En el día hoy, el gobierno de Larreta afirmó que las escuelas comenzarán con la semipresencialidad. Si bien no se dijo ninguna fecha exacta, se calcula que sea para septiembre. Apoyándose en los primeros resultados de la Evaluación Nacional de Continuidad Pedagógica, el Jefe de Gobierno afirmó que el 95% de los alumnos logró conectarse con sus docentes. Como explicamos en otra nota, conexión no es sinónimo de educación. Un docente pudo haber conversado con sus alumnos, pero eso no implica necesariamente ningún tipo de apropiación de saberes y contenidos.
Según lo que se dio a conocer en las escuelas y medios de comunicación, tendrán prioridad aquellos que hayan perdido conexión o necesiten asistencia para algunas materias. En total, el gobierno calcula que volverán unos 5.100 alumnos a las escuelas para que los chicos puedan conectarse desde allí. De garantizar una computadora por alumno, nada dijo. Si bien es una cantidad reducida de alumnos, servirá como una primera etapa de prueba. Y así lo anticipó Larreta hoy en la renovación del aislamiento social obligatorio junto a Alberto Fernández y Axel Kicillof. Fernán Quirós, el Ministro de Salud porteño, había dicho lo propio en estos días escudándose en que la curva de casos estaría estabilizada. Lo cierto es que la expansión de contagios a lo largo y ancho del país, o el ejemplo de Jujuy, deberían graficar lo rápido que se desestabilizan los números. Sin embargo, la medida no extraña. Recordemos que CABA fue la primera jurisdicción en presentar un borrador para la vuelta a las aulas. En esta ocasión, Larreta no quiso ser menos que San Juan y Formosa y adelantó la jugada.
La decisión de Larreta es un disparate por donde se lo mire. En primer lugar, los docentes nos preguntamos qué hizo en estos cuatro meses para ir a buscar a los desertores. Pregunta que podríamos multiplicar a los gobernadores de cada una de las provincias y al mismo Ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta. Como bien dice el Jefe de Gobierno, esos chicos no tuvieron conexión. Por lo tanto, lo primero que debería haber probado Larreta y el resto era garantizar computadoras y wifi para todos. En segundo lugar, debemos señalar que movilizar a alumnos, docentes, directivos y auxiliares para garantizar la conectividad en el pico de la pandemia, es un riesgo innecesario. Movilizar a todos estos sectores implicaría abultar la cantidad de pasajeros en el transporte público, o de movimientos de personas, que es uno de los principales focos de contagios. En lugar de invertir, el hilo se corta por lo más delgado.
La conclusión es clara y simple: el gobierno prefiere exponernos al contagio antes que invertir en educación. Como docentes debemos oponernos a la medida por apresurada y riesgosa para la salud. Si de verdad le preocupara la educación y el rescate de los alumnos tendría que haber empezado con lo elemental como por ejemplo asegurar la conectividad y contratar al personal técnico y pedagógico necesario para acompañar a esos alumnos desertores. Sobre todo, porque ningún alumno volverá a tener clases todos los días, sino que seguirán con sus estudios a la distancia durante mucho tiempo. Por eso, en lugar de ensayar una solución, el gobierno se propone agravar el problema multiplicando los focos posibles de contagio.
Por eso, la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro propone:
- No a la vuelta apresurada a las aulas
- Wifi gratuito y de calidad para todos
- Netbooks para todos los alumnos y docentes
- Contratación del personal docente técnico, asistencial y pedagógico necesario para acompañar la trayectoria de todos los alumnos.