La lucha por el bono y una disputa entre burócratas
Desde hace unas semanas, los trabajadores de super, hipermercados y mayoristas se encuentran en lucha, en particular en zona oeste del Gran Buenos Aires. Por un lado, rechazan la paritaria de miseria firmada por la Federación encabezada por Cavalieri. Como en todos los sectores, el gobierno de los Fernández y los capitalistas vienen descargando el ajuste sobre los trabajadores con la baja salarial, con la connivencia de la burocracia sindical. En segundo lugar, se impuso el reclamo de un bono de 30 mil pesos por trabajo esencial. Sin embargo, hasta el momento, las medidas de lucha consistieron en manifestaciones dentro de los locales y asambleas en los lugares de trabajo. Es decir, la burocracia sindical puso ciertos límites a las acciones. Finalmente, el Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio y Afines (SEOCA) -conducido por Julio Rubén Ledesma- anunció un paro de 48 hs. para el viernes 13 y el sábado 14, que ya debió bajarse por conciliación obligatoria, algo que se veía venir por la conciliación en Carrefour. El método de convocar para dar de baja.
Al mismo tiempo, en Zona Oeste, Coto viene marcando el camino para la ofensiva patronal. En Moreno, la empresa amedrentó a los trabajadores con una patota de seguridad y este hecho derivó en una asamblea, con paro y corte en los accesos. ¿La respuesta de Coto esta semana? Despidos. En efecto, se realizaron una totalidad de 22 despidos como medida disciplinadora a los trabajadores, tanto en Coto Moreno como en Castelar. El SEOCA, unas horas después, anunció que reincorporó a todos. Sin embargo, por el momento, se trata solamente de una conciliación obligatoria. La intención firme de Coto es muy clara: condicionar la lucha por el bono y el salario.
Una interna ajena a los trabajadores y un bono miserable
La interna de la burocracia de Comercio juega como variable en todo este escenario. Ledesma, eterno dirigente del SEOCA, integrante del secretariado nacional de la Federación de Empleados de Comercio (FAECyS) y referente del Frente Renovador en la zona, toma distancia de Cavalieri y busca posicionarse como dirigente combativo, aprovechando el legítimo reclamo de los trabajadores del sector.
La Federación, por su parte, respondió con un acuerdo de dos bonos de fin de año que juntos ascienden a los 12 y 13 mil pesos. Sin embargo, ambos serán en órdenes de compra y proporcionales a las horas trabajadas, lo que significa que aquellos que tengan licencia por ser población de riesgo o trabajadores contagiados no lo cobran o solo lo hacen parcialmente. La gravedad de esta disposición es mayor si consideramos que en Comercio, los contagios fueron muy elevados y las patronales unas irresponsables absolutas sobre la salud de los trabajadores. Además, los repositores externos, en otro acto de discriminación, quedan afuera de este bono. Como se ve, una miseria, que para colmo vino adosada de un artículo que dejaba sin efecto las restricciones horarias acordadas. O sea, la extensión de la jornada laboral, que había sido reducida durante la pandemia.
En esta disputa entre burócratas, dirigentes como Ledesma buscan posicionarse como “combativos”, aprovechando el legítimo descontento de los trabajadores del sector que representa. Lo hace, sin embargo, con un reclamo insuficiente que invisibiliza los sinfines de reclamos de los trabajadores de Comercio (por los protocolos, contra la flexibilidad, etc.). Con los aumentos pactados por la Federación -que llegaron tarde-, el salario total del trabajador de Comercio ronda entre los 45 o 47 mil pesos y se encuentran casi en niveles de pobreza. Como se ve, el salario no se va a recomponer apenas con un bono no remunerativo de 30 mil pesos a pagar en seis cuotas. Asimismo, Ledesma busca contener la deliberación, al promover medidas de lucha sin consulta y regimentadas. No puede extrañar a nadie: Ledesma, como Muerza o como cualquier dirigente que se despegue de Cavalieri, no deja de encarnar a una variable de recambio interna de la burocracia. Como tales, juegan para uno u otro lado de las patronales y de la política burguesa.
Como se ve, para apuntalar el salario del empleado de Comercio, no necesitamos internas entre burócratas, sino impulsar la organización independiente de los trabajadores. Por eso, planteamos la necesidad de una deliberación y de un plan de lucha por los siguientes reclamos:
– Recomposición del salario sobre el básico y un bono de 30.000 pesos por trabajo esencial para todos. Basta de discriminación. Pago inmediato del bono de fin de año a todos los trabajadores.
– Salario mínimo igual a dos canastas familiares
– Entrega de todos los materiales adecuados para trabajar y participación obrera en la elaboración y fiscalización de protocolos de seguridad e higiene
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