura, a quien De Vido había conseguido reemplazar por Javier de Urquiza. La designación de Beatriz Nofal en una agencia de promoción de inversiones y el crecimiento de su perfil público también fueron jugadas de Fernández. La funcionaria ya hizo anuncios sobre lo que ocurrirá hacia 2008: las “intervenciones” sobre el mercado serán retiradas.3 El escándalo de Romina Picolotti habría sido obra del grupo De Vido.4 Muchos aseguran que este affaire sería una devolución de atenciones, ya que en Planificación consideran que durante los últimos meses el jefe de Gabinete no perdió oportunidad para golpear a De Vido. Sin embargo, Fernández culpó en aquella ocasión a Bruno Carpinetti, subsecretario de Coordinación de Política Ambiental, motivo por el cual se lo expulsó de su cargo. Obviamente, culpar a Carpinetti por la nota de Clarín era menos costoso políticamente que apuntar a De Vido. Fernández, por su parte, fue el principal impulsor de la idea de apurar el lanzamiento de Cristina Kirchner como candidata presidencial, el 19 de julio. Le atribuyen también haber transmitido que la primera dama “oxigenará” el Gabinete y no le dará cabida a “la pingüinera”, que integran De Vido, Ricardo Jaime o Guillermo Moreno.5 Lo mismo sucedió con la maniobra que provocó la renuncia de la ahora ex ministra de Economía, Felisa Miceli. La funcionaria era, hasta antes de este episodio, una pieza clave de Alberto Fernández en su desbordada interna con de Vido. El jefe de Gabinete y los suyos filtraron detalles y comentarios insidiosos sobre la causa Skanska, que mortificaron al ministro de Planificación y su entorno. Este predominio, al menos coyuntural del jefe de Gabinete, se equilibró con la asunción del nuevo ministro de Economía, Miguel Peirano. Muchos aseguran que con el recambio en el Palacio de Hacienda ganó la industria en lo económico y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, en lo político, recuperando espacio en la Casa Rosada. Fernández había sido una pieza clave en la candidatura del ministro de Educación, Daniel Filmus, como jefe de Gobierno. De Vido, por su parte, alentó al gobierno a forjar una alianza con el actual mandatario porteño, Jorge Telerman. Aunque el candidato fue el ministro, el grupo “pingüino” mantuvo su adhesión al Jefe de Gobierno. Por último, la interna también estalló en los sindicatos: Hugo Moyano quiere sostener a Julio De Vido en la futura gestión de Cristina. Detrás del jefe de la CGT, se encolumnan el taxista Omar Viviani, el plástico Vicente Mastrocola, el ferroviario Omar Maturano, el portuario Omar Suárez y el panadero Abel Frutos, además del bloque de gremios de logística. Mientras tanto, Gerardo Martínez, de la UOCRA, no tiene una posición definida. Pero el jefe de Gabinete también tiene lo suyo: cuenta con el aval del portero Víctor Santamaría, el estatal Andrés Rodríguez y el sindicalista de las comunicaciones Héctor Capaccioli, titular de la estratégica Superintendencia de Servicios de Salud, una caja de 700 millones de pesos anuales que se distribuye discrecionalmente entre los gremios. Por las dudas, hay también allí un hombre de Moyano: Juan Rinaldi. Por su parte, el grupo de “los Gordos” trata de no participar en esta disputa. Pese a tener llegada con Fernández, el mercantil Armando Cavalieri prefiere como interlocutor a Zannini, quien parece haber dado un paso al costado de esta guerra. 6
Gases letales
Sin embargo, la pelea interna por espacios de poder en el gabinete oficial tuvo su punto cumbre con la crisis energética. Profundizada por la ola de frío, la crisis derivó en la prohibición de la venta de Gas Natural Comprimido (GNC) en las estaciones de servicio, las denuncias de una mayor escasez de gasoil en el campo, y las restricciones en la provisión de gas y electricidad a las industrias y grandes usuarios. Mientras el ministro de Planificación decía que “pedir ahorro energético es faltarle el respeto a la gente”, el jefe de Gabinete pedía “ser cuidadosos con el consumo”. Por otro lado, presuntos pagos de coimas para la construcción de un gasoducto llevaron a que Kirchner dispusiera las renuncias de Fulvio Madaro, titular del Enargas, Néstor Ulloa, gerente del Nación Fideicomisos, y de Raúl Rodríguez, subsecretario de Obras Públicas. Parecía que De Vido flaqueaba ante Fernández. El jefe de Gabinete ubicó a Juan Carlos Pezzoa, su vicejefe, a cargo de Enargas. Antes, Claudio Moroni, presidente de la Sindicatura General de Empresas y leal a Fernández, había emitido un fallo contra el Enargas durante la gestión de Madaro, en el que denunciaba sobreprecios. El clima empeoró cuando Pezzoa desplazó sin miramientos a todo el directorio que respondía a De Vido. ¿Quién es este nuevo alfil de Fernández? Pezzoa, antes de desembarcar en el elenco de colaboradores K, actuó en las gestiones de Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde. El ahora interventor fue dirigente estudiantil durante el mítico Cordobazo de mayo de 1969. Pero dieciocho años después se integró al equipo liberal que Domingo Cavallo dirigía durante el menemismo. Allí coincidió con el actual jefe de Gabinete, cuando Fernández estaba a cargo de la Superintendencia de Seguros. Pezzoa fue uno de los artífices del pacto fiscal que implicaba fuertes recortes en los gastos de las provincias. En 1993, pulseó fuerte con el entonces gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, quien se resistía a firmar el acuerdo, aunque luego terminó sumándose. Con su nombramiento, Fernández avanzó sobre un organismo hasta ahora dominado por su enemigo en el Gabinete.
Las empresas detrás de los funcionarios
¿Qué grupos económicos se posicionan detrás de estos funcionarios? En el caso de Fernández, hay una ligazón con el Grupo Clarín desde la etapa duhaldista, cuando el Grupo Bapro ingresó a Prima, la empresa informática de la multinacional. Dos hechos más lo prueban: la entrevista del funcionario con el periodista Lucio Fernandez Moores, del diario de mayor tirada, que provocó el desnudo de la estrategia del juez Galeano; y la censura a Julio Nudler porque una columna suya contenía críticas contra los principales funcionarios del gobierno de Néstor Kirchner. Por otra parte, Fernández utilizó los recursos del Provincia para fogonear los negocios de las ART (Aseguradora de Riegos de Trabajo), AFJP y medicina prepaga. Y por último, se sugiere un vínculo estrecho con los Bancos Río y Galicia, que formaron parte en los ´90 de los entes privados morosos. En tanto, detrás de De Vido están varias empresas santacruceñas y, lo más importante, Techint. Muchos recuerdan el acuerdo entre la Nación y varias provincias con esta firma por el Gasoducto del Noreste Argentino. En ese momento, De Vido y gobernadores provinciales fueron investigados por supuestas irregularidades en la adjudicación del proyecto: una obra presupuestada en 11 millones fue finalmente dada por 26 millones (un sobreprecio del 150%) a TGN (Transportadora General del Norte en el que participa Techint), que a su vez subcontrató a la empresa de construcción sueca Skanska.7 El conflicto que estudiamos, ¿es parte de una disputa meramente faccional por fondos y puestos o aquí se debaten dos proyectos económicos liderados por sus respectivas fracciones burguesas? En las próximas ediciones de El Aromo encararemos este problema. Lo que queda claro, es que esta batalla está resquebrajando al régimen por dentro y expresa las contradicciones de la endeble construcción kirchnerista.
Notas
1Véase http://www.clarin.com/diario/2007/08/16/ elpais/p-00801.htm y http://www.diarioperfil.com. ar/edimp/0192/articulo.php?art=2546&ed=0192
2 La información a continuación fue obtenida de: http://www.lapoliticaonline.com.ar/index.php?page type=detail&newid=2547&seccion=8, http://www. lacalle-online.com/interior.php?ID=109244 y los diarios La Nación, Clarín y Perfil. 3Véase http://www.lanacion.com.ar/894594
4Idem.
5Sin embargo, en las últimas horas se barajó la posibilidad de eliminar el Ministerio de Planificación y dividir sus áreas de influencia entre Economía y una nueva cartera, la de Producción, por lo que De Vido podría continuar en su cargo.
6Véase http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0192/ articulo.php?art=2547&ed=0192
7Véase http://64.233.169.104/search?q=cache:bn- HB20V0R4UJ:www.pts.org.ar/spip.php%3Farticle6 890+de+vido+techint&hl=es&ct=clnk&cd=1