El día 5 de mayo, el intendente de Concordia, Alfredo Francolini, salió a declarar que debido a la baja en la recaudación durante la cuarentena, el pago de los sueldos municipales sería desdoblado en dos tandas. Consciente de la sensibilidad del tema, Francolini aclaró que el 30 de abril se les pagó a los empleados el total de los salarios de abril, pero que los funcionarios aún no habían cobrado.
Sin embargo, el verdadero fin del anuncio era advertir que el mes siguiente la situación podía volverse aún más complicada debido a que los fondos con los que se pagaron los salarios provenían de la recaudación de marzo. Dado que abril transcurrió en su totalidad en cuarentena, no estarían garantizados los sueldos correspondientes a mayo. Acompañado con este anuncio, Francolini saludó con beneplácito la decisión de Bordet de habilitar a los municipios a permitir la apertura comercial.
Como se ve, estamos ante dos problemas. Por un lado, el levantamiento creciente de la cuarentena, que el gobierno ha delegado en las provincias y los gobernadores han delegado en los municipios. La burguesía –que ya ha recibido compensaciones millonarias y sólo tiene que abonar un 25% de nuestro salario- quiere producir y sostener sus ganancias a toda costa, exponiendo incluso a los trabajadores al contagio. De ese modo, cada día vemos más gente en la calle, cada día se habilitan nuevas actividades, cada día vemos anuncios como los de Francolini que lejos de ser una advertencia, son un pedido hacia arriba para que se apresura la apertura de la cuarentena y una extorsión hacia abajo indicando que la única salida es volver a trabajar. No importa si el virus se descontrola.
Del otro lado, el sector público -principalmente provincias y municipios- ve reducirse recaudaciones y advierten que lo primero que recortarán es el salario. Se apela al desdoblamiento de sueldos, al recorte salarial y hasta han llegado a circular versiones –por ahora, desmentidas- que hablan de una posible emisión de cuasi-monedas. Estamos hablando de sueldos que ya son de miseria y que seguramente deban hacer frente a una pospandemia de hiperinflación.
Como se ve, los gobiernos de todos los signos políticos y la burguesía en su conjunto pretenden que los trabajadores paguemos la crisis. Podemos ver esto en los acuerdos que llevan adelante las centrales sindicales, recortes del 25% en los salarios y más en los salarios, pagos adeudados, y hasta despidos.
Existe otra salida, una que no implica negociar y pedir, sino imponer y exigir. Necesitamos un plan de lucha nacional del conjunto de los trabajadores y una salida obrera y socialista, que implique reorganizar la vida social en base a las necesidades de los trabajadores y no de la ganancia burguesa.
Corriente Clasista Goyo Flores – Razón y Revolución Entre Ríos